Entrevista > Juli Capilla / Escritor, editor y profesor (València, 21-marzo-1970)
El currículo de Juli Capilla alberga un sinfín de apartados, entre ellos el de profesor, editor y escritor. Licenciado en Filología Catalana, trabajó cinco años en el semanario ‘El Temps’ -ahora mensual-, medio editado en València y distribuido por toda la Comunitat Valenciana, Cataluña e Islas Baleares.
Seguidamente se dedicó a labores editoriales, hasta que en 2008 opositó para ser profesor de valenciano, pasando inicialmente por tres institutos baleares, ubicados en Pollença, Andratx y Palma, “todo un enriquecimiento lingüístico, otra de mis pasiones”.
Impartió clase después por otros centros, -Elche, Altea, San Vicente…-, antes de obtener plaza fija en nuestro IES María Enríquez como profesor de valenciano. Nos contará sus sensaciones con el alumnado actual, “teniendo en cuenta que la pública es la mejor escuela”, además de los primeros meses al mando del Centro de Estudios e Investigaciones Comarcales (CEIC).
Has destacado sobre todo como escritor.
Realmente he escrito numerosos libros, de diferentes géneros, comenzando en 2006 con mi primera novela, ‘L’home de Melbourne’, galardonada con el Premio Benvingut Oliver de Catarroja.
En poesía sobresale ‘La casa buida’, Premi Ciutat de Manacor, mientras en novela, ‘Tabarca, Aventura per la Mediterrània’, para un lector más juvenil, ‘Arrelats’, un libro de viajes, y ‘La terra i la paraula’, mi última propuesta, una especie de dietario, reconocido con el Premi d’Assaig Ciutat de València 2023 y el Premi dels Escriptors Valencians 2024.
«Disfruto muchísimo de todo tipo de género, aunque me considero más poeta y ensayista que novelista»
¿Entonces no tienes un estilo marcado?
Soy muy variado, disfruto muchísimo de todo tipo de género, aunque me considero más poeta y ensayista que novelista. Producto de tantas inquietudes, en 2016 fundé junto a mi compañera Mercè Climent la editorial ‘Lletra Impresa Edicions’, para dar cabida a autores no tan populares.
¿Ya estás preparando el próximo libro?
Tengo alguna cosa en mente, pero sobre todo estoy focalizado en la dirección del CEIC, el Centro de Estudios e Investigaciones Comarcales, con sede en Gandia.
Desde tu faceta docente, ¿cómo percibes la evolución del alumnado?
Noto una sociedad cada vez más complicada, al ser más variada y heterogénea. La educación, además, está necesitada de recursos, tanto materiales como humanos: precisamos de más profesorado que atienda a esta situación.
Me refiero a diversidad, en la que creo mucho, de todo tipo, académico, de procedencia muy dispar. Por otro lado, hemos conseguido grandes cuotas de libertad y gestionar todo ello es altamente complicado, pues como me gusta remarcar sin diálogo no hay cultura.
«La educación está necesitada de recursos (materiales y humanos) para atender la diversidad actual»
¿Los tiempos han cambiado demasiado?
Antes un profesor era rígido y autoritario, aspectos que tampoco me agradan. Hoy en día hemos avanzado muchísimo, tenemos una relación más próxima -marcando siempre las distancias- y el problema, repito, es cómo gestionamos esa diversidad.
Nos llegan también alumnos con muchas necesidades, en situaciones difíciles y no es sencillo. Considero que no hay un deterioro de la enseñanza, sino una falta de responsabilidad por parte de las autoridades, que nos deben proveer de recursos.
¿Eres optimista de cara al futuro?
Soy realista. Pienso que se avanzará en algunos aspectos y en otros continuarán los problemas. No pienso que antes estábamos mejor, bien al contrario, ahora hemos logrado derechos que no existían y la relación profesor-alumno es mucho mejor.
¿Cómo funciona exactamente el CEIC?
Nacida hace cuatro décadas, es un organismo autónomo que depende a nivel financiero del Ayuntamiento de Gandia, La entidad cuenta con veinticinco consejeros -entre los cuales me incluyo como director- y gestiona actos culturales, investigaciones de carácter científico, medioambiental, lingüístico, histórico… En definitiva, todo lo relacionado con el saber, la cultura, la ciencia…
Abarca la localidad de Gandia y a toda la comarca de La Safor, es decir, brinda servicio a alrededor de 175.000 personas.
«Desde el CEIC se gestionan actos culturales, investigaciones de carácter científico, medioambiental, lingüístico, histórico…»
¿Qué actividades lleváis a cabo dentro de la institución?
Hacemos libros, porque somos una editorial, mesas redondas, conferencias, eventos culturales y conciertos de música. También el llamado Homenaje a la Palabra, en noviembre: con motivo de la publicación del ‘Tirant lo Blanc’, dedicamos un libro y un espectáculo a un autor o autora, este año dedicado a María Beneyto.
De igual modo tenemos colaboraciones con otras entidades, para celebrar nuevos actos culturales, siempre bajo la premisa que sea en valenciano.
¿Desde cuándo ocupas el cargo de director?
Pertenezco al CEIC desde 2016, durante dos legislaturas como consejero, y desde finales de marzo soy el director.
Felicidades, se te ve ilusionado.
Sin ilusión poco se puede hacer en esta vida. Ciertamente tengo muchas ganas de hacer cosas, porque creo en la institución, la ciudad, la comarca y el país. El CEIC tiene vocación local y comarcal, pero también universal, siempre reivindicando el valenciano, insisto.
Es la lengua del territorio y pienso que necesitamos una discriminación positiva, al estar en una condición de inferioridad social frente al castellano, sin ir en contra de ésta, en absoluto.