Entrevista > Toni Muñoz / Librero (València, 1-enero-1965)
Toni Muñoz lleva una década al frente de la Librería Mascarat, un pequeño pero activo refugio literario en el corazón de Altea. En un contexto donde competir con las grandes plataformas de venta online es una batalla desigual, él apuesta por un modelo basado en la cercanía, el trato humano y las experiencias compartidas.
Presentaciones de libros como la reciente visita del periodista Guy Roger -histórico referente del ciclismo en L’Équipe- para hablar de Eddy Merckx, son su forma de tejer comunidad, de ofrecer ese `plus´ que, asegura, da sentido al negocio.
Lector poco convencional, reconoce que muchas veces hojea más que lee y que ha aprendido a cerrar sin culpa un libro que no le atrapa. Reacio a la especialización, cree que en pueblos como Altea la clave está en ofrecer variedad, mantener la mente abierta y hacer de la librería un lugar donde la gente quiera entrar, aunque no compre
Desde la Librería Mascarat estás haciendo un gran esfuerzo por atraer a los lectores hasta tu local con, por ejemplo, presentaciones de libros. Uno de los últimos, sin ir más lejos, trajo hasta Altea a Guy Roger, el que durante muchísimos años fuera responsable de ciclismo en el diario L’Equipe y que vino a presentar un libro sobre la figura de Eddy Merckx, el mejor ciclista de la historia.
La verdad es que hice un esfuerzo y lo leí en francés porque todavía no había salido la traducción al castellano, que es la que presentamos en Mascarat apenas dos semanas después de que se pusiera a la venta. Como soy un gran apasionado del ciclismo y un gran forofo de Merckx, cuando vi que había salido y, como además conozco a Guy, me propuse unir mis dos pasiones: el ciclismo y los libros, con esa presentación.
Él estuvo encantado de participar en esa idea. Este libro, además, me parece especial porque cuenta con la opinión de los que fueron sus compañeros y sus rivales en la época. Ha hecho Guy una excursión por media Europa buscando a quienes le sufrieron para pulsar sus opiniones y contar las anécdotas que tuvieron con él.
«En Altea no puedes especializarte, necesitas variedad para sobrevivir»
¿Tú eras más de Merckx o de Ocaña?
¡Era más de Merckx!
No te dejas llevar por la pasión patriótica.
La verdad es que no. Cuando el deporte te gusta, realmente disfrutas con lo bueno, con lo mejor.
Este tipo de actos, de presentaciones, ¿te ves en la obligación de hacerlos para mantener vivo el negocio, para que la gente, por lo menos una tarde, se acerque a la librería del barrio y diga “sigue estando aquí Toni”?
En parte sí. No es que te sientas obligado, pero es una manera de distinguirse, de que no sea solamente subir y bajar la persiana. Al final, si no le das un plus a la gente, comprendo que es mucho más fácil darle a una tecla en internet y tener el libro en casa al día siguiente. Eso es muy cómodo y lo entiendo.
La ventaja que tenemos es que los precios de los libros son fijos. Te va a costar lo mismo en una librería de aquí que en una de La Coruña o si lo compras por internet. Creo que lo que buscas es que la gente se enamore del sitio, que entre a la librería, independientemente de que en ese momento compre o no.
«Ahora, si un libro no me interesa, lo cierro y paso a otro»
Que el potencial cliente tome la costumbre de pasarse por Mascarat.
A la gente que le gusta ojear los libros, pasear, charlar un rato si se tercia, preguntarte alguna cosa y crear un ambiente agradable. Esto de las presentaciones, con más o menos público, es una manera de hacer algo que te distinga y, efectivamente y como tú decías, conseguir que la gente sepa que hay una librería.
¿Cuántos libros lee Toni Muñoz en un mes normal?
Pues no soy un gran lector. Empiezo muchos libros… de hecho, muchas veces ni los empiezo, sino que los cojo, los abro por una página cualquiera y me pongo a verlos. En un mes y enteros, quizás me pueda leer dos libros.
¿Te haces más exigente al tener tanto a tu disposición?
Claro. Tengo esta librería desde hace diez años y antes, cuando empezaba un libro, me obligaba a terminarlo, aunque no me gustara demasiado. Ahora tengo tanto donde elegir que si veo que me está aburriendo o no me interesa, lo cierro y cojo otro.
«No vendo libros con ideologías radicales; hay límites que no quiero cruzar»
Algunos libreros, para poder competir con las grandes plataformas de internet, han optado por la especialización. ¿Estás recorriendo también ese camino?
Al contrario. Creo que especializarse, en una ciudad pequeña como es Altea, es un error. En una ciudad grande sí puede ser el camino porque compites con los gigantes monstruos de la Casa del Libro, FNAC y demás.
Creo que en una ciudad pequeña hay que ser generalista porque, de lo contrario, no tendrías suficiente público para poder seguir con la actividad.
¿Cuál sería el retrato robot del lector alteano?
Pues hay de todo, realmente. Es que no te podría decir un retrato robot. Me leen más las mujeres que los hombres, eso sí que es cierto. Pero hay de todas las edades. Tengo clientes muy jóvenes y que son muy buenos lectores, que devoran los libros.
¿Hay algo, algún autor, algún libro, alguna temática que jamás entraría en Mascarat?
Sí. No te quiero decir exactamente qué, pero bueno. Todo lo relacionado con las cosas que sean excesivamente radicales, excesivamente cerradas, no sería de mi gusto. De hecho, alguna vez me han pedido algún libro y he dicho que lo busquen en otro sitio porque no lo van a encontrar en la librería Mascarat.
Son casos excepcionales porque considero que también es buena la diversidad, el abrir la mente. No vas a tener solamente lo que a ti te haga gracia, lo que a ti te guste. He leído sobre temáticas en las que no he estado en absoluto de acuerdo con el autor y me ha encantado el libro, porque me ha hecho ver las cosas desde otro punto de vista.