Vicen Muñoz es un eldense de pro. Ama tanto nuestra localidad como al balonmano, especialmente el femenino. Se inició en este deporte de la mano de Isabel Ortuño -primera nativa de Elda en ser olímpica-; “me aficioné por ella y también tras la primera liga conquistada por el Elda Prestigio”, confiesa.
En la actualidad y desde hace muchos años es el jefe de prensa del propio Elda Prestigio. “Incluso Ángel Sandoval me introdujo en el cuerpo técnico, como responsable de los vídeos de los rivales y muchas cosas más”, recuerda ahora, satisfecho.
Fruto del amor por este deporte, al inicio de la temporada 2010-2011 ideó conceder un trofeo -al que quiso dar su nombre- a la mejor jugadora del año. Todo el estamento balonmanístico lo acogió de buen agrado, siendo Alexandrina Barbosa la primera en recibirlo.
Un reconocimiento
“Creé el trofeo porque no había una gala que anunciara el Siete Ideal de la temporada, además de la jugadora más valiosa, la MVP”, nos apunta. En ese momento no se hacía nada, agrega, “apenas se reconocía y las chicas de División de Honor se lo merecían”.
Era necesario que tuvieran su reconocimiento, “y qué menos que mediante una persona de una ciudad de balonmano como Elda”. Ésa fue la mayor motivación, que la Federación Española de Balonmano o la Liga ABF -su denominación de entonces- tomaran buena nota y valoraran a las jugadoras, “como sí pasaba con los chicos en Asobal”.
Martina Capdevila (2001), del Balonmano Granollers, ha sido la última galardonada. “Me considero, pese a mi juventud, una jugadora ya veterana dentro de la liga, con ganas de asumir el rol de liderazgo”. Para ella, “Vicen ayuda a visibilizarnos un poco más, contribuye a que el balonmano femenino sea cada vez más grande”.
Se trata de un galardón muy valorado en la liga porque son los propios entrenadores quienes votan
Acto sencillo
Todo comenzó en una Supercopa, en 2011, indica Vicen, sin los votos todavía de los entrenadores. Fue él mismo quien consideró a Barbosa la mejor: “se lo di en un acto muy sencillo, que pasó desapercibido, aunque algún periodista sí se hizo eco, como Raúl Belda, de Radio Elda”.
Le entrevistó pocos días después “y nos comenzó a dar valor”, opina. En un primer momento pensó que iba a ser únicamente ese año, pero se equivocaba, “fueron las jugadoras las que me animaron a seguir”.
Son muchas las que le dicen que no se lo creen, que es un orgullo, dándole importancia a que sean los técnicos los que voten. “Se sienten muy agradecidas”, igual que Vicen, quien solo tiene frases bonitas hacia aquellos que han elevado el premio a prestigioso. “¡Es casi nuestro Balón de Oro particular!”, articula, emocionado.
Comenzó como un acto sencillo, casi desapercibido, y fueron las propias jugadoras las que le animaron a seguir
Devolver el cariño
En palabras de nuestro protagonista, aparte de ser un honor, “es una satisfacción enorme, pues cuando pensé el trofeo principalmente deseaba devolver el cariño que los años anteriores me habían dado las jugadoras”.
Siempre se ha volcado con ellas, y viceversa: posee en su colección más de 170 camisetas de balonmano femenino, “sin pedirlas”, matiza, antes de destacar que le manden correos titulados ‘para el aficionado número uno del balonmano en España’.
“Cada año sigue siendo una ilusión entregar el trofeo”, asevera. Además, se han cumplido las expectativas y ahora -seis o siete después del primero- la Federación comenzó a realizar una gala en condiciones.
Muñoz confiesa que concibió el trofeo para devolver el cariño que las chicas del balonmano le habían dado
Las premiadas
‘Shandy’ Barbosa (1986), repetimos, fue la primera en ser obsequiada con el Trofeo Vicen Muñoz, “logro que representó mucho en mi carrera, después de tantas horas de esfuerzo, entrenamientos y sacrificios personales”. Con el paso de los años, añade, “se ha convertido en un recuerdo imborrable”.
“En la actualidad lo veo como un símbolo de superación, constancia y de lo bonito que es trabajar en equipo”, se sincera. Le lleva a rememorar una etapa en la que todo era ilusión y descubrimiento, algo que no tiene precio, porque con el tiempo “te das cuenta de que no se trata solo del trofeo, sino de las personas, experiencias y de la huella que dejan en ti”.
Silvia Navarro
Eterna portera de la Selección Española, la valenciana Silvia Navarro (1979), todavía en activo, argumenta que recibir el trofeo “fue toda una alegría, una recompensa al trabajo colectivo, y, sobre todo, por venir de la persona que venía, Vicente siempre ha sido nuestro impulso”.
Los trofeos concedidos, dos, los tiene ubicados en un lugar especial de su casa. “Lo voy a recordar toda mi vida, es un orgullo, se deberían crear más movimientos como éste”, puntualiza.
Navarro finaliza sentando cátedra. “No concibo el balonmano femenino sin la figura de Vicente Muñoz, aún recuerdo todos los videos y el ‘curro’ que ha realizado para nosotras”.