Entrevista > Francisco Muñoz / Gerente de Hidraqua en el sur de la provincia de Alicante (Alicante, 5-agosto-1977)
La empresa encargada del suministro de agua potable a los domicilios en la mayoría de los municipios que hay en la Vega Baja es Hidraqua. El principal encargado de coordinar todo este servicio que repercute en miles de hogares es el ingeniero de obras públicas Paco Muñoz Ambit. Con él hemos querido hablar sobre las cuestiones y particularidades hidráulicas que afectan a nuestra comarca.
«Estamos renovando las redes porque en general están bastante envejecidas»
En líneas generales, ¿cuáles son los retos que tiene Hidraqua para la Vega Baja?
Nuestro principal reto es garantizar el suministro de agua como recurso indispensable para que la comarca siga creciendo. Todo ello teniendo en cuenta las características particulares que tiene este territorio, como la escasez hídrica y los episodios de lluvia concentrados en unos pocos días de gran intensidad.
Hay que adaptarse a esto, y para ello debemos gestionar eficientemente. En este sentido proponemos diversas soluciones innovadoras y basadas en la naturaleza. Además, apostamos constantemente por diversificar las fuentes de agua que disponemos buscando alternativas sostenibles. Nos toca ser muy eficaces en la gestión de un recurso que cada vez es más escaso.
¿Cuál es el estado actual de las redes de agua?
En la comarca tenemos en general unas redes envejecidas que presentan algunas fugas. Por eso queremos modernizarlas para ofrecer un servicio de mayor calidad. Estamos hablando de miles de kilómetros, así que debemos concienciar de la necesidad de inversión para continuar con estas acciones. Al final hay que entender que estas pérdidas hacen que se incrementen los costes tanto económicos como medioambientales.
Además, tengamos en cuenta que esta comarca tiene la particularidad de albergar un crecimiento demográfico cada vez mayor, pero que al mismo tiempo no es constante. Porque durante las épocas turísticas la demanda de agua se incrementa mucho. Todo esto supone un reto mayor para la planificación y dimensionamiento de estas infraestructuras. Es más complejo de lo que parece.
«Cada vez reutilizamos más agua depurada para usos no potables»
¿Qué inversiones se han hecho en los últimos tiempos y cuáles hay proyectadas próximamente?
Cada año desde Hidraqua renovamos y digitalizamos cientos de kilómetros de las redes bajo tierra. Esto es algo que se debe de hacer de forma recurrente, porque evidentemente solas no se van a modernizar. Por eso tenemos toda la red sectorizada para controlar mejor qué partes se están deteriorando más y presentan mayores fugas.
También estamos mejorando las estaciones de bombeo y las captaciones para darles una mayor eficiencia energética y fiabilidad de los sistemas. Por otro lado, estamos introduciendo las tecnologías más avanzadas de depuración para reutilizar el agua, así como en la desalinización. De igual forma vamos incorporando los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS) que mitigan las lluvias torrenciales de una forma más natural. Todo esto envuelto en una digitalización del servicio que permite que el control sea más eficaz.
¿Cuáles son las fuentes de las que se abastece de agua la comarca?
La principal que tenemos en la zona es la comunidad de Canales del Taibilla; la cual a su vez recibe agua de diferentes fuentes como son el trasvase, las desaladoras que juegan un papel indispensable o los pozos y acuíferos subterráneos.
Así mismo, tenemos una fuente adicional como es la reutilización de aguas depuradas. Le damos una segunda vida a esta agua para reincorporarla a usos no potables como el riego o la industria. Es una cantidad cada vez más importante.
«Nuestra mejor solución para mitigar el daño de las danas es habilitar parques inundables»
¿De qué forma afecta a vuestra labor el cambio climático y las sequías cada vez mayores que estamos sufriendo en los veranos?
En menos de cinco años hemos visto dos danas en una zona muy próxima con características muy similares. Es evidente que el cambio climático ya se está manifestando con este tipo de catástrofes en las que la lluvia destruye sin aportar recursos al sistema.
Al final la principal consecuencia es la reducción de los recursos hídricos disponibles. Evidentemente durante las sequías prolongadas disminuyen nuestras fuentes de abastecimiento tradicionales como son los ríos y acuíferos. Además de que cuando aumentan las temperaturas, el consumo de agua es aún mayor.
Así que nos toca incrementar la desalación. Aquí también es importante tener infraestructuras más robustas y resilientes que estén interconectadas y que puedan soportar estos extremos. Debemos ser flexibles para tener capacidad de adaptarnos a lo que nos viene.
Como todo el mundo sabe, septiembre es época de lluvias torrenciales. ¿Está la Vega Baja ahora más preparada que en 2019?
Si comparamos la dana que cayó aquí con la reciente de València… no tuvieron nada que ver. El río llega a su cota de inundación de la llanura e invade esa zona, pero afortunadamente nosotros no tenemos una pendiente tan exagerada sobre el terreno. Por eso no estamos expuestos a daños tan grandes.
Aún así lo que aprendimos y propusimos a raíz de la del 2019 fue la incorporación de sistemas urbanos de drenaje sostenible, como parques inundables o zonas que recojan la lluvia torrencial al final de un municipio. La idea es precisamente que el agua no se traspase demasiado hacia abajo, llegando al siguiente pueblo y acumulándose.
Por eso se han hecho una serie de inversiones en instalaciones de este tipo. Tenemos como ejemplo La Marjal en Alicante, El Recorral en Rojales o el Cañada Marsá en Benijófar, más varios más que ya están propuestos y construyéndose. Además, como llueve poco, durante la mayor parte del año puede utilizarse como parque.