ENTREVISTA > Tamara García / Jotera Mayor del Centro Aragonés de Elche (Elche, 11-marzo-1989)
Tamara García, estudiante de enfermería y Jotera Mayor del Centro Aragonés de Elche, descubrió la ‘jota’ aragonesa casi por casualidad.
Lo que empezó como curiosidad se convirtió en pasión, y ahora, entre ensayos y festivales, representa con orgullo la tradición aragonesa, conectando su amor por el baile, que lo practica des pequeña, así como la gimnasia rítmica. Disciplinas que combina con la cultura y la historia de la región.
Cosas del destino
Aunque no tiene familia aragonesa, el destino y el amor la llevaron al Centro Aragonés. Allí descubrió una pasión dormida desde la infancia, bailar jota. Apenas un año después de unirse al grupo, ha sido elegida Jotera Mayor, un cargo que asume con ilusión y compromiso cultural.
¿Realmente no tienes vinculación con Aragón?
Ninguna. Lo mío ha sido por amor, porque conocí a mi pareja, que llevaba diez años en el Centro Aragonés. Yo llevo apenas un año, pero entré con muchas ganas.
¿Ya sabías bailar la jota cuando llegaste?
No, la aprendí allí. De pequeña me encantaba bailar y mis abuelos que eran manchegos me llevaban a ver jotas manchegas, pero nunca pude aprenderlas bien. En el Centro Aragonés descubrí la jota aragonesa, que es muy distinta, y me enamoré de su folklore desde el primer momento.
«Lo más difícil de bailar jota es unificar brazos y pies, la coordinación es fundamental»
¿Existen diferentes estilos de jota?
Sí, depende de la zona, la jota manchega por ejemplo es diferente a la jota aragonesa. Luego están los boleros, que son más lentos, y otras más rápidas. La música, el canto y la indumentaria, forman un conjunto que cambia según la jota que se interprete, pero la esencia sigue siendo la misma.
¿Cómo es tu traje principal?
Llevo tres capas: una enagua interior, otra de color y la falda superior. La mía es de algodón, pero también se hacen en seda o tafetán. Mis tías y mi abuela me lo confeccionaron a mano, incluso con una puntilla de bolillos. Estoy orgullosa de llevarlo.
La indumentaria es también un reflejo de respeto a la tradición, y vestirla correctamente es una forma de honrar a quienes han mantenido viva la cultura durante generaciones.
¿Ser Jotera Mayor implica una indumentaria especial?
No hay un traje específico. Lo que cambia es el tipo de falda, más de fiesta si la ocasión lo requiere. De momento sólo tengo algunos, pero quiero ampliar el vestuario poco a poco para no sobrecargar a mi abuela y a mi tía, excelentes modistas por cierto.
«Para mí la jota es baile, cultura y la esencia de un pueblo que merece ser conocida»
¿Qué supone para ti ser Jotera Mayor?
Representar al Centro Aragonés en actos culturales, festeros y en eventos donde nos invitan. Es una responsabilidad y un orgullo muy grande para mí. Ser Jotera Mayor no solo implica bailar, sino también transmitir pasión y fomentar el interés por la jota, mostrando a todos la belleza y la riqueza cultural que encierra.
¿Cómo os preparáis para las actuaciones?
Ensayamos en la sede. Baile, rondalla, canto… Ahora hemos estado volcados con las Fiestas del Pilar. Saco el tiempo como puedo, porque estudio enfermería y trabajo por las mañanas. Los ensayos requieren constancia, disciplina y mucha concentración, pero también son un espacio de disfrute, donde se fortalecen lazos entre los miembros del grupo.
¿Te esperabas ser elegida Jotera Mayor tan pronto?
Para nada, un día de repente me lo propusieron. No me lo creía porque llevo muy poco tiempo, pero me hizo muchísima ilusión. Esto me motiva a continuar aprendiendo y compartiendo la cultura aragonesa con todos.
«Sería estupendo que más jóvenes se animaran a conocer la rica cultura aragonesa»
Para ti, ¿qué es lo más complicado de bailar la jota?
Lo más difícil es unificar brazos y pies. El pie va en una dirección, los brazos en otra, y todo al ritmo de la música. La coordinación y la psicomotricidad son fundamentales. Además, aprender a mantener la postura y la elegancia mientras se baila rápido también requiere práctica.
¿Te gustaría que la jota se conociera en Elche más allá del Centro Aragonés?
Sí, sería maravilloso que se promoviera a nivel popular. Bailar jota es un ejercicio, es una cultura, y cada región de España tiene una esencia única que merece ser conocida. Sería estupendo que más jóvenes en Elche se animaran a aprenderla y conserváramos esta tradición.
¿Qué le dirías a aquellos que quieran acercarse más a vosotros?
Les diría que vengan a descubrir la tradición, que asistan a los festivales, que se enamoren de la jota como yo lo hice. Es una manera maravillosa de conectar con la cultura de Aragón. No importa la edad ni la experiencia, lo importante es disfrutar y aprender.
La difusión de la jota no solo fortalece la identidad cultural, sino que también crea vínculos entre generaciones, haciendo que los jóvenes comprendan la riqueza histórica y artística de cada danza.