Utiel afronta una intervención decisiva dentro de la reconstrucción tras la dana del 29 de octubre de 2024. La ampliación del puente de la antigua N-III sobre el río Magro ha iniciado su segunda fase, pensada para restablecer la conectividad viaria y mejorar la resistencia de la infraestructura frente a avenidas.
Las precipitaciones excepcionales de la dana generaron un aumento abrupto del caudal y una corriente de gran fuerza. Materiales arrastrados y vegetación obstruyeron la estructura original de tres arcos, provocando desbordamientos que inundaron campos y colapsaron casi un kilómetro de carretera.
El alcance de los daños obligó a diseñar una solución integral. La intervención no solo contempla la reconstrucción del puente, sino también medidas en el cauce y en el trazado viario que eviten que episodios similares vuelvan a paralizar la circulación y dañen las parcelas agrícolas adyacentes.
El ensanchamiento del cauce y el diseño del puente se orientan a incrementar la capacidad hidráulica en el paso del Magro por Utiel
Obras en marcha
La Generalitat ha asumido la ejecución de la segunda fase con una inversión de 3,5 millones de euros. El objetivo es recuperar cuanto antes la plena funcionalidad de la vía y dotar a la infraestructura de mayor capacidad hidráulica, coordinando los trabajos con el Ayuntamiento y la Confederación Hidrográfica del Júcar.
Este proyecto incluye la demolición de la estructura dañada y la construcción de una nueva pieza con mayor capacidad hidráulica. La cesión temporal de competencias municipales a la administración autonómica facilitó la tramitación en su momento y también aceleró el inicio de los trabajos. Toda una muestra de adaptación ante la siempre complicada burocracia que sufrimos en este país.
Proyecto técnico
El nuevo puente proyectado tendrá 37,6 metros de longitud, dispuesto en dos vanos con una pila central. Esa configuración permitirá una sección más amplia del cauce en el paso urbano y una estructura menos proclive a obstrucciones por vegetación y arrastres.
La cimentación se realizará mediante pilotes para asegurar estabilidad y disminución del riesgo estructural ante futuras crecidas. Esta cimentación con pilotes también facilita labores futuras de mantenimiento y revisión.
Esta intervención no solo contempla la reconstrucción del puente, sino también medidas en el cauce y en el trazado viario
Trabajos complementarios
El proyecto contempla, además, el acondicionamiento del lecho del cauce en la zona afectada y la adaptación de la rasante de la carretera a la nueva configuración. Estas actuaciones buscan aumentar la capacidad de evacuación y reducir la probabilidad de desbordamientos que afecten a terrenos y vías adyacentes.
Entre los trabajos anexos figura la limpieza y reparación de las obras de drenaje transversal, la instalación de señalización vertical y horizontal y la colocación de elementos de contención donde proceda. Las labores adicionales se planifican aplicando criterios de protección ambiental y seguridad vial.
Plan territorial
En el tramo de la N-III entre los puntos kilométricos 262+400 y 263+100 se reforzará el firme, se reconstruirán bermas y arcenes y se repondrán los elementos de contención y señalización dañados por la riada. La actuación pretende devolver las condiciones de seguridad para el tránsito en ese tramo estratégico.
Esta obra en nuestra infraestructura local forma parte del programa ‘Recuperem València’, que moviliza cincuenta millones de euros para rehabilitar infraestructuras en más de veinte municipios afectados por las lluvias torrenciales. El enfoque combina medidas de emergencia con mejoras planificadas a medio plazo.
Se trata de una solución que pretende ser técnica y preventiva a la vez
Capacidad hidráulica
La coordinación técnica con la Confederación Hidrográfica del Júcar ha sido fundamental para ajustar las obras al comportamiento del cauce y garantizar su compatibilidad hidráulica. Ese trabajo conjunto busca evitar efectos adversos aguas abajo y asegurar la coherencia de las actuaciones.
El ensanchamiento del cauce y el diseño del puente se orientan a incrementar la capacidad hidráulica en el paso del Magro por Utiel. La pila central y la cimentación sobre pilotes reducen la posibilidad de obstrucción por arrastres y facilitan un flujo más continuo en episodios de alto caudal.
Impacto local
Las obras de rasante y drenaje complementan la estructura y permiten que el agua discurra hacia colectores y zanjas previstas, minimizando el riesgo de que avenidas invadan la calzada o terrenos colindantes. La solución pretende ser técnica y preventiva a la vez.
Restaurar la N-III en este punto reducirá desvíos y mejorará los tiempos de desplazamiento para vecinos y transportes, mientras que recuperar esa conexión facilitará la vida cotidiana, el acceso a servicios y el tránsito de mercancías que dependen de una carretera fiable.
En clave de seguridad, la obra ofrece a Utiel una infraestructura concebida para soportar mejor los eventos extremos y disminuir la exposición de la población a inundaciones. La suma de medidas constructivas y de gestión del cauce aporta una mayor tranquilidad a la vida diaria del municipio.
Una infraestructura estratégica de nuestro municipio que no sólo supondrá una muestra más de la recuperación de una de las mayores catástrofes de nuestra historia reciente, sino un paso más en la modernización, ofreciendo un Utiel más fiable y seguro en uno de los puntos clave de nuestro entorno.