Entrevista > Vanesa González Culiáñez / Restauradora y pintora (Rojales, 10-marzo-1979)
Vanesa González se licenció en Bellas Artes especializándose en Restauración y Conservación de Bienes Culturales. La artista compagina varias disciplinas y proyectos a la vez mientras continúa, en su tiempo libre, creando obra propia.
Actualmente reside en Almoradí, donde precisamente acaba de concluir una de sus exposiciones de pintura. Ella misma nos cuenta cómo ha ido y los proyectos en los que trabaja.
¿Cuáles fueron tus inicios en la pintura?
Desde muy pequeña me ha gustado pintar, pero es a partir de los dieciséis años cuando me introduzco en la pintura de una manera más activa. En esos momentos tenía como referente a mi tía Rosa Ferrández, maestra de profesión y pintora de vocación, y es con ella cuando empiezo con los pinceles.
De esta época guardo gratos recuerdos en la escuela de pintura del ‘Hort del Xocolater’, con el profesor y pintor Sixto Marco.
¿Cómo describirías tu estilo? ¿Qué te gusta pintar?
No me encasillo en un estilo concreto, pero lo que sí me define en la pintura es el uso del color, siempre me ha fascinado y es algo con lo que disfruto mucho.
En general me gusta mucho pintar la naturaleza, creo que es la mayor fuente de belleza que existe.
«Muchos restauradores nos formamos de manera poliédrica»
Cuéntanos cómo ha sido esa evolución personal desde aquellos primeros cuadros.
Ha sido una trayectoria con altibajos, épocas de mucha producción con momentos de silencios pictóricos. Comencé Bellas Artes en la Universidad de Murcia, y los primeros años fueron muy emocionantes, pero más tarde sentía que me faltaba algo y decidí dar el salto a la restauración, finalizando mis estudios en la Universidad Politécnica de Valencia.
A partir de ahí dejé la pintura en un segundo plano. En la pandemia, encerrada en mi taller, fue cuando la retomé con más fuerza.
¿Qué te condujo al mundo de la restauración?
En Bellas Artes te podías especializar en diferentes áreas, y Restauración era una de ellas, aunque actualmente es un grado independiente.
Siempre me ha gustado lo material, y esta disciplina lo estudia desde una perspectiva más técnica y desde la investigación. Era una forma de profesionalizarme en un área que no me desvinculara del trabajo directo con la obra.
¿Con qué formatos y materiales has trabajado en este sector?
Creo que estamos en un momento en el que se debe abarcar una serie de competencias que te abra un abanico amplio de posibilidades a la hora de poner tu trabajo en práctica, por eso, muchos restauradores nos formamos de manera poliédrica, por lo menos en España.
En la carrera me especialicé en restauración de pintura mural, pero también he tocado otro tipo de formatos como la pintura sobre tabla y lienzo, arqueología, escultura policromada y textiles, área en la que me especialicé en Alemania.
«En Alemania me especialicé en Restauración de textiles»
¿Consideras más difícil crear desde cero o restaurar una obra ya terminada?
Para mí es más difícil la restauración, los procesos que se han de llevar a cabo son muy complejos. No se trata sólo de recomponer un trozo de pintura perdida, antes se debe realizar un estudio completo donde se utilizan tecnologías avanzadas de análisis de materiales y técnicas de imagen.
En cuanto a los procesos que se realizan en las obras, los más importantes son los de estabilización y conservación, aunque es evidente que la adecuación estética es el que más polémicas provoca.
¿Hay alguna de tus obras que tenga un significado especial para ti?
Todas mis obras tienen un significado especial para mí, normalmente retratan un momento concreto de mi historia y vivencias, pero la que tiene un mayor significado, es un retrato que hice de mi abuela en gran formato cuando todavía estaba en la facultad.
También haces trabajos de diseño gráfico ¿qué trabajos destacarías en este ámbito?
Destacaría la cartelería, aunque también he realizado trabajos de edición, como el libro que edité al también artista J.A. Nguema ‘El Arte de la Interpretación Interactiva’.
«Me gusta pintar la naturaleza, es la mayor fuente de belleza que existe»
Si tuvieras que elegir entre seguir siendo pintora, restauradora o diseñadora, ¿por cuál te decantarías?
En primer lugar, elegiría ser pintora pues me llena, más que los bolsillos, el alma.
Pienso que es la mejor manera que tengo de expresarme y de conocer el mundo que me rodea.
Acaba de concluir una de tus exposiciones en Almoradí. ¿Cómo ha ido?
La exposición ha tenido una gran afluencia y la retroalimentación que he recibido ha sido positiva, por lo que estoy muy contenta.
Aprovecho para agradecer al Ayuntamiento de Almoradí por esta oportunidad, en especial a la concejalía de Turismo.
¿Tienes en mente algún nuevo proyecto o algún giro en tu trabajo?
En cuanto a restauración, estoy inmersa en un proyecto en el que participo como directora del departamento de restauración del Instituto Español de Egiptología y Coptología (IEEC), que centra sus esfuerzos y recursos la realización de proyectos arqueológicos y patrimoniales en Egipto.
Y en la pintura, me gustaría realizar un proyecto que tengo en mente varios años, pintar un mural. Espero poder realizarlo antes de que acabe el año.