Entrevista > Katerina Maragkos Ontalba / Técnica de comunicación de la Fundación Lukas (Madrid, 26-julio-1996)
Situada en el corazón de Sant Joan d’Alacant, la Fundación Lukas se ha consolidado como un referente en la atención a personas con discapacidad múltiple severa.
A través de modelos asistenciales innovadores como su ‘Casa Hogar’ y proyectos de gran impacto visual como las bicicletas adaptadas, la entidad trabaja para mejorar la calidad de vida de sus usuarios y sus familias.
Para quienes no conozcan la Fundación Lukas, ¿cuáles son sus orígenes y la misión con la que nació en Sant Joan?
La Fundación nació en 2009, pero el centro de Sant Joan abrió sus puertas en 2014, inicialmente con estancias temporales. El objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas con Discapacidad Múltiple Severa (DMS) y la de sus familias. Lo hacemos a través de nuestra Casa Hogar y cuidando de sus hijos o familiares, ofreciéndoles un apoyo integral.
«Todas las familias tienen llave de la casa y pueden venir cuando quieran»
Se centran en la DMS. ¿Qué implica esta condición y cuál es la principal reivindicación de la Fundación?
Es una condición en la que coexisten discapacidades físicas, intelectuales y sensoriales, con un grado de dependencia superior al 75%. Estas personas necesitan a otras para casi todas las actividades básicas del día a día. Nuestra lucha es que la DMS sea clasificada oficialmente como una tipología específica en la Ley de Dependencia y que las administraciones doten económicamente los recursos que necesitan.
Su ‘Casa Hogar’ es un modelo asistencial pionero. ¿Qué la diferencia de una residencia tradicional y por qué se limita a solo seis plazas?
Se trata de un modelo innovador porque la atención está muy centrada en la persona. El ratio es de un cuidador por cada dos residentes. No es una cuestión de recursos económicos, sino de demostrar que con menos usuarios la atención es mucho mejor. Queremos que este modelo se conozca y se replique, garantizando una vida más feliz tanto para ellos como para sus familias.
En este modelo, ¿qué papel juega la familia y cómo se fomenta la independencia tanto de los residentes como de sus padres?
Las familias tienen llave de la casa y pueden venir cuando quieran. Este recurso da una respuesta a los padres que se hacen mayores y ya no pueden atender a sus hijos con la misma fuerza. Aquí, los hijos están cuidados al 100% y ganan independencia viviendo con jóvenes de su edad, como si estuvieran en la universidad. Para ellos, esta es su casa, no una residencia.
«Aquí nos reconocen por las bicicletas adaptadas»
Hace un año ofrecieron sus estancias temporales a afectados por la dana. ¿Cómo surgió y se desarrolló esa emotiva iniciativa?
Tenemos una séptima habitación para estancias temporales. Tras la catástrofe de la dana, quisimos ayudar. Gracias a una gran campaña de captación de fondos y en colaboración con entidades como la Fundació Horta Sud, ofrecimos esta habitación para que personas con discapacidad afectadas pudieran venir gratis un fin de semana. Fue un proyecto precioso y muy gratificante.
Además de la vivienda, otra de sus grandes patas es el centro de terapias. ¿Qué servicios ofrece y a quién va dirigido?
El centro de terapias está abierto al público general con cualquier grado de discapacidad o diversidad funcional. Ofrecemos fisioterapia, terapia ocupacional, logopedia, psicología y terapia acuática en nuestra piscina 100% adaptada. Aunque atendemos principalmente a niños, cualquier persona que necesite estas sesiones puede acudir a nuestro centro.
Quizá su proyecto más visible en Sant Joan son las bicicletas adaptadas. ¿Por qué son tan importantes para cambiar la mirada hacia la discapacidad?
Las bicicletas cambian totalmente la percepción. Cuando la gente ve a una persona en silla de ruedas, a menudo siente lástima, pero cuando la ve en una de nuestras bicis, la saluda como a un campeón. Les da una increíble sensación de libertad y fomenta un ocio inclusivo. En Sant Joan nos reconocen por ellas, son nuestro megáfono más importante.
«Queremos que este modelo se conozca y se replique»
Vemos que la integración en el municipio es clave. ¿Cómo es la relación con el Ayuntamiento y la ciudadanía de Sant Joan?
Es fantástica. El Ayuntamiento de Sant Joan siempre nos incluye en multitud de actividades, como la marcha nocturna, y nos da mucha visibilidad. La gente del pueblo nos saluda por la calle y nos reconoce. Además, cualquier persona, con movilidad reducida, de la zona puede solicitar el uso de nuestras bicicletas de forma gratuita, solo tiene que llamarnos.
Mirando hacia el futuro, ¿el objetivo es replicar la Casa Hogar o escalar proyectos más accesibles como las bicicletas?
Ojalá la vivienda tutelada se replicase por toda España, porque es algo súper necesario. Sin embargo, lo más fácil de escalar serían las bicicletas adaptadas. Dependemos de la captación de fondos para todos nuestros programas, pero estamos abiertos a colaborar con entidades de otras ciudades para llevar allí nuestras flotas de bicicletas, como ya hacemos en Madrid.
Por último, para la gente de Sant Joan que quiera colaborar, más allá de la aportación económica, ¿de qué manera puede ayudar?
La manera más bonita en la que nos pueden ayudar es a través del voluntariado. Siempre necesitamos voluntarios para acompañar a los chicos en las salidas con las bicicletas, para hacer excursiones o simplemente para pintar y estar con ellos. Es algo fundamental para nosotros, especialmente los miércoles y viernes por la tarde y los sábados por la mañana.