Entrevista > María Fuentes / Atleta
Todavía un deporte emergente en España, el trail running está dando pasos decisivos hacia la profesionalización. En ese escenario destaca la historia de María Fuentes, una corredora que, tras iniciarse en el triatlón y encontrar en la montaña su mejor refugio durante la pandemia, ha conseguido en muy poco tiempo situarse entre las atletas más prometedoras del país.
Su trayectoria refleja no sólo constancia y talento, sino también la capacidad de transformar un reto personal en una pasión que ahora la lleva a vestir la camiseta de la selección en el Mundial de Canfranc.
Quizás la modalidad de trails de montaña no sea uno de los deportes más conocidos en España. ¿En qué consiste exactamente?
Es un tipo de carrera que se hace por la montaña y existen diferentes disciplinas como, por ejemplo, el kilómetro vertical o las carreras circulares, que empiezan y terminan en el mismo lugar con distintas distancias.
Este año has dado un gran paso adelante en tus resultados. ¿Con esa profesionalización se puede llegar a vivir de este deporte?
También en ese sentido es un deporte que está creciendo, porque la implicación de las marcas es cada vez mayor. Además, las propias organizaciones pueden darte un fijo por participar y a veces crean bonos dependiendo de la posición que quedes.
Hasta ahora, no se podía vivir de ello, pero ahora sí que ha habido un salto en cuanto a profesionalización y se le está dando nuevas oportunidades a la gente que corre.
En ese sentido, ¿en qué punto estás?
Eso te lo podré decir con más exactitud cuando termine la temporada, que es cuando se cierran los contratos; pero es verdad que los resultados me están acompañando y alguna oferta se me ha abierto. Lo que me han ofrecido por ahora no es totalmente contrato profesional; pero como ejerzo de profesora en un ciclo superior, compatibilizarlo es bastante difícil, es decir, no podría profesionalizarme completamente.
«El trail me da libertad y conexión con la montaña»
¿Cómo empezaste en esto?
Antes de iniciarme en los trails hacía triatlón, pero entonces llegó la pandemia y nos encerraron a todos. Fue entonces cuando empecé a entrenar por montaña y poco a poco me lo fui tomando más en serio, presentándome a carreras populares, a campeonatos autonómicos, a nacionales…
Al final, la constancia y, sobre todo, disfrutar del proceso es lo que me ha enganchado. Es algo que me llena.
Y ahora que están llegando los grandes resultados, todavía más.
En realidad, lo que me llena no es eso. Ganar esta u otra carrera está bien, pero me quedo con la sensación que tienes cuando disfrutar por cómo estás entrenando o haciendo la carrera. He llegado a un momento en el que tengo un entrenador, una nutricionista y una psicóloga deportiva y digamos que está todo perfectamente alineado.
«Ahora sí empiezan a abrirse oportunidades para vivir de este deporte»
¿Te costó mucho hacer la transición del triatlón a los trails?
Mentalmente me está costando menos. Creo que el triatlón, en ese sentido, era más duro porque es un deporte en el que tienes que estar todo el rato ‘a full’. Desde el principio hasta el final. Además, las transiciones siempre son muy estresantes.
Sin embargo, la montaña es una manera de expresarme, de sentirme libre y en paz. Llega un momento en el que me siento en conexión con la montaña y eso hace que, en el plano mental, no tenga mucha carga. Físicamente, lo que más me ha costado es mantener el ritmo de correr subiendo en pendientes con alto porcentaje y no caer en la tentación de echarme a andar.
En todo caso, en pruebas que se pueden ir a más de cuatro horas, imagino que habrá días en los que cueste mucho superar los malos momentos.
Se hace largo, sobre todo, cuando explotas a nivel físico. Ahí la mente te empieza a jugar malas pasadas y eso es algo que he trabajado ahora mucho con la psicóloga: aceptar que te pueden venir bajones, que te puedes sentir realmente mal en carrera y que te tienes que adaptar y saber que eso va a cambiar.
Saber que cuando termine la carrera es cuando tienes que valorar el conjunto y no hacerlo en ese momento de crisis. Se trata, en definitiva, de gestionar esas emociones y dejar de hablarme mal a mí misma.
«Compatibilizar mi trabajo como profesora con correr es complicado»
¿Y qué te decías?
Qué hacía ahí, que no tenía el nivel y que me retirase o que dejase de correr. Entonces, aparte de que físicamente estaba mal, me entraba ansiedad y no podía rendir todo lo que sabía que entrenando podía sacar.
Esta entrevista la estamos haciendo a pocos días de que vayas a participar en el Mundial de Canfranc. ¿Cuál va a ser tu objetivo?
Estar ahí ha sido mi sueño desde que empecé a correr. Ya digo que me puedo morir tranquila. Sueño con conseguir una medalla por equipos. A nivel individual, y soy realista, sé que está muy difícil todo. Iré a hacer mi carrera, iré a disfrutar.