Entrevista > Pepe Sart Vallés / Miembro de la Penya Gerrot (Xàbia, 28-junio-1969)
Este año, la Penya Gerrot ha sido galardonada con uno de los Premis Vila de Xàbia en la celebración del 9 d’Octubre, un reconocimiento a sus 37 años manteniendo viva la tradición de la ‘Cremà dels Trastos Vells’ durante la noche de Sant Joan. Lo que empezó como la iniciativa de un grupo de amigos se ha convertido en un acto multitudinario y un pilar de las fiestas. Hablamos con Pepe Sart, miembro de la penya, sobre esta arraigada costumbre.
Este año han recibido el Premi Vila de Xàbia por organizar la ‘Cremà dels Trastos Vells’. ¿Cómo surgió la idea de recuperar esta tradición en 1987?
Nosotros fuimos Quinta en 1987 y decidimos recuperar esa antigua hoguera dentro del programa de fiestas. Al año siguiente la organizamos junto a otras cuatro penyas y, a partir de 1989, la Penya Gerrot la asumió en solitario. Empezó como una fiesta para nosotros y los vecinos, en una calle sin asfalto ni apenas luz, pero nos gustó y nos unió.
¿Cuál es el significado original de esta hoguera, ligada al solsticio de verano y a la idea de quemar lo viejo?
Es una tradición pagana que se había perdido en los años cincuenta. Se celebraba en la noche más corta del año, coincidiendo con el solsticio de verano. La idea era quemar todo lo que se consideraba “maldito” o que traía mala suerte, como una silla rota, para así espantar a los malos espíritus y purificarse con el fuego.
Con el paso de los años, el evento ha crecido enormemente. ¿Cómo se organiza la logística de un acto tan masivo?
Se organiza a base de la experiencia de estos 37 años, puliendo detalles cada edición. Es un acto que no sería posible sin la ayuda de la gente. Los vecinos nos llaman para donar sus muebles viejos, otras personas vienen desinteresadamente a ayudarnos a montar la hoguera por la mañana e incluso nos preparan el almuerzo. Es un esfuerzo muy altruista.
Damos las gracias al Ayuntamiento por su apoyo con la ambulancia, policía, bomberos y, sobre todo, Protección Civil, para que todo transcurra sin incidentes.
«El significado original era quemar todo lo que se consideraba maldito o que traía mala suerte»
Más que un acto de una penya, parece que se ha convertido en una tradición de todo el pueblo.
Sí, nosotros la organizamos, pero la hoguera ya es de toda la gente que participa. Se ha convertido en un ritual para los quintos de cada año y para muchos vecinos, que acuden a tirar su corona de vidriella al fuego para pedir un deseo. La gente se ha apropiado de la fiesta, la hoguera ya no es nuestra, es de todos.
¿Qué significa para la Penya Gerrot recibir este reconocimiento, el máximo a nivel local?
Estamos muy contentos. También un poco tristes, porque nos hubiese gustado que dos miembros de la penya que ya no están con nosotros hubieran podido compartirlo. Este premio es un reconocimiento a la constancia y, sobre todo, a la amistad que nos ha mantenido unidos organizando este acto durante tanto tiempo.
«Empezó como una fiesta para los vecinos, en una calle sin asfalto ni apenas luz, pero nos gustó y nos unió»
¿Puede este premio suponer un punto de inflexión para hacer crecer el evento, o el objetivo es mantener la esencia?
No tenemos la ambición de hacer cosas diferentes, sino de mantener la tradición tal y como es. La noche del 23 de junio está muy completa, con los actos muy seguidos, y no hay mucho margen para ampliar sin más tiempo o dinero. Creemos que así está bien. Este premio nos ha pillado por sorpresa y tenemos que digerirlo, pero nuestra idea es continuar.
En una Xàbia cada vez más cosmopolita, ¿qué importancia tiene mantener vivas estas tradiciones?
Une las raíces de la gente de aquí y, a la vez, muestra a quienes vienen de fuera nuestra identidad, con lo que es muy importante. Todas las fiestas de Xàbia sirven para unir a las personas y contrarrestan esa tendencia cosmopolita. Esperamos que esto anime a otras penyas a recuperar otras pequeñas tradiciones e integrarlas en las fiestas.
«Esperamos que esto anime a otras penyas a recuperar las pequeñas tradiciones e integrarlas en las fiestas»
Además del fuego, la hoguera en sí misma, antes de quemarse, es un museo de recuerdos.
Sí, es muy curioso. Recuerdo la anécdota de un profesor ya jubilado que, al pasar por allí, vio unos antiguos pupitres y se emocionó diciendo: “¡En esos pupitres he dado clase yo!”. Esos objetos desechados por unos evocan recuerdos y nostalgia en otros. Ver la hoguera antes de la ‘cremà’ también es parte de la experiencia.
Para quienes nunca han asistido, ¿por qué no deberían perderse la ‘Cremà dels Trastos Vells’?
Es la culminación de un ritual que dura toda la noche. La gente acude a quemar su corona y pedir un deseo, y después sigue el ‘correfoc’. El fuego atrae muchísimo, pero también es interesante ver la hoguera antes de quemarse. Está hecha con muebles y objetos que hace tiempo que no se ven y a mucha gente le recuerda su infancia.