Entrevista > Alessandro d’Urso / Director artístico del Cortoons Festival Gandia (Nápoles, Italia, 14-julio-1965)
Dentro de unos días Gandia volverá a convertirse en la capital de la animación de la mano de la XXI edición del Cortoons Festival, que celebrará su décimo año en la ciudad en el Teatro Serrano. Durante tres jornadas, el público podrá disfrutar de más de cinco horas de proyecciones, así como de talleres, charlas y encuentros con artistas.
La entrada para cada tarde cuesta seis euros, mientras que el abono de fin de semana tiene un precio de quince euros. Además, se han programado dos actividades especiales con precios independientes, que pueden consultarse en la web oficial (cortoons.es) o en el punto informativo situado frente a la Casa de la Marquesa, donde también está disponible la programación completa.
Hablamos con el director artístico del evento, Alessandro d’Urso, para saberlo todo sobre la iniciativa.
¿Cómo nació el Festival?
Comenzó en Roma en 2004 porque, como fotógrafo, siempre me ha gustado muchísimo la animación. Después, mi familia y yo nos mudamos a Gandia y cuando propuse la idea el Ayuntamiento aceptó enseguida.
¿Tuvo buena acogida desde el principio?
Sí, aunque es verdad que hemos trabajado mucho para explicarle al público que la animación no es solo cosa de niños, sino que se trata de algo serio que también pueden disfrutar los adultos.
«La animación es algo serio que también pueden disfrutar los adultos»
En esta ocasión os han enviado alrededor de 2.700 piezas desde 110 países diferentes, ¿cuántas llegarán a participar y cómo las escogéis?
Gracias a los veintisiete años que llevo organizando festivales de animación y a mi trabajo como director artístico soy yo quien selecciona los cortos. Todo depende de la duración de las piezas, pero normalmente seleccionamos entre cincuenta y sesenta cortos.
¿Qué destacarías sobre el resto de la programación?
La charla y sesión de firmas del ilustrador Paco Roca y el show de Hermoti y de Isatxa Mengíbar, que, entre otras cosas, es la voz española de Lisa Simpson o de Jinx de Arcane.
Además, resaltaría la proyección de tres largometrajes nominados a los Oscar: El chico y la garza; Memorias de un caracol y, por supuesto, Flow, que se llevó el premio a Mejor Película de Animación.
¿Crees que el festival, ahora que lleva una década aquí, está consolidado?
Sí, se ha convertido en un referente para el cine de animación porque hay muy pocos festivales que pongan en valor estos cortometrajes. Sería mucho más fácil hacer un concurso de piezas más largas, pero preferimos reivindicar este tipo de obras.
«Gustamos mucho porque hay pocos eventos sobre este tipo de cortometrajes»
Entonces, ¿atrae a gente de otros lugares?
¡Claro! Somos un evento muy importante a nivel provincial y nacional. Además, no solo viene gente de toda España, sino que también llegan personas de otros países de Europa e incluso de fuera del continente.
¿A qué premios optan los concursantes?
Hay diferentes categorías. Entre otras cosas, damos premios al Mejor Cortometraje Español; el Mejor Cortometraje producido en la Comunidad Valenciana o la Mejor Mujer Directora Europea. En total hay siete galardones. Para mí, el Premio Especial Cortoons es el más interesante.
¿Qué papel tienen las personas voluntarias en la organización del evento y cómo pueden apuntarse?
Su ayuda es esencial y tienen dos formas de apuntarse: por una parte, existe un convenio con el campus de la UPV gracias al cual sus estudiantes pueden ser jurados de una de las categorías. Por la otra, cualquier persona puede sumarse a la iniciativa contactando con nosotros a través de Instagram.
«Hoy en día las piezas que nos llegan son mucho más crudas que las de antes»
¿Cómo convencerías a alguien de que participase en el certamen?
Le diría que hay que arriesgarse. A veces una persona no se anima porque piensa que no ha hecho un buen trabajo y a mí me parece todo lo contrario. También es posible que su corto no tenga una trama especialmente interesante, pero que, por la temática, la técnica… sí sea seleccionado.
¿Cuáles dirías que son los temas más comunes entre los cortometrajes que se presentan?
Hasta hace unos años enviaban muchas piezas humorísticas, pero ahora predomina la crítica social. Al final las obras son un reflejo de la sociedad que estamos viviendo y hoy en día hay poco por lo que reírse.
Piensa que participan 112 países, por lo que los cortos que llegan de sitios como Irán o Afganistán siempre tienen una temática más cruda.
Para acabar, ¿por qué debe la gente acercarse a conocer el festival?
Porque hoy en día se suele ver todo con el móvil o, como mucho, en la tele, pero en Cortoons uno tiene la oportunidad de disfrutar de las piezas en un teatro lleno y con una pantalla mucho más grande. Es una experiencia completamente diferente.
Además, es una muy buena forma de apoyar a muchos artistas emergentes y de conocer de cerca a algunos profesionales del sector.
Aprovecho para recordar que también organizo el Cortoons Frikidays, que se celebra en el Espai Baladre a finales de mayo y principios de junio, y el Tattoo Friki Fest, cuya primera edición será muy especial y tendrá lugar entre el 20 y el 22 de marzo de 2026 en el mismo lugar.