Entrevista > Nacho García / Presidente y director deportivo del Club Hockey Xàbia (Muro de Alcoy, 15-septiembre-1987)
En Xàbia, un deporte sobre ruedas y con ‘stick’ se abre paso con perseverancia. El Club Hockey Xàbia, fundado en 2016, no solo ha crecido en número de jugadores, sino que ha forjado una identidad basada en el esfuerzo y el compañerismo.
¿Cómo surge la idea de crear un club de hockey patines en un lugar como Xàbia, más conocido por otros deportes?
Soy de la zona de Muro de Alcoy y jugaba al hockey allí. Por trabajo, tras terminar mis estudios de arquitectura técnica, me vine a Xàbia. Aquí coincidí con unos padres cuyos hijos también practicaban este deporte y, al final, nos lanzamos a montar el club. Empezamos a hacer propaganda y a captar niños, sobre todo para enseñarles a patinar.
Los inicios, con apenas un equipo, fueron complicados. ¿Cuáles fueron los mayores retos para asentar el club?
Cuando tuvimos una base mínima, con apenas seis jugadores, decidimos federarnos. La Federación nos ayudó mucho. Las primeras dos temporadas fueron muy duras, porque a veces fallaban niños y me tocaba suspender partidos a última hora. Por suerte, la buena relación con otros clubes nos permitía aplazarlos sin penalización.
Poco a poco fuimos captando más niños. A las tres temporadas ya teníamos dos equipos, luego tres, y ahora nos movemos entre tres y cuatro. El principal problema es que, al llegar a cierta edad, algunos se van fuera a estudiar y perdemos categorías.
A pesar de esas dificultades, el club ha crecido y ha cosechado éxitos importantes, como la Copa Federación. ¿A qué atribuye esta progresión?
La atribuyo a la insistencia y la perseverancia. El primer equipo que formamos, a los que llamo «los legionarios», recibió auténticas palizas, pero abrieron el camino. Ellos ayudaron a formar a todos los que venían detrás, entrenando con ellos y subiendo el nivel paulatinamente. Siempre hemos intentado analizar nuestros fallos y mejorar.
«Este deporte te da mucho para la vida»
El hockey patines es un deporte muy técnico. ¿Qué lo hace tan especial y, a la vez, tan complejo para los que empiezan?
Es un deporte que engancha a los niños que lo prueban desde cero. Es complicado porque no basta con saber patinar, tienes que dominar los patines para hacer cambios de ritmo y giros. Luego, debes hacer todo eso mientras controlas una pelota con un stick. Esa combinación lo hace muy complejo, pero también muy atractivo.
Además, el nivel en la Comunitat Valenciana es altísimo. Nos enfrentamos a equipos que han quedado quintos o sextos de Europa, lo que explica las grandes diferencias que a veces se ven en los marcadores.
Para un deporte minoritario, la captación es clave. Este año han apostado por unas jornadas de puertas abiertas. ¿Qué valoración hace de la iniciativa?
Para mí ha sido un éxito. De los diez o quince niños que vinieron a probar, tres ya me han confirmado que siguen y otros dos o tres están pendientes de cuadrar horarios. Conseguir cinco jugadores nuevos en tres semanas es un gran logro. Cualquier niño que se apunta es una victoria para nosotros.
«Las primeras dos temporadas fueron muy duras»
Uno de los hándicaps puede ser el coste del equipamiento. ¿Cómo gestionan desde el club esta barrera para las nuevas familias?
Es cierto que la familia tiene que hacer un desembolso importante. Por eso, en el club tenemos un almacén con patines, sticks y protecciones de segunda mano. No me gusta que un niño deje el hockey porque su familia no pueda comprar el material. Se lo dejamos durante una temporada para que prueben.
Así, si al niño o la niña le gusta de verdad, los padres ya hacen la inversión con la certeza de que va a continuar. Es una red de seguridad para que el desembolso se haga con convencimiento.
Más allá de las cuotas y la ayuda pública, ¿cuenta el club con el apoyo de patrocinadores privados del municipio o la comarca?
Patrocinadores como tal no tenemos. Contamos con algunos colaboradores que pagan una pequeña cantidad a principio de temporada a cambio de publicidad. Siendo sincero, como lo llevo casi todo yo con la ayuda de dos o tres personas, no llegamos a ir puerta por puerta buscando apoyo. Aún no hemos tenido la suerte de que alguien apueste fuerte por nosotros.
«Actualmente el nivel en la Comunitat Valenciana es altísimo»
Habla de que son como una gran familia. ¿Qué valores intentan inculcar más allá de la competición?
La familiaridad es fundamental. Me encanta juntar en la pista a jugadores de diecisiete años con niños de ocho o nueve. Entre ellos se cuidan. Se ha creado una dinámica, no me preguntes cómo, en la que el mayor siempre protege al pequeño. Si alguien se cae, todos se paran a preocuparse.
Es un deporte que te da mucho para la vida. Te enseña, por ejemplo, a gestionar la frustración, algo que a muchos niños hoy en día les cuesta.
Para terminar, ¿qué mensaje enviaría a las familias de Xàbia y alrededores para que se animen a conocer este deporte?
Les diría que vengan y prueben, que pasen unas semanas con nosotros disfrutando de aprender a patinar y jugar al hockey. Que conozcan a los magníficos compañeros que tenemos. Si les gusta, que se queden, y si no, que prueben otro deporte. Lo más importante es que los niños hagan alguna actividad deportiva.