Entrevista > Andreu Juan / Presidente de los Mayorales de les Festes d’Agost 2026 (Altea, 21-noviembre-1992)
Nada más terminar las Festes d’Agost de 2025, Javier Juan se enfundó la chaqueta de presidente de los mayorales de 2026. Natural de Altea, pero con lazos festivos cada vez más fuertes en La Nucía gracias a su pareja y a su implicación en las celebraciones locales, afronta con entusiasmo un reto que combina responsabilidad, trabajo en equipo y, sobre todo, ilusión.
“Nos podríamos llamar la peña de la hormiga: poco a poco, pero sin detenernos nunca”, resume el espíritu de un grupo de algo más de treinta personas, en su mayoría treintañeros, que se preparan para organizar uno de los acontecimientos más esperados del calendario nuciero.
La rueda de la mayoralía, puesta en marcha por la Asociación de Peñas para garantizar la continuidad de las fiestas, les ha colocado al frente de la organización. Y lejos de verlo como una carga, Juan y sus compañeros lo entienden como una oportunidad para reforzar el carácter abierto, integrador y generacional de unas fiestas que son referencia en la Marina Baixa.
El calendario, en marcha
Con un calendario que ya arrancó en septiembre con el exitoso Festi Tapa, los mayorales de 2026 trabajan en nuevas iniciativas de recaudación y en un programa que combine actos tradicionales con propuestas innovadoras. Para Andreu Juan, hay momentos muy especiales, como la ofrenda en agosto o las patronales de San Rafael en noviembre, que representan la esencia más auténtica de La Nucía.
Conscientes de los cambios sociales y de las limitaciones que marcan las normativas medioambientales, los mayorales nucieros apuestan por unas fiestas que sepan conjugar ocio y respeto, identidad y diversidad, tradición y juventud. Una apuesta firme para que, en 2026, La Nucía vuelva a vivir unas Festes d’Agost inolvidables.
Nada más terminar las pasadas fiestas, en plena resaca -quizás hasta literal-, te vistes de presidente de los mayorales de las Festes d’Agost 2026. ¿Por qué meterte en este lío?
Pues mira… la verdad que no soy de La Nucía, soy de Altea. Mi pareja es la que es de aquí, hace ya mucho tiempo que estoy con ella y al final me he hecho de las fiestas y poco a poco hemos ido haciendo cosas. Ahora, nos ha venido la Asociación de Peñas, que es relativamente nueva en La Nucía, y nos dijo que nos tocaba.
Por decreto.
Algo así. No es que sea una obligación irrenunciable, pero se ha creado esa asociación precisamente para cuidar un poco más esta variable, porque algún año ha habido dificultad para encontrar mayorales. Así pues, se ha creado una rueda más o menos obligatoria para todas las peñas organizada por edades y este año, en 2026, nos toca a nosotros.
«Nos podríamos llamar la peña de la hormiga: poco a poco, pero sin detenernos nunca»
A finales del pasado mes de septiembre ya organizasteis el primer gran evento de preparación y recaudación para el próximo agosto con el Festi Tapa. ¿Qué tenéis previsto a lo largo de casi un año que queda para que vuelvan los días grandes de La Nucía?
Efectivamente, tuvimos el Festi Tapa el pasado 27 de septiembre. Por lo demás, tenemos muchas ideas y muchas iniciativas pensadas; pero las fiestas terminaron el 18 de agosto y ya ese día se hizo el cambio de mayoralía. A partir de ahí, en realidad, empiezan las siguientes fiestas y nosotros ya no paramos.
Más allá de los actos que no pueden cambiarse por su carácter cultural o religioso, en esa parte del programa donde se puede ser más creativo, ¿por dónde tenéis pensado tirar?
Estamos todavía en esa fase de hacer previsiones y para ello nos reflejamos un poco en lo que se hizo el año anterior. A partir de ahí, se empieza a trabajar, se marcan unos presupuestos máximos por comisión… Una de las cosas que hemos hecho este año, por ejemplo, es crear una comisión de lotería y vamos a tener abiertos abonados mensuales.
¿Siempre el mismo número?
No, vamos cambiando. ¡A ver si toca!
«No soy de La Nucía, soy de Altea, pero las fiestas me han hecho sentirme de aquí»
Diego y su equipo están haciendo un trabajo espectacular al frente de la Asociación de Peñas. Vosotros os fundasteis en 2004 y, por lo tanto, el año que viene cumpliréis veintidós años. ¿Crees que sin ese trabajo de la Asociación y, sobre todo, la capacidad de convicción que han tenido, hubieseis dado el paso de asumir la mayoralía?
Al menos, sería muy complicado, porque si analizamos un poco todo este trayecto que ha tenido la Asociación, nos damos cuenta de que es muy importante que exista para que se pueda coordinar con los mayorales a la hora de organizar eventos. Sobre todo, lo decías tú antes, los temas religiosos y protocolarios.
Ellos nos informan, nos asesoran muy bien. Además, nos dan todo tipo de soporte y eso es de agradecer. Hay que ser también un poco pacientes, porque la Asociación es nueva, dentro de lo que cabe, y nosotros, como mayorales, también. Creo que las dos partes nos vamos a entender súper bien.
¿Cuántos sois en la peña?
Ahora mismo, de mayorales, algo más de treinta.
¿Y media de edad?
En los ‘treintaytantos’.
«Más allá de agosto, las fiestas de San Rafael son las que más ilusión me hacen por su carácter identitario»
O sea, una mayoralía muy joven. Eso, de entrada, implica que a capacidad de trabajo no os pueden ganar.
No. Nosotros nos podríamos llamar la peña de la hormiga: poco a poco, pero sin detenernos nunca.
Volvamos al calendario anual que habéis abierto con el Festi Tapa. Más allá de su importancia económica y otras derivadas, ¿cuál es el acto o celebración que más ilusión te hace fuera del programa de agosto?
Para mí, son muy especiales las fiestas de San Rafael. Son de las que más se identifican con lo que es La Nucía, entre otras cosas, porque se celebran en el mismo pueblo. Son unos días en los que la gente se ilusiona y las siente muchísimo. No es sólo por la fiesta, sino también por lo que significan a nivel identitario.
Además, son las patronales.
Claro, las de noviembre. Como te digo, son las que más ilusión me hacen.
«En La Nucía se abren las fiestas a todos con la figura de los mayorales de honor»
En agosto, ¿cuál es el momento que más sueles esperar?
A mí, uno de los actos que más me gusta es la ofrenda.
Los festeros coincidís siempre en este tipo de cosas.
Sí, porque es un acto muy bonito. Se visten prácticamente todos los festeros y es como el acto más tradicional que hay en fiestas, aparte de los relacionados con la Iglesia. La verdad que es muy bonito ver cómo la gente desfila, los diferentes trajes y cómo se emocionan la reina, las damas, familiares…
Muchos residentes de la Marina Baixa, no nucieros, coinciden en señalar que las Festes d’Agost son de las más abiertas de la comarca. ¿Coincides en esa apreciación?
¡Exacto! Piensa que La Nucía está dividida por peñas, pero en fiestas ‘fichamos’ a los mayorales de honor. Estos son un poco los que dan la vidilla a la mayoralía, porque hay gente que es de La Nucía y gente que es de fuera. Gente más mayor y más joven. Eso da juego a abrir un poco la fiesta a todos. Un abanico muy amplio.
«Creo que la juventud está recuperando su implicación en la parte más tradicional de la fiesta»
Y no es baladí la aportación de los nucieros extranjeros. ¿Crees que las fiestas son una buena herramienta de integración para tantas personas que se han ido sumando al censo procedentes de muy lejos?
Sí. De hecho, llevamos tiempo viendo que en La Nucía se crean peñas nuevas y que a las ya existentes se apunta mucha gente extranjera y de otros municipios. Al final, es importante abrir la fiesta. Es sencillo: la fiesta la hace el festero, pero la tiene que vivir el pueblo y la tiene que vivir la gente.
Sucede algo similar con la juventud. Da la sensación de que, sin renunciar nunca a la parte de ocio puro de las fiestas, llevamos tiempo recuperando su implicación en la derivada más tradicional e identitaria de los actos.
Estoy de acuerdo. Este ambiente está generalizado, ya no solo en La Nucía, sino en muchos municipios. Hay que, de alguna manera, educar al festero, porque la fiesta está bien vivirla de noche, pero también hay que vivirla de día. Hay que vivir las tradiciones y que no sea solo ir y beber. También se puede disfrutar de otra manera.
Si se está para salir, se está para cumplir.
(Ríe) ¡Eso es! Nosotros, desde hace mucho, como punto obligatorio tenemos el almuerzo. Primero almorzar y luego los actos. Pero hay que ir primero a almorzar.
«Uno de los actos más bonitos y emotivos de las Festes d’Agost es la ofrenda»
Volvemos al papel de la Asociación. Esa desconexión entre la juventud y la parte más tradicional de las fiestas podría, quizás, haber llevado a años de pérdida de referencias del pasado. ¿Consideras que Diego y su equipo están reconectando a las nuevas generaciones, en definitiva, con el porqué de estos días?
Desde luego que sí. Eso es lo que te comentaba también antes, que es un ambiente un poco generalizado. Que nos damos cuenta que hay una parte de la fiesta que tira mucho hacia el ocio nocturno y de madrugada, y realmente hace falta una Asociación para marcar unos estándares, unos protocolos.
Insisto mucho en ello, es un trabajo que están haciendo muy bien, pero todos debemos tener siempre muy presente que los resultados no se consiguen de un día para otro. De nuevo, siempre como la hormiga.
En los últimos años, y por las fechas en las que se celebran los días grandes, la presencia de la pólvora en La Nucía ha sido casi nula ya que las distintas alertas han obligado a prohibir su uso. ¿Afecta mucho a la fiesta?
Es algo que hay que aceptar. Nos tenemos que ceñir al cumplimiento de la Ley y de las normativas. Es fundamental hacer todo lo posible por garantizar la protección del entorno porque se puede liar muy gorda. Ya hemos visto, por desgracia, los efectos de tantos incendios en España este verano. Esto es lo primero que tenemos que tener en la cabeza y por eso se ha actuado en consecuencia. Por ejemplo, este año no se han podido tirar prácticamente petardos.
Nos los guardamos para noviembre, para San Rafael.
Esperemos que se pueda aprovechar y que se puedan tirar. Al fin y al cabo, los petardos ya sabes que en la Comunitat Valenciana son algo súper importante.