La costumbre de poner el Árbol navideño está extendida en nuestro país como un ritual que se ha de hacer el día de la Virgen Inmaculada Concepción, el 8 de Diciembre. Tanto el pesebre como el árbol simbolizan la solidaridad y un mensaje de amor especial en estas fechas.
Inicios
Los primeros árboles se adornaban con manzanas y velas. Pero, ¿cuándo y por qué se decoró el primer árbol en los hogares? La historia se remonta al siglo XIII con el ancestral culto a los árboles. Cuenta la leyenda cristiana que, en la edad media, el sacerdote Bonifacio tuvo la misión, por encargo del Papa, de evangelizar a los pueblos germanos con el cristianismo.
El misionero llegó a una aldea donde se iba a sacrificar a un niño debajo de un roble sagrado. Entonces Bonifacio tomó un hacha y derribó el árbol, para señalar después un pequeño abeto. Logró convencer a los aldeanos de que era el árbol del niño Jesús porque sus hojas eran verdes y simbolizaba la paz. Finalmente mandó reunirse a todos junto a ese tipo de árbol en los hogares y no en el bosque, para que no se cometiesen actos sangrientos en su nombre.
Adornos
Si actualmente el abeto está en nuestros hogares es gracias a un proceso de tradición. En los hogares colocamos dos tipos de árboles diferentes: los artificiales y los naturales. Como marca el arraigo cultural, debemos conservarlo en casa hasta la Epifanía, es decir, el 6 de enero.
Los adornos varían según el gusto personal. Podemos ver elementos decorativos que van desde la clásica estrella de cinco puntas que representa a la estrella fugaz del Belén o figuras religiosas, hasta calcetines, bastones de caramelo, lazos, piñas, muñecos de nieve o bolas de colores.