Crecida en Siberia, aunque lleva ya 18 años residiendo en Alicante. Desde Rusia con amor, la cineasta Xenia Grey se ha unido a Cristina Vaello para dirigir el corto ‘El Olvido’. Una producción de dibujos animados que en apenas cuatro minutos nos transporta a 1938 para revivir los instantes anteriores al fatídico momento en el que el Mercado Central sufrió el peor bombardeo aéreo de toda la Guerra Civil Española.
El cortometraje es una pieza única de color, música, ambientación histórica y humanismo que ha logrado convencer al jurado de los Premios Goya 2019 para incluirlo entre los nominados. El próximo 2 de febrero sabremos si también consigue llevarse la preciada estatuilla.
«Mucha gente está descubriendo que en Alicante se produjo el peor bombardeo de la Guerra Civil gracias a ‘El Olvido’»
No deja de asombrarme que Alicante haya estado representada en estos Goya gracias a una cineasta rusa. ¿De dónde nació la idea de dedicarle un corto al bombardeo del Mercado?
La idea fue de nuestro productor José Antonio Saura, de Horizonte Seis Quince, a raíz de la obra de teatro ‘Mar de almendros’ que habla de la Guerra Civil en Alicante y el famoso barco Stanbrook.
Saura quería llevar a la gran pantalla algún suceso ocurrido dentro de la misma época y se asombró mucho al conocer que en Alicante se había producido un bombardeo todavía más brutal que el del Gernika, pero mucho más desconocido. Me propuso hacer un homenaje a las víctimas que pudiera estar listo para el 25 de mayo de 2018, fecha del 80 aniversario.
Tras redactar el guión contacté con Cristina Vaillo y desarrollamos la animación, con la aportación también de Maximiliano Nadalini. Formamos un equipo en el que todos contribuimos en algo personal, para que no quedase un producto demasiado homogéneo.
«Hemos hecho los dibujos a mano, las técnicas digitales modernas no recreaban bien el ambiente de la época»
Lo primero que me ha impresionado de ‘El Olvido’ es la calidad de los dibujos. Una especie de mezcla entre anime y arte mediterráneo…
Queríamos que los dibujos nos transportasen en el tiempo, de ahí que la animación sea dibujada a mano en 2D y con mucha artesanía. No hemos querido utilizar ninguna técnica digital moderna que nos sacara del contexto de la Guerra Civil.
Nos hemos inspirado mucho en el anime clásico, así como en la textura de acuarela tan propia de los artistas de Alicante y también en los cómics para niños de la época.
Además hay que decir que yo vengo de una cultura siberiana que produce dibujos animados muy parecidos, tanto en el desarrollo de la historia como en los colores. Es algo de lo que me alimenté durante toda mi infancia, y ahora me gusta utilizar en mis creaciones.
¿Y por qué no hay diálogos?
Mi intención siempre ha sido que este cortometraje sirviera para que el bombardeo del Mercado de Alicante fuera conocido por todo el mundo. El idioma nos pone fronteras, y desde luego no tenía ningún sentido hacer una historia tan propia de España en inglés. Por tanto, suprimí el lenguaje.
Esto nos supuso un reto aún mayor, porque teníamos que contarlo todo a través de las imágenes. Incluimos varias metáforas visuales y detalles mínimos, así como pusimos mucho énfasis en la música para que cargara con el peso emocional de la historia.
La banda sonora ha sido compuesta específicamente para este corto por Alejandro Saura. Acompaña el desarrollo del corto, arrancando con compases alegres y creciendo poco a poco hasta el clímax del bombardeo.
«Es un corto sin un protagonista concreto. Le damos todo el protagonismo a la ciudad de Alicante»
¿Cuál dirías que es el punto fuerte de ‘El Olvido’ que ha atraído la atención de los críticos?
Quizás que es un corto sin un protagonista concreto, pues en realidad la auténtica protagonista es Alicante. Es un viaje en el tiempo que muestra cómo era la ciudad entonces. Los niños y ciudadanos nos llevan por el Mercado, el Ayuntamiento, Luceros, el Salón Moderno, la iglesia de Santa María…
Nos hemos basado en fotografías antiguas y los detalles documentados del bombardeo, aunque evidentemente también le hemos echado mucha imaginación para reconstruir la historia y toda su atmósfera. Cabe recordar que es un corto de ficción, no un documental. Por ejemplo, el hombre misterioso que inicia el rumor de que hay sardinas de oferta en el Mercado representa a la quinta columna. Esto es una aportación nuestra, pues no sabemos si sucedió así.
Teníamos muy claro que no queríamos hacer un dramón de la Guerra Civil en blanco y negro, sino mostrar Alicante tal y como era y sigue siendo, una ciudad soleada, cálida, colorida y muy viva, donde se remarcara la importancia de preservar lo simple y bonito, en contraposición con la devastación de la guerra.
«No queríamos hacer un documental, sino una obra de ficción basada en un hecho histórico»
Ya es difícil hacer un corto de una tragedia tan tremenda, y que no salga un dramón…
Aún así el corto es muy duro, pero más por lo que se imagina el espectador que por lo que enseña. No hemos querido poner escenas de violencia ni imágenes desagradables. Hoy en día el contenido audiovisual está saturado de explosiones, ya hacemos ver demasiada violencia a los niños. En ‘El Olvido’ hemos preferido centrarnos en la parte previa al bombardeo, para recordar y enseñarles por qué la paz es un bien tan importante que se debe preservar.
Además todavía quedan muchas familias alicantinas que sufrieron pérdidas humanas aquel día, y nos parecía de mal gusto hacia ellos crear una producción demasiado morbosa con las víctimas.
El nombre ‘El Olvido’ también es una reivindicación. ¿Siendo rusa te cuesta entender que un hecho histórico tan importante haya pasado tan desapercibido en la historia de España?
Me cuesta mucho entenderlo. Yo he vivido durante años en la antigua Stalingrado, y es una ciudad llena de museos y placas que conmemoran la trascendental batalla que se produjo allí. Está claro que aquí han influido cuestiones políticas, en las que tampoco hemos querido entrar pues las bombas no discriminan y esto es un homenaje a todas las víctimas, de todas las ideas.
Todos sabemos que España fue un campo de pruebas durante la Guerra Civil y el régimen posterior quiso silenciar lo ocurrido. Supongo que en Rusia nos es más fácil culpar de todo a los nazis, y aquí al ser una guerra de españoles contra españoles es más complicado.
Me consta, eso sí, que mucha gente ha conocido estos hechos ahora gracias a ‘El Olvido’. El haber llegado a los Goya es una pasarela tremenda.
Cómo está el mercado de los cortometrajes. ¿Es fácil vivir de esto?
Normalmente los cortos producidos por los grandes estudios son simples pruebas para verificar nuevas técnicas antes de utilizarlas en las películas. Los cineastas que nos movemos fuera de estos titanes de la industria, como es mi caso, tenemos que buscar a una productora que pueda financiarnos y sepa moverse para monetizarlo. La productora intenta venderlos a canales de televisión, ponerlos en plataformas de pago, etc.
Es cierto que es un formato con una salida complicada. Es difícil a veces incluso recuperar la inversión. Pero yo estoy muy contenta.