El primer año completo en el que existen registros diarios de la temperatura en la ciudad de Alicante es 1940. Por aquel entonces la mínima anual registrada fue de -1,7 ºC. El pasado 2018 los termómetros alicantinos nunca bajaron de 2,2 ºC.
“La temperatura media en la ciudad de Alicante ha aumentado en 0,75 ºC durante las últimas siete décadas. Se mantenían casi constantes hasta 1980, pero a partir de entonces se va haciendo cada vez más evidente el efecto de las emisiones de gases de efecto invernadero” nos comenta Jorge Olcina, responsable académico del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante.
Si nos vamos a los datos globales, no encontramos datos mucho mejores. Según la Organización Mundial Meteorológica la temperatura media del planeta ha subido 0,98 ºC desde el siglo XIX. Precisamente estos últimos 22 años han sido los más calurosos.
La temperatura media de Alicante ha subido casi un grado desde los años 50
Agricultura alicantina
Solemos tener la tendencia a concebir el cambio climático como un problema meramente global. Sin duda así lo es, pero no debemos obviar las consecuencias que tiene sobre nuestras propias ciudades y campos.
Por ejemplo, según los especialistas podría perjudicar gravemente a medio plazo la agricultura de nuestra provincia. “De momento los efectos aún no son muy evidentes, pero de seguir la tendencia podrían verse muy comprometidos los cultivos de secano, especialmente el almendro” nos comenta el climatólogo Olcina.
Mar Asunción, responsable de clima y energía en WWF España, avisa del efecto de las lluvias. “El cambio climático produce precipitaciones muy erráticas, que son difíciles de predecir. Desde lluvias torrenciales hasta largos periodos de sequía. El clima desértico propio de África podría instalarse aquí”.
Según los especialistas, en unas décadas podrían verse comprometidos algunos de los productos más típicos de nuestra tierra como los cítricos, la vid o los olivos. “Se producirán cambios en los ciclos vegetales. Al hacer más calor se adelantarán las cosechas y tendremos productos más tropicales como aguacates o mangos” explica Olcina.
El calor extremo, la desertificación y las lluvias torrenciales pueden alterar nuestros cultivos de almendros, cítricos o vides
Pesca y biodiversidad marina
En un reciente estudio, publicado por la revista Global Change Biology, alrededor de 500 pescadores entrevistados admiten que el ecosistema marino del Mediterráneo está cambiando en los últimos años.
El calentamiento global también ha subido la temperatura del Mare Nostrum en aproximadamente 1,2 ºC desde los años 80 y ha aumentado su salinidad, trayendo numerosas especies invasoras que están causando un impacto perjudicial sobre algunos peces nativos. El pez azul o la barracuda son cada vez más difíciles de ver en nuestras costas, pues se están mudando hacia el norte del Atlántico.
“Algunas especies marítimas tienen un grado de aceptación térmica más reducido que otras, y se ven más afectadas” nos apunta la ecologista Mar Asunción.
La temporada alta turística se ha alargado con el cambio climático
Turismo
Otro sector que se ve afectado por el cambio climático es el turismo, si bien dependiendo del punto de vista, algunos efectos no han sido tan negativos. En comparación con la época del boom turístico, ahora son más las semanas con temperaturas superiores a 20 ºC. Por tanto, en una zona tan playera como la nuestra se ha podido aumentar la temporada alta.
“Es cierto que el calentamiento global favorece el turismo de sol y playa. Ya hemos notado como septiembre se ha convertido, prácticamente, en un mes de verano como julio y agosto. La tendencia es que esto se prolongue desde junio hasta octubre” nos comenta el climatólogo Olcina.
Sin embargo, desde la organización WWF nos advierten que las consecuencias a largo plazo también pueden ser negativas para el turismo. “La temporada alta podrá durar más, pero a los turistas no les gusta achicharrarse. El cambio climático traerá más calor extremo a nuestras tierras, y mejorará las temperaturas del norte de Europa. A lo mejor en un futuro cercano ya no sentirán tanta necesidad de venir aquí en verano” nos aduce Asunción.
«En principio con el deshielo de los polos apenas perderemos unos 50 cm de nuestras costas» J. Olcima (climatólogo UA)
Subida del nivel del mar
Por otra parte, también hay discrepancias respecto a la subida real del nivel del mar que deberemos afrontar en el futuro. Prácticamente todos los científicos y especialistas coinciden en que perderemos litoral a causa del deshielo de los polos. Sin embargo, no hay consenso en cuánto.
“La cuenca mediterránea se verá especialmente afectada por esta subida. La mayor parte de nuestros asentamientos turísticos están en la costa, y las playas se verán amenazadas” nos advierte Asunción.
“En realidad el Mediterráneo no está muy expuesto al deshielo polar, debido a que es un mar cerrado y sin funcionamiento mareal. Está previsto que la subida sea tan solo de unos 50 centímetros hasta 2060. Eso sí, la autentica amenaza sobre el litoral será la mayor frecuencia de los temporales de levante” discrepa Olcina.
Lluvias torrenciales
En lo que sí se ponen de acuerdo ecologistas y climatólogos es que las posibilidades de ‘gota fría’ cada vez son mayores. “Una atmósfera más cálida es una atmósfera más inestable. Los fenómenos extremos, como las lluvias torrenciales, ocurren con más frecuencia. Además, al haberse calentado tanto el agua del Mediterráneo, cada vez se forman con más facilidad nubes de tormenta que descargan lluvias muy intensas” nos explica el catedrático Jorge Olcina.
El último ejemplo lo tuvimos la pasada Semana Santa con las trombas de agua caídas en Torrevieja o Jávea. En esta última localidad llegaron a recibirse hasta 250 litros por metro cuadrado, obligando a que los bomberos tuvieran que realizar cerca de un centenar de rescates en una sola noche. Según determinó la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), fue la mayor lluvia registrada sobre Jávea desde 1957.
“A lo largo de toda la Costa Blanca se ha construido mucho en zonas indebidas. Con ello una gran cantidad de la población ha quedado expuesta al peligro de la crecida de los barrancos. Las inundaciones ahora son un riesgo mayor que nunca” añade Olcina.
Polución y energías
El aire de la provincia de Alicante no es de los más contaminados de España, ya que no somos una zona especialmente industrial y la brisa marina ayuda a que se limpie mejor.
Aún así, cabe señalar que somos la cuarta provincia del país con mayor número de vehículos matriculados. Un hecho que hace subir considerablemente nuestros niveles de polución. Además existen algunos focos concretos, como la parte industrial de descarga de graneles en el Puerto de Alicante, que emiten una cantidad considerable de partículas contaminantes.
“En comparación con el resto del país estamos en un término medio, pero podríamos y deberíamos estar mejor. Nos faltan más parques y jardines en las ciudades. No aprovechamos las aguas depuradas para regar nuestras zonas verdes” aduce el climatólogo Jorge Olcina.
Mar Asunción también lamenta que una zona con tanta luz como la nuestra no aproveche mucho más la energía solar. “Hubo un gran retroceso con la legislación que impulsó el PP, que penalizaba las renovables e incentivaba las energías fósiles. Ahora se ha mejorado un poco con el nuevo decreto del gobierno que fomenta el autoconsumo. El problema es que muchas empresas verdes se fueron de España y ya no se fían de volver” nos explica.
«Los españoles aún no tienen la ecología como un criterio de voto» M. Asunción (WWF
Poca política verde
Lo cierto es que la agenda medioambiental no suele ser una prioridad en la política española. Durante estas pasadas campañas electorales ninguno de los principales partido tocó demasiado el tema, ni se trató en los debates electorales.
En algunos países como Alemania, Francia o Suecia existen partidos verdes independientes que han obtenido muy buenos resultados en las últimas elecciones europeas. De hecho, el eurogrupo verde del Parlamento Europeo vio aumentado su número de eurodiputados en las pasadas elecciones europeas de 52 a 67.
No es el caso de España, donde todavía ningún partido ecologista independiente ha conseguido entrar por su cuenta en el Congreso. Tampoco hemos enviado ningún eurodiputado español al grupo verde del Parlamento Europeo para esta legislatura. “Yo creo que los españoles, aunque son conscientes de la gravedad del problema climático, aún no lo ven lo suficientemente próximo a su vida diaria. Todavía no tenemos el tema verde como un criterio de voto” señala Mar Asunción.
Objetivo +1,5 ºC
Según la responsable climática de WWF, el objetivo que se han marcado desde su organización y en otras similares es que la temperatura global ‘tan solo’ aumente un máximo de 1,5 ºC en este siglo XXI.
Los acuerdos internacionales firmados en París durante 2016 no son tan ambiciosos, se conforman con tolerar una subida de 3 ºC. “El problema es que la dinámica actual nos lleva a unas previsiones que estarían todavía por encima de los insuficientes objetivos firmados en París” avisa Asunción.
Desde WWF insisten en recordar que la tendencia todavía es reversible. “No queremos que los ciudadanos caigan en un derrotismo y tiren la toalla, porque todavía estamos a tiempo. Es la hora de movernos de manera sostenible, con transporte público, coche eléctrico, bicicleta, etc. También es importante que seleccionemos proveedores eléctricos que ofrezcan energía 100 % renovable. Y por supuesto, debemos presionar a nuestro políticos para que impulsen medidas mucho más verdes”.
No hay mejor ejemplo de ello que el de Greta Thunberg, una estudiante sueca de apenas 16 años que todos los viernes se planta ante el parlamento de Estocolmo para reclamar acciones que frenen la emisión de gases de efecto invernadero. Su protesta tuvo tanto éxito, que estudiantes de todo el mundo han convocado huelgas similares en su honor bajo el nombre de ‘Fridays for future’. La última se produjo el pasado 24 de mayo, y también fue seguida en España.
«Hay mucho ‘vivo’ que se ha subido al carro del cambio climático y está ganando muchísimo dinero con esto» J. Olcima (climatólogo UA)
Los dudosos profetas
Eso sí, no todo quien se hace llamar ‘científico’ lo es realmente. El climatólogo Olcina también nos avisa que “hay mucho ‘vivo’ que se ha subido al carro del cambio climático y está ganando muchísimo dinero con esto”.
Quizás uno de los casos más notorios de ‘pseudo-científicos’ fuera el del político estadounidense Al Gore, quien tras perder las elecciones del año 2000 ante George Bush se dedicó a dar charlas científicas multimillonarias con las que ganó incluso más dinero que si hubiera llegado a la Casa Blanca.
“Es verdad que Al Gore se forró con todo esto, pero también debemos de reconocerle que hizo mucho por visibilizar el cambio climático en una época en la que apenas se hablaba de este problema global” apunta Mar Asunción.
El climatólogo universatario Jorge Olcina coincide en que “estos casos son la anécdota. Lo importante es que la ciencia ha corroborado durante estas últimas dos décadas que estamos ante un problema importante y hay que actuar. Como sociedad tenemos la responsabilidad ética de respetar el medio ambiente y de exigir a nuestros mandatarios que actúen de forma prudente con el territorio, respeten los tratados internacionales y transformen nuestra economía hacia una más descarbonizada. Nos jugamos mucho en ello”.
Datos históricos climatológicos de alicante
Temperatura media en 1950 > 17,2º C
Temperatura media en 1980 > 17,4º C
Temperatura media en 2018 > 18,6º C
Mínima registrada en 1950 > 0,3º C
Mínima registrada en 1980 > -0,2º C
Mínima registrada en 2018 > 2,2º C
Precipitaciones anuales en 1967 > 168 l/m2
Precipitaciones anuales en 1980 > 288 l/m2
Precipitaciones anuales en 2018 > 359 l/m2