Tres cuartos de siglo seguidos con desfiles, música, juerga y pasión festera. Estos Moros y Cristianos de Elda serán más especiales que nunca, pues cumplen su 75 aniversario. Unas fiestas que en realidad son mucho más antiguas, y que después de tantos años se han ganado el cariño de toda una ciudad que cada mes de junio se revoluciona de arriba a abajo.
Para conocer a fondo la historia de la fiesta más exitosa de la capital del Medio Vinalopó, hemos contactado con quien ostenta los cargos de Presidente de Honor de la Junta Central y de cronista oficial. Por supuesto, hablamos de Pepe Blanes.
En el siglo XVIII se produjeron las primeras representaciones teatrales de moros y cristianos
Las soldadescas del siglo XVIII
“Aunque ahora celebremos los 75 años, lo cierto es que las primeras ediciones de nuestros Moros y Cristianos se remontan al siglo XIX. Incluso sus primeros orígenes datan de las soldadescas del siglo XVIII” nos cuenta Pepe.
Estos primeros actos conmemorativos consistían en pequeños desfiles de vecinos eldenses vestidos de militares o labradores, en los que también se efectuaban disparos de cañones o explosiones de pólvora. Del primero que se tiene noticia ocurrió en 1754, a razón de una visita del Conde de Elda.
“Estas soldadescas se celebraban para conmemorar algún acontecimiento importante. Cuando no eran visitas oficiales, solían ser por motivos religiosos como procesiones de rogativas acompañando a la Virgen” apunta el cronista.
En ocasiones las soldadescas se completaban con representaciones teatrales de otras épocas, como recreaciones de batallas entre moros y cristianos. Aquí se sembró la primera semilla.
Los primeros desfiles del XIX
Ya hacia la década de 1840 hay constancia de que los desfiles de moros y cristianos se han convertido en una costumbre en Elda para celebrar el día de San Antón (17 de enero). De hecho fueron descritos por el propio Emilio Castelar, en un texto en el que narra sus vivencias en Elda durante su infancia.
Castelar habla de la existencia de las dos primeras comparsas, una de moros y otra de cristianos. Un par de décadas después, el historiador local Lamberto Amat especifica en un artículo, escrito para el periódico alicantino ‘El Graduador’, que ya existen dos comparsas de cristianos (aragoneses y catalanes), una de moros e incluso una de romanos y otra de marinos.
De esta época también es el romántico texto de la Embajada Cristiana denominado ‘La bandera de la Cruz’. Fue escrito por el poeta local Francisco Laliga, y todavía se sigue recitando cada año.
No se sabe muy bien por qué las primeras fiestas desaparecieron a finales del siglo XIX
Las fiestas desaparecen
“Quizás aquellos Moros y cristianos tenían una mayor influencia del romanticismo. Los festeros poseían una concepción más fantasiosa y tal vez algo menos histórica. Los romanos o los marineros desfilaban junto a los moros y los cristianos. Aún así eran unas fiestas serias. Tenían sus capitanes y se hacían las típicas guerrillas. No habían tantos actos como hoy, pero el sistema era parecido” apunta el cronista oficial.
Lo cierto es que aquellas primitivas fiestas llegaron a su fin. “No se sabe muy bien la razón por la cual de repente desaparecieron. Quizás fuera por problemas económicos, pero los historiadores no han conseguido averiguarlo a ciencia cierta” nos explica Pepe Blanes.
Aunque los Moros y cristianos de hoy en día hayan evolucionado mucho desde entonces, probablemente no habrían existido nunca sin el legado que dejaron estas primitivas celebraciones del siglo XIX. Sus últimas referencias mueren hacia la década de 1880.
El rescate
El recuerdo de estos Moros y cristianos sí se mantuvo vivo durante varias generaciones. Bien entrado el siglo XX, los ancianos continuaban hablando de esta antigua tradición. Hasta que llegó el San Antón de 1944, año en el que un grupo de eldenses quisieron recuperar las fiestas de sus abuelos.
Algunos de estos pioneros que rescataron la tradición fueron Julián Mestre o Pedro Díaz (fundador de la comparsa Marroquíes). La mayor parte pertenecían a la Mayordomía de San Antón, y lograron convencer a un buen número de amigos y conocidos.
Por aquel entonces no había una Junta Central oficialmente constituida, ni ningún tipo de material disponible. Los primeros festeros tuvieron entonces que acudir a otras localidades cercanas como Petrer, Villena o Sax para pedir trajes prestados.
Antiguamente se celebraban el día de San Antón, pero en 1946 se cambiaron a junio por una tempestad
Cambio de fechas
A pesar de las limitaciones y la ausencia de medios, aquella primera edición de las fiestas modernas tuvo un gran éxito popular. Muchos vecinos acogieron con entusiasmo la idea, y pronto ya habían formadas cinco comparas. Tres cristianas (Contrabandistas, Estudiantes y Cristianos) y dos moras (Marroquíes y Realistas).
“Los eldenses somos así. Cogemos las iniciativas con mucho ímpetu, aunque luego a lo mejor nos falta constancia. Lo cierto es que nos inventamos una fiesta de la nada y la convertimos en un referente” nos comenta Pepe Blanes.
Ocurrió al año siguiente que hubo una gran tempestad de viento y frío en enero que mermó los desfiles y las celebraciones. Por ello los festeros originales decidieron trasladarlas a partir de 1946 a primeros de junio.
Actualmente por San Antón todavía se celebran varios actos religiosos y la Media Fiesta, momento en el que son proclamados los nuevos capitanes de las comparsas y se produce también un gran desfile.
Durante los años 60 las fiestas pudieron desaparecer de nuevo, pero el 25 aniversario supuso un gran impulso
La consolidación
Durante los años 60 los Moros y Cristianos de Elda sufrieron una cierta decadencia y estuvieron a punto de desaparecer de nuevo. “Costó bastante convencer a la gente joven de que se implicara. Todo cambió en la edición de 1969, cuando se celebró el 25 aniversario. Eso supuso un gran subidón que lanzó a nuestras fiestas a su consagración definitiva” cuenta Blanes.
El cronista oficial señala las décadas de los 70 y 80 como la época en la que más crecieron los Moros y Cristianos. Se fueron añadiendo nuevos actos que aún perduran, caso del desfile infantil o la entrada de bandas. Durante los primeros años las fiestas abarcaban desde el sábado por la tarde hasta el martes. Con el paso del tiempo, los días oficiales se fueron desplazando hacia entre el jueves y el lunes.
Hoy en día existen nueve comparsas. En el bando cristiano: Contrabandistas, Estudiantes, Piratas, Cristianos y Zíngaros. Por la parte mora: Marroquíes, Realistas, Musulmanes y Huestes del Cadí. En el pasado también desfilaron algunas agrupaciones que hoy ya están desaparecidas como los Navarros, Marineros o los Caballeros del Cid.
«Los Moros y Cristianos de Elda se caracterizan por su alegría. Tenemos fiesta por las calles a todas horas» P. Blanes (presidente de honor)
Fiestas alegres y sin exclusiones
“Hay muchas fiestas de Moros y Cristianos que son muy interesantes a lo largo de la provincia. Cada pueblo o ciudad tiene su particularidad. Quizás la gran especialidad de Elda sea la alegría con la que se celebran. El ambiente de fiesta es tremendo, no sé si habrá otra población con tanta diversión en la calle a todas horas. Hay más de 300 cuartelillos, aparte de los propios locales de las comparsas” opina Pepe Blanes.
Tal vez por esta característica, las normas eldenses no son tan rígidas como pudieran ser las de otros lugares. Por ejemplo en los Moros y Cristianos de Elda las mujeres siempre han podido desfilar junto a los hombres, no han tenido que luchar contra una tradición de siglos de exclusión. Hoy en día algunas comparsas incluso tienen más festeras que festeros.
Aún con todo, Pepe Blanes nos explica que en su día también tuvieron que romper algunas barreras. “Durante los primeros años no se las permitía pertenecer a las comparsas. En el 45 ya hubo incluso cinco mujeres abanderadas, pero no se las reconocía como socias de pleno derecho. Hasta los años 70 no se formaron las primeras escuadras y poco después algunas incluso se empezaron a introducir en las directivas”.
A por el centenario
Así pues, durante este junio Elda estará de doble celebración. Primero porque festeja sus fiestas más célebres y también porque esta tradición alcanza ya su 75 aniversario. Desde AQUÍ en Elda solo nos queda desear a todos (tanto a los eldenses como a todos aquellos foráneos que se desplazan a la ciudad durante estos días) unos muy felices Moros y Cristianos.
Si las fiestas siguen manteniendo su buena salud actual, a buen seguro que celebraremos su primer centenario. Ello dependerá de que los futuros festeros quieran seguir manteniendo viva esta llama que tantos corazones ilumina.