Unos 2.000 ciclistas, según los organizadores de la protesta, se han manifestado por las calles de Elche para expresar su desacuerdo con las sanciones que les ha impuesto el Seprona durante las últimas semanas por circular por terrenos forestales del municipio y poner de manifiesto su “máximo respeto y compromiso con el medio natural”, tal como refleja el escrito leído en la plaza de Baix, donde finalizó la marcha tras salir de las inmediaciones del estadio de fútbol Martínez Valero.
La manifestación ha sido convocada por la asociación “Salvemos las sendas ilicitanas” y ha contado con el apoyo de la de la delegación en la Comunidad Valenciana de Asociación Internacional de Ciclistas de Montaña, IMBA, cuyo delegado territorial, Eduardo Oroval, ha leído el manifiesto. También han participado miembros de “Pedales y Montaña”, asociación que está en proceso de formación en Elche.
Los concentrados han agradecido públicamente el apoyo del Ayuntamiento, que ha estado representado en la concentración por el alcalde, Carlos González, y los concejales de Deportes, Vicente Alberola, y Seguridad, Ramón Abad, quienes se han reunido en la Alcaldía con una representación de los ciclistas.
El alcalde ha destacado que “compartimos la interpretación que hacen los ciclistas del decreto que regula la circulación de vehículos por zonas forestales y creemos que hay que hacer compatible el respeto por el medio natural con su uso recreativo, y la circulación en bicicleta es compatible con los valores ambientales y naturales”.
González ha indicado también que continúan las gestiones con la subdelegación del Gobierno “para que volvamos a la situación de normalidad de los años anteriores, en los que no ha habido ningún impedimento para la circulación de ciclistas por sierras que no son espacios naturales”.
Por su parte, los ciclistas señalan en el manifiesto que “no somos un problema medioambiental, la práctica del ciclismo de montaña no lo es, nos enfrentamos a un problema de privilegios, a personas que no quieren compartir y por ello proyectan una imagen de nuestro colectivo distorsionada, crean normas más duras para la bici y si no le gustan las reinterpretan para marginar a los ciclistas de montaña”.