ENTREVISTA > Roberto Beltrán / Coleccionista de juguetes antiguos (Petrer, 22-mayo-1966)
En sus estanterías conviven en perfecta armonía coches de policía, figuras de acción y naves espaciales. Coleccionista de una amplísima amalgama de juguetes españoles de buena parte del siglo pasado, los de hoy en día son “raros y feos”, asegura, Roberto Beltrán es un enamorado de los Madelman, aquellos muñecos de 17 centímetros de altura surgidos en las postrimerías de los años 60 a inspiración de los GI Joe americanos bajo el seductor lema ‘Lo pueden todo’, y que causaron furor en la España de la época hasta su desaparición final en 1983.
Para él, la industria juguetera española era de una calidad excelente, Ibi era la ciudad más importante de España en la fabricación del juguete y de allí salía “prácticamente todo”.
«Hasta la aparición del Madelman no estaba bien visto que los niños jugaran con muñecos, eso era cosa de niñas»
El mejor juguete español
Sabedor de que muchos coleccionistas atraen críticas, él no se reconoce como friki en contra de lo que muchos puedan pensar. Dueño de una colección que ni él mismo sabe cuantificar a ciencia cierta, no tiene ninguna duda en afirmar que el mejor juguete español que ha existido es el Madelman, con el que tanto jugó de crío y que tuvo un éxito tan rotundo que incluso se llegó a abrir una planta de fabricación en México porque aquí no daban abasto.
La clave de su éxito estribaba, asegura, en que en aquella época no estaba bien visto que los niños jugaran con muñecos, lo hacían las niñas, pero la llegada de estas figuras de acción, que venían bien pertrechadas con toda clase de indumentarias, armas y accesorios, cambió esta tendencia.
¿Cuándo y porqué comenzaste a coleccionar juguetes antiguos?
Colecciono juguete antiguo, pero sobre todo español. Aunque tengo piezas extranjeras, me centro mucho en el juguete de nuestra tierra, de Ibi. Dentro de los juguetes antiguos me centro sobre todo en las figuras de Madelman, que para mí fue el mejor juguete que ha habido y que habrá. Todos los de mi generación, soy del 66, es muy raro que no hayan jugado con uno de ellos.
¿Cuál crees que fue el éxito de ese muñeco?
El Madelman comienza a funcionar en el año 68, cuando hacen una campaña de Navidad que es un éxito rotundo. En aquella época en España no estaba muy bien visto que los niños jugaran con muñecos, básicamente porque no había, las niñas jugaban con muñecas y los niños jugábamos con pistolas y camiones. Hay un fabricante español que tiene la brillante idea de hacer un muñeco de acción para que los niños españoles pudiéramos jugar.
Madelman es un muñeco de 17 centímetros que era muy manejable para los niños de la época y arrasó. Hay de varios tipos, pero yo me centro en los de la primera serie, que son los que tienen ojos de cristal y pelo de tupé, de plástico, que son con los que yo jugaba. No tenían pies e iban encajados en las botas.
¿Cuántos puedes tener?
Muchos, tengo toda la colección de Madelman. El rey Baltasar en mi casa no se calentaba mucho la cabeza. Los de mi generación pasábamos horas jugando y montando aventuras. Tendré unos 140.
«Hoy en día puedes tener un buen Madelman por unos 60-70 euros»
Con tantos que tienes, los tendrás hasta repetidos.
Tengo de todo, la colección de Madelman duplicada y hasta triplicada, es un vicio. Cuando me salen compras aunque ya tenga el muñeco, si veo que está bien lo pillo, siempre que sea razonable. Madelman tiene un gran problema. La gente ha pensado que son figuras que tienen un valor incalculable, y no, es un muñeco puro y duro que tú le puedes dar el valor que quieras darle.
Hoy en día puedes tener un Madelman bastante razonable por 60-70 euros. Se han pagado barbaridades años atrás, pero el mercado del coleccionismo ha caído muchísimo, aunque a mí no me gusta hablar de precio, me gusta hablar de trueque, de trato personal. El mundo del coleccionismo es un mundo diferente.
«Me gusta coleccionar juguetes, pero no me considero un friki»
¿Qué opinas de los que dicen que el coleccionismo, no solo de juguetes antiguos, es de frikis?
Esa es una palabra despectiva, yo no me considero un friki. Un friki es un tipo que se coge un Madelman y se pone a jugar en el salón de su casa con 53 años como tengo yo. Pero un coleccionista es alguien que le gusta los juguetes, o las monedas o los sellos.
Tengo juguetes de los años 20 y eso no quiere decir que te tengas que poner a jugar con ellos, como mucho los pruebo para ver si funcionan. La palabra friki a mí nunca me ha gustado, ni que me definieran a mi ni yo he definido a nadie, la veo despectiva. En nuestro hobby, lo que para ti es basura, para mí es un mundo.
¿De dónde los obtienes principalmente, de internet, de mercadillos…?
Internet no es un sitio donde me guste obtener nada; alguna cosa he comprado, pero me gusta más el trato personal. Llevo coleccionando juguetes en general más de 25 años. Mi primer Madelman lo vi en un mercadillo y me transporté. Vi un muñeco lleno de mugre y cuando lo cogí noté algo en mi cuerpo, una sensación muy agradable, como que me volví niño.
Comencé a conocer a gente, a indagar, a acercarme. Conozco muchísima gente en toda España y a algunas no las he visto nunca. Comprar por internet lo veo un poco frío. Hay piezas que no te queda más remedio que comprarlas por internet, pero si puedo hacer el trueque o puedo ver a la persona directamente, mejor, porque trabas una relación de coleccionismo, de buena amistad y a veces quedamos.
Coleccionar tiene una doble vertiente, es cara y requiere mucho espacio, ¿cómo te manejas en ambos casos?
Coleccionar depende lo que compres y a quién compres. Hoy el mercado del coleccionismo ha bajado mucho, puedes comprar a precios más razonables que cuando yo comencé a comprar. Hay mucha gente que te vende gato por liebre. El Madelman es uno de los juguetes más falsificados porque se han hecho reediciones, pero yo personalmente me opongo a ellas, me gusta el juguete original.
También las reediciones es una manera de llegar a un público nuevo, a nuevas generaciones que no han conocido ese juguete.
Pero también tiene un arma de doble filo, que es que el tipo que sea un poco avispado se va a aprovechar de eso porque te van a intentar engañar; ves anuncios en páginas de coleccionismo y eso es un engaño, no es un Madelman original. Lo que dices tiene su parte de razón porque hay generaciones que no han conocido un Madelman. El que los colecciona es porque ha jugado con ellos.
«No es fácil detectar una estafa; la textura, el plástico, los colores, son claves a la hora de diferenciarlos»
¿Cómo se detecta una estafa?
Hasta que no te engañan no te espabilas. La textura, el plástico, los colores, el ropaje, las botas, etc. Es complicado, si no estás puesto en el tema es difícil diferenciarlos.
¿Hay alguno que no tengas todavía y que te gustaría conseguir?
No, los tengo todos. Yo me centro en los de primera generación. Tengo alguno de segunda, pero no me llama la atención porque no he jugado con ellos, me cogió más mayor. Y algunos los tengo hasta siete u ocho veces repetido.
¿Se termina alguna vez de coleccionar o llega un momento en el que hay que decir basta?
Me preguntabas antes por el espacio. El espacio es un problema, yo colecciono cosas pequeñas, aunque los accesorios que tenía el Madelman eran grandes. Si son muñecos te vas haciendo huecos, pero sí que es un problemilla, yo no le veo el fin, es como comer pipas en el parque. De momento puedo llevarlo.
Aparte de Madelman, ¿qué tipo de juguetes te gusta coleccionar?
Me centro sobre todo en el juguete español; mi coleccionismo comienza en los años 20 hasta los años 70, máximo 80, de ahí para adelante lo veo demasiado moderno. Y que sea de nuestra tierra; Ibi fue la ciudad juguetera más importante de España, de ahí salía prácticamente todo, menos los Madelman, que se hacían en San Martín de la Vega (Madrid).
«Los juguetes que se hacían antiguamente eran mejores que los de hoy en día»
¿Se hacían mejores juguetes antes o ahora?
Mejor el juguete antiguo, no tiene nada que ver. Yo he destripado coches de los años 60 y la tecnología de esa época no tenía color. Los de ahora son raros y feos, a mí personalmente no me gustan. Antes tenías cosas a precios razonables aunque Madelman o Geyperman precisamente no era un muñeco barato, hablamos de 375 a 400 pesetas de los años 70, que era mucho dinero. No era un juguete accesible a todo el mundo y los obtenías en ocasiones especiales.
¿Qué buscas en una figura para que entre a formar parte de tu colección?
Soy purista en un sentido; que lo tenga todo original, pero no me importa que esté jugado. Hay coleccionistas de Madelman bajo mi punto de vista demasiado puristas, que lo quieren impoluto. De hecho tengo alguno en caja con el precinto original, pero no lo voy buscando. Si conseguimos algo en caja es porque ha quedado algún resto en alguna juguetería, pero hoy en día eso es rarísimo.
Aparte de Madelman, ¿cuántas piezas puedes llegar a tener en total?
No lo sé, tengo un control mío muy particular, sé lo que tengo pero en número de piezas no sé exactamente.
¿En cuánto valorarías tu colección?
Nunca he hablado de valor económico, es el que uno le quiera dar, lo que para muchos es basura para un coleccionista es un tesoro.
¿De las piezas que tienes, cuál es la que más te ha costado conseguir?
Un policía montado del Canadá que está impoluto, impecable. Y otra que me costó mucho fue un marinero que también está muy bien. Lo nuevo siempre está mejor, cada uno es libre de poner el precio que quiera, aunque veo disparates en precios. No todo en coleccionismo es cuestión de dinero, si hay una pieza rarísima y no te la quieren vender, no tienes nada que hacer.
¿Y el más valioso, el que más pueda costar?
Un odisea, un astronauta de 2001, el de la película de Kubrick, del que tengo 3. El que lo tenga en caja tiene un gran tesoro.