Entrevista > Bernabé Cano / Alcalde de La Nucía (La Nucía, 16-abril-1967)
Es nuestro primer ejemplar en La Nucía y queremos abrirlo conociendo un poco mejor al máximo representante de la localidad. Con Bernabé Cano, su alcalde, hablamos de pasado, presente y futuro.
¿Cómo recuerdas La Nucía de tu infancia?
Tengo muchos recuerdos de cuando mi padre era alcalde, en aquellos años yo vivía la política en casa. Recuerdo que su último presupuesto municipal siendo alcalde, en 1983, fue de 25 millones de pesetas. Ahora estamos manejando uno de 24 millones de euros, lo cual indica cómo este pueblo ha cambiado muchísimo a nivel de población.
Cuando yo era pequeño teníamos un colegio, una casa del médico con un ATS, y unos 4.000 habitantes. La Nucía de lo que era a lo que es hoy no tiene nada que ver.
Mi gran pasión era jugar con mis amigos al fútbol en zonas de tierra o en el patio del colegio por las tardes (lo que es ahora la sede universitaria). Entonces no había tanto tráfico, íbamos todos en bicicleta. También paseaba mucho por el Casco Antiguo. Cuando yo era pequeño vivíamos todos en la calle. Recuerdo cuando la gente sacaba las sillas en verano para hacer sus tertulias callejeras. Todavía hoy en fiestas algunos nucieros vuelven a hacerlo, pero en general aquello ha desaparecido.
Con tu padre como primer alcalde de la democracia, esto de la política te viene casi en los genes…
Sí, por supuesto, yo lo he mamado desde pequeño. Mi padre fue el primer alcalde elegido por los ciudadanos. Todavía tengo las imágenes grabadas de aquella campaña con los letreros de la UCD y su símbolo que era un donut verde y naranja. Yo tenía 12 años y recuerdo que me subía en el coche de la megafonía para acompañar al conductor.
Las personas que estaban en la política entonces eran completamente altruistas, no cobraba nadie. Mi padre, igual que mi madre, era maestro en el colegio Leonor Canalejas de Benidorm. Cada día cuando terminaba el cole iba al Ayuntamiento por la tarde, y a veces tenía que hacer varios viajes al día. Entre sus dos trabajos la verdad es que pasaba poco tiempo conmigo. Eso sí, yo le acompañaba a todos los actos que podía.
«En los inicios la política era mucho más abierta, se practicaba más el diálogo y el contacto con las personas»
No se cobraba en política y era más vocacional, pero probablemente se llegaban a acuerdos más fácilmente, ¿no?
Yo creo que sí. Ahora cada político está más ubicado debajo de sus siglas. En aquel momento la política era mucho más abierta, se practicaba más el diálogo y el contacto con las personas. Los partidos actuales son bastante más rígidos a la hora de tomar decisiones. La UCD era mucho más liberal que cualquier otra formación de ahora.
Además mi padre también fue diputado provincial del 79 al 83. Para mí es una gran satisfacción que, siendo yo diputado provincial y yendo por los pueblos, mucha gente me recuerde que conocieron a mi padre y las cosas que logró hacer por la comarca como la carretera Polop-Guadalest o la que comunica Alfaz del Pi con la carretera que sube de Altet a La Nucia por Carbonera. Son obras que se siguen utilizando y se han mejorado.
De hecho cuando se separó UCD, una parte quiso ir a la izquierda y otra a la derecha, lo cual demuestra que estaban bastante centrados…
Sí, mi padre se pasó al PDP y luego al PP. Era de la parte de los demócratas-cristianos.
«He llevado la Medicina siempre dentro»
Sin embargo, a pesar del ejemplo de tu padre, tú al principio te fuiste por otra rama…
Yo desde pequeño tenía la idea de ser médico. De hecho en mi familia hay muchos, mi tío Gabriel era el titular de La Nucía y a mí me encantaba acompañarle a su consulta para ver cómo atendía a los pacientes. He llevado la Medicina siempre dentro, aún sabiendo que me iba a costar bastante esfuerzo, pues requería sacar muy buenas notas tanto en el bachiller como en la universidad.
Además, también lo compaginaba con el fútbol y todos los veranos me iba a Inglaterra y Francia para aprender idiomas, lo cual hoy en día me permite poder hablar con muchos vecinos extranjeros de La Nucía. Lo cierto es que prácticamente toda mi familia tiene estudios universitarios, así que de no haber estudiado habría sido un poco la oveja negra (risas).
Y ahí tienes tu plaza, aunque estés en excedencia.
Me acabé sacando la oposición en la Generalitat y tengo mi plaza en el Centro de Salud de La Nucía. En efecto ahora mismo estoy de excedencia, en cualquier momento podría volver.
Para mí la Medicina fue una etapa muy bonita de mi vida y durante muchos años logré compaginarla con la política. Hasta que llegó un momento en el que, ya siendo alcalde y diputado provincial, se me hizo imposible. Me requería estar muchas horas de guardia sin descansar, y al día siguiente tener que ir a Alicante o Valencia a hacer gestiones.
Muchas personas me preguntan qué tiene en común la Medicina y la política. Yo creo que mucho: Trabajas 24 horas al día los 365 días del año y ofreces un servicio a los ciudadanos. Igualmente cuando vas por la calle la gente te cuenta sus problemas o te piden consejo.
«Debemos evitar a la gente que se mete a la política solo para ganar un sueldo»
Ahora mismo hay muchos políticos que solo viven de la política. ¿Crees que es positivo que se tenga un trabajo al que volver para no aferrarse al poder, o habría que potenciar más la profesión política?
Yo creo que toda persona dedicada a la política debe tener su propia carrera profesional, y tener pensado donde va a trabajar cuando termine su labor. Porque si no, estamos generando políticos con dedicación exclusiva que se tienen que aferrar como sea a ese cargo ya que no tienen otra salida profesional.
Yo gano prácticamente lo mismo de médico que de alcalde, mi vida fuera de la política funcionaría igual. Debemos evitar a la gente que se mete a la política solo para ganar un sueldo.
«Estuve ejerciendo a la vez de futbolista, capitán, médico del equipo, concejal de deportes y teniente de alcalde»
En 1995 pasas a ser concejal de Deportes. ¿Por algún motivo aparte de que te gustase el fútbol?
No, tú lo has dicho. Me encanta el fútbol, por entonces aún estaba jugando en el Altea y al ganar las elecciones decidí montar un nuevo club de fútbol en La Nucía, pues el anterior había desaparecido.
Cogí a unos diez compañeros del Altea, que entonces estábamos en Preferente, y les convencí para jugar en Segunda Regional. Logramos ascender a Primera Regional, luego a Preferente y ahora ha llegado a Segunda B, pero todo empezó allí.
Lo curioso es que yo estuve ejerciendo a la vez de futbolista, capitán, médico del equipo, concejal de deportes y teniente de alcalde (risas). Recuerdo que cuando el árbitro veía las fichas a veces nos decía “¿por qué este jugador ha firmado también como médico?”. A mí me tocaba explicarle que yo mismo me había encargado de hacerles el reconocimiento médico a mis compañeros.
«Cuando planifiqué la Ciudad Deportiva el arquitecto municipal me dijo que si estaba loco»
Desde entonces La Nucía se ha convertido en la gran urbe del deporte, no solo en la provincia de Alicante, sino que en muchas cosas a nivel nacional…
Así es. Nuestra línea estratégica fue apostar por el deporte para que fuera el referente de La Nucía. Yo veía que otros municipios tenían su atractivo turístico: Benidorm con sus playas, Altea con su casco antiguo, etc. Sin embargo el nuestro no tenía ninguno para darse a conocer.
«No hay ninguna otra ciudad deportiva en España que tenga estas dimensiones y abarque tantos deportes»
Por eso planifiqué una gran Ciudad Deportiva, le indiqué al arquitecto municipal lo que quería y recuerdo que él me contestó: “Estas loco. Esto tú no lo verás en la vida” (risas). Ahora cuando me reúno con él me reconoce que incluso estamos por encima de aquello que pinté en el plano original. Se ha convertido un referente a nivel nacional e internacional, no hay ninguna otra ciudad deportiva en España que tenga estas dimensiones y abarque tantos deportes.
Creo que nuestra apuesta fue acertada, año tras año vamos añadiendo todavía más piezas a ese puzle y estoy convencido de que en los próximos años el cambio que vamos a ver será todavía más espectacular.
En 2001 dimite Diego Such y pasas a ser alcalde. Son ya 18 años en el gobierno y cinco elecciones ganadas como cabeza de lista. ¿No se cansa uno? ¿Se puede renovar constantemente las ilusiones con nuevos proyectos en un ayuntamiento, que lógicamente desgasta mucho?
Yo siempre he dicho que el político debe tener ilusión, de lo contrario lo mejor es apartarse. Yo tengo la misma que el primer día, porque veo que la ciudad sigue creciendo, hay muchas cosas que hacer, proyectos que están preparados para lanzarlos y desarrollarlos…
Mientras tenga esa ilusión y vea que el pueblo sigue confiando en ello, pues seguiré presentándome. Lógicamente si dejo de tener proyecto político, los vecinos también van a perder esa ilusión. Yo debo transmitirla día a día. Ahora estamos ejecutando un segundo pabellón de deportes, y ya estoy pensando en lo siguiente. Lo dicho, lo importante es tener ilusión y proyecto.
Los ciudadanos tampoco te fallan, en estas elecciones has sacado el segundo mejor resultado de toda la democracia y tenéis trece concejales frente a cuatro de la oposición.
Eso es el fruto del trabajo. Cuando hay elecciones municipales no es cuestión de siglas políticas, sino de gestión y personas. Después de seis años de teniente-alcalde y 18 como alcalde, es decir 24 años gobernando, volvemos a sacar más de 4.500 votos y trece concejales.
Creo que esto demuestra que los ciudadanos confían en nuestro proyecto, y que comparten la ilusión que yo tengo por La Nucía. Mientras que sigamos así, continuaremos haciendo que la ciudad crezca.
En esa campaña de ir casa por casa, leía la anécdota que como dais una plantita te contaban cuánto había crecido en estos cuatro años.
De hecho, en algunos casos conservaban la planta de las primeras veces que yo me presenté. Esto es una anécdota, pero es cierto que me gusta ir casa por casa. Así no se ganan votos, el ciudadano tiene el voto convencido, pero sí es una forma de estar cara a cara y que el vecino pueda decirme qué está mal, qué mejoraría o qué cambiaría.
Yo creo que la obligación del alcalde es estar en la calle, ya ves que mi despacho está muy nuevo porque casi ni lo utilizo. Me gusta que la gente se pueda acercar y comentarme lo que necesita. Eso es hacer política. Es mucho más natural que recibirles en mi despacho, que siempre parece que impone mucho.
Prefiero ir a una reunión de la comunidad de vecinos, acompañar a la gente en la Ciudad Deportiva, etc. Hablo con todo el mundo, independientemente del color político, porque luego en las elecciones se demuestra que aquí se vota a la persona.
¿Qué repercusión tiene el deporte para La Nucía?
Según un estudio de la UE, por cada euro que se invierte en instalaciones deportivas se generan 15 euros en ahorro sanitario. En La Nucía estamos realizando un informe, en convenio con la Universidad de Navarra, de cómo ha repercutido la Ciudad Deportiva en la salud de los nucieros.
Me han avanzado algunos datos, como que hemos conseguido que el 81% de los niños hagan deporte cuando la media nacional es del 60%, lo cual significa que en La Nucía hay menos obesidad infantil. También los pacientes que son hipertensos o diabéticos están mejor controlados y han reducido la insulina.
También está realizando un estudio paralelo sobre el retorno económico que genera la Ciudad Deportiva. A día de hoy se están construyendo tres hoteles (dos de cinco estrellas y uno de cuatro) en La Nucía, que van a traer unos 400 puestos de trabajo y unas 450 habitaciones. También se abrirán más restaurantes, que crearán a su vez más empleo.
«En La Nucía hay una cámara por cada 90 habitantes; está todo el término municipal vigilado»
En La Nucía conviven 84 nacionalidades distintas y la proporción de extranjeros es del 43%. Incluso hay dos concejales holandeses en el equipo de gobierno. ¿Cómo se consigue hacer convivir tantas idiosincrasias diferentes?
La clave está en que la gente que venga a vivir aquí se sienta en casa, y se le atienda bien en su idioma en cualquier parte administrativa del Ayuntamiento. Por eso tenemos concejales y trabajadores que hablan varios idiomas. Si muchas personas han decidido venirse aquí de Noruega, Gran Bretaña, Alemania, Holanda… deben tener servicios y estar satisfechos.
Desde la oficina de atención al extranjero intentamos ayudarles, no solo en cuestiones municipales, muchas veces lo que quieren es información de temas sanitarios, fiscales, etc. Además tenemos una escuela de español y un diario digital enfocado a ellos. Al final todo eso hace que se sientan en La Nucía como en casa.
La mayoría son de países del norte de Europa y ven cómo está aquí la jardinería, limpieza, o servicios sociales para los mayores como la teleasistencia, el menjar a casa, el centro de día, viviendas tuteladas, residencias geriátricas, etc. Tenemos asistencia a todos los niveles. Para ellos es muy importante la seguridad, y actualmente en La Nucía hay una cámara por cada 90 habitantes. Está todo el término municipal vigilado.
Todo esto hace que sigamos creciendo en torno al 3 %, mientras tantos otros municipios están bajando en población. La gente ve que sus impuestos se transforman en servicios para los ciudadanos.
Quiero preguntarte por cuatro proyectos concretos de los muchos que tenéis en marcha. El Consultorio de Salud de Bello Horizonte, el hotel de residencia de deportistas, el segundo pabellón y la escuela de David Ferrer.
Respecto al Consultorio, hemos visto como la zona residencial de La Nucía hacia Altea ha ido creciendo. Ahora tenemos urbanizaciones muy importantes como el Tossal, Bello Horizonte, Puerta azul o Miramar. Esa zona necesita un consultorio, porque ahora todos los vecinos tienen que desplazarse.
Por eso hemos presentado una solicitud a la Conselleria de Sanidad para que lo construya. Ni siquiera pedimos una ampliación de plantilla de momento, simplemente un médico y un ATS del centro de salud se trasladarían allí. Esto sería muy adecuado sobre todo para todas las personas mayores que viven en esa zona. Si finalmente la Conselleria no responde, mi compromiso es que sea el Ayuntamiento quien lo construya.
Respecto al hotel de residencia de deportistas está previsto que se inaugure para el próximo verano. Es muy importante por los puestos de trabajo, el servicio que prestará y sobre todo porque hay muchos profesionales que quieren alojarse en el mismo sitio donde entrenan, así que será un plus para la Ciudad Deportiva.
¿Y respecto a los otros dos temas?
La Academia David Ferrer está al 50% de ejecución y tiene un gran futuro. Está construyéndose una pista central para 2.000 personas, tres de pista rápida, vestuarios y se ajardinará toda la academia. Pero ya con las cinco pistas de tierra batida construidas estamos organizando torneos, y han venido jugadores de todo el mundo que están viviendo en apartamentos de La Nucía y sus hijos están yendo al colegio aquí.
En agosto tuvimos un campeonato de Europa sub-14, que tuvo un retorno económico muy importante. Esta academia y el nombre de David Ferrer van a ser un gran impulso para nuestra Ciudad Deportiva.
El segundo pabellón es una necesidad. Tenemos tantos equipos de fútbol sala, vóley, gimnasia… que ya no hay más horas disponibles para entrenar. Así podremos ampliar el número de equipos, por ejemplo uno de baloncesto. Además hay pocos sitios en España donde tengan dos pabellones a menos de 100 metros. Por ejemplo, ya nos han propuesto celebrar el campeonato de Europa de dardos o de baile deportivo. En estos eventos se concentran más de 5.000 personas y necesitan dos pabellones.
¿Qué te parece la regla de gasto que tienen los ayuntamientos que, incluso estando muchos saneados, no acaban de tener la mano abierta para invertir todo el dinero en beneficio de sus ciudadanos?
Yo creo que cuando se cambió esta ley fue una decisión difícil pero necesaria. La mayoría de los ayuntamientos estaban en bancarrota, y esto ha permitido que muchos hoy tengan remanente en tesorería. Pienso que ya es hora de cambiar otra vez la ley, y permitir que aquellos que han hecho las cosas bien y no tengan deudas puedan gastar sus remanentes.
No tiene sentido que un ayuntamiento o la Diputación tengan dinero a plazo fijo, cuando ese no es el objetivo de la política.
«La Generalitat está tratando a los nucieros como valencianos de segunda, llevamos cuatro años reclamando y ni siquiera nos reciben»
Cambiando de tema a algo que depende de la Generalitat ¿Cómo está el tema de la construcción del tercer colegio?
Desgraciadamente tengo que decir que para la Generalitat, el presidente Puig y el conseller de Educación, no existe La Nucía. Llevamos años reclamando tanto la construcción del tercer colegio como del segundo instituto, pero no hemos recibido ni siquiera contestación. Hemos solicitado durante cuatro años que al menos nos recibiesen, pero no ha habido forma. Ni con el conseller, el secretario autonómico ni el director general.
Están tratando a los nucieros como valencianos de segunda. Tenemos necesidades urgentísimas. El colegio San Rafael en su día se hizo para albergar unos 450 alumnos y dos líneas, y actualmente todos los cursos tienen tres o incluso cuatro líneas, lo que supone más de 550 alumnos. El colegio La Muixara igual, sobre 570 alumnos, casi 200 alumnos por encima de la ratio. Lo mismo en el instituto, que se construyó para 500 estudiantes y ahora tiene 700.
Hemos propuesto una parcela de 23.000 metros para construir tanto el colegio como el instituto, que está entre Pinar de la Garaita y Varadero. Así los alumnos que viven en la zona de urbanizaciones hacia Benidorm no tendrían que coger autobús. Actualmente nos estamos gastando en transporte escolar sobre un millón de euros al año. La ejecución del colegio costaría sobre cinco millones, así que si se construye en cinco años está amortizado. Además de que los alumnos no tendrían que levantarse a las siete y media de la mañana; lo tendrían al lado de casa.
«Necesitamos un transporte interurbano en la comarca»
¿Crees que dentro de un tiempo cercano se conseguirá una conexión directa con el aeropuerto?
La comarca la necesita urgentísimamente. Una lanzadera hacia Benidorm es evidente, pues gran parte de las personas que pasan por ese aeropuerto van justo a esa ciudad.
Otro proyecto que también depende de la Generalitat, y que tampoco nos han hecho ningún caso, es el del transporte interurbano de la comarca. La Marina Baixa es una gran área metropolitana que debería tener líneas de autobuses públicos que conectasen La Nucía, Altea, Alfaz, Finestrat, Villajoyosa y Benidorm. Aquí somos 300.000 personas empadronadas, pero realmente en temporada baja somos medio millón que no tenemos frecuencias horarias para que la gente pueda ir a trabajar y desplazarse.
Más aún porque también reforzaría la apuesta por la sostenibilidad.
Por supuesto que sí. Reduciríamos el número de coches y mejoraría el tráfico. La carretera La Nucía-Benidorm tiene unos registros diarios de unos 78.000 coches, es la cuarta autovía más transitada de la Comunidad Valenciana.