Entrevista > Mª Jesús Grados / Cantante (Cáceres, 29-mayo-1956)
Cincuenta años, medio siglo, dan para mucho. Cuando Mª Jesús Grados (y su acordeón) llegó a Benidorm hace cinco décadas ni la ciudad ni ella eran lo que son ahora. Su crecimiento, artístico y turístico, han ido de la mano. Han evolucionado de forma paralela. Ella, poniéndole la banda sonora a esa mutación de pueblo marinero a potencia turística mundial.
Como suele suceder, Mª Jesús y su acordeón se convirtieron en parte del paisanaje habitual de un paseo de Levante en el que, durante décadas, carteles con su rostro, siempre sonriente, anunciaban sus innumerables y continuados bolos. Tanto es así que el anuncio de su despedida de la capital turística, matizada después, pilló a todos a contrapié.
Quien más quien menos había asumido que Mª Jesús Grados estaría siempre sobre los escenarios benidormenses. Desde su Rincón o en otros locales. Pero al músico siempre le tira la carretera y ella, que sigue causando furor entre sus incondicionales, no quería estar tan atada a la ciudad que le dio todo y a la que le ha dado tanto. Ahora, en el otoño de su periplo musical, quiere volar, como sus pajaritos.
Ahora que llega su despedida de Benidorm es un buen momento para echar la vista atrás. ¿Cómo acaba una niña de Cáceres en el Benidorm de hace 50 años?
Muy sencillo. Yo viajaba con mi padre haciendo veladas musicales por los pueblos de la montaña y así llegamos a l’Alfàs del Pi. Conocimos al párroco que, a su vez, tenía mucho contacto con los dueños del hotel Madeira y fue él quien nos llevó para presentarme allí. Fue una etapa maravillosa porque de ahí salté a otros muchos hoteles, inaugurando muchos de ellos. Hubo una época en la que tocaba en cinco o seis hoteles al día.
Y se cruzó en su vida otro artista ilustre cuyo nombre siempre estará unido al de Benidorm: Manolo Escobar.
Sí. Apareció Anita, su mujer, y le dijo a mi padre que Manolo quería llevarme en su compañía. Finalmente, no fue un año. Estuve viajando con él tres años. Desde ahí, todo fue rodado. Durante esa época también conocí a Marisa Medina, que me presentó a Ramón Barreiros, que llevaba un programa en TVE y ahí estuve más de 20 programas de ‘Siempre en domingo’.
La tele le acabó abriendo las puertas al resto de España.
Empecé a salir más de Benidorm. Comenzaron los conciertos en lugares como Asturias, Galicia. También iba mucho a Suiza. Pero siempre que terminaba esas actuaciones volvía a Benidorm a tocar en los hoteles y las cafeterías. ¡50 años dan para mucho!
«Tuve la suerte de que llegaran los ‘Pajaritos’, pero entonces yo ya tenía 38 LP en el mercado»
Dan para mucho. Tanto, que usted ha sido testigo directo de la evolución de Benidorm hacia su actual condición de potencia turística mundial.
Hemos llevado caminos paralelos. Yo he ido con el Ayuntamiento de Benidorm a hacer las promociones a algunos lugares de Europa. Es verdad que Benidorm estaba creciendo en esa época. Yo he llegado a ver el Rincón de Loix cuando sólo era campo.
Hemos crecido de forma paralela. Tuve la suerte de que llegaran esos ‘Pajaritos’, pero es verdad que antes de aquello yo ya tenía 38 LP en el mercado, me habían dado el primer casete de oro… ya tenía una trayectoria musical importante.
Ahora que ha llegado su despedida de Benidorm, ¿se ha sentido querida?
La noche que me despedí vino gente de Almería, Albacete… todos querían venir a verme. En realidad, fue todo como un juego. Yo fui a la celebración de unas bodas de oro en Finestrat y toqué allí. En un momento dado felicité a la pareja por sus 50 años de matrimonio y dije que, tras ese mismo tiempo tocando en Benidorm, iba a celebrarlo despidiéndome de Benidorm.
Alguno de los invitados dio la noticia. Así resultó todo. Ha sido noticia a nivel nacional y es muy bonito que se te reconozca después de tantos años. Una se siente feliz y agradecida.
Ha tenido que aclarar que no se retira. Que lo que ha anunciado es un adiós a los bolos diarios en Benidorm.
Los escenarios no los puedes dejar. Son mi vida. Para mí, subir al escenario y entregarme al público es lo que me hace ser feliz musicalmente. En mi vida privada tengo otras muchas cosas que me dan esa felicidad y son de las que también quiero disfrutar ahora porque hasta ahora, por estar atada todos los días, no he podido hacerlo como quisiera.
«Detrás de ‘Los Pajaritos’ ya había muchos años de carrera musical»
‘Los Pajaritos’ llegan a su vida en 1981, pero, como ya ha explicado, usted ya había tenido éxito mucho antes de eso. ¿Ha llegado a renegar de esa canción?
Lo que puedo hacer es contarte alguna de las muchas anécdotas que me han ocurrido en ese sentido. Gente que ha venido a Benidorm y a la que le han dicho de venir a verme y no quería. Que para escuchar ‘Los Pajaritos’ no merecía la pena porque ya lo había escuchado muchas veces. Al final, le han convencido y tras dos horas de actuación algunos han venido llorando a decirme que no conocían mi carrera musical. Detrás de ‘Los Pajaritos’ ya había muchos años de música. ¡Llevo desde los siete años tocando el acordeón!
«Mi paso por la política fue una experiencia estupenda. Llevo a Berna y a todos los compañeros en el corazón»
Y también ha tenido tiempo de pasar por la política como concejala en La Nucía. ¿Le gustó la experiencia?
Sí, muchísimo. Sobre todo, porque lo hice porque esas personas, con Bernabé Cano a la cabeza, pensaron que Mª Jesús, como vecina de La Nucía, podía estar ahí echando una mano. Fue una experiencia estupenda y siempre llevaré a Berna y al resto de los compañeros en mi corazón.
¿Qué le ha aportado usted a Benidorm en todos estos años?
No lo sé. Sí puedo decir que he dado entrega. Me he entregado cada vez que tocaba ‘Benidorm, Benidorm’. Lo tengo grabado en 14 o 15 álbumes en todos los formatos. Puedo haber aportado alegría. No es algo que quiera decir yo, es algo que me ha dicho la gente que durante tantos años me ha apoyado y me ha seguido.