Entrevista > Francisco José García Verdú / Pianista y compositor (Elche, 29-diciembre-1996)
Más que con un pan, Francisco José García nació con un piano bajo el brazo. Con solo un año asombraba en la guardería tocando un pequeño piano de juguete que no soltaba y donde ya intentaba reproducir las canciones que cantaban. Tal era su inquietud, que sus padres lo llevaron a clases de música a los cuatro años y, un año más tarde, ya en el conservatorio, empezó a tocar en público.
A los nueve años recibió su primer reconocimiento con el Premio Revelación Nacional de la Fundación Teresa Rabal, que le fue entregado por la actriz Asunción Balaguer quien dijo de él que era un tesoro. Ha ofrecido conciertos como solista y música de cámara en escenarios tan importantes como el Royal Albert Hall y la Royal Academy of Music de Londres. Los próximos meses tiene la agenda completa de conciertos en lugares como Nueva York, Londres, Tel Aviv y un largo etcétera.
Ahora, a sus 22 años, toda su vida sigue girando en torno a la música, a la que dedica un mínimo de seis horas diarias de ensayos.
¿Se puede vivir de la música clásica?
¡Por supuesto! Como pianista, te puedo decir que hay muchas opciones. El piano tiene mucha demanda por ser un acompañante tan a la mano.
Música de cámara, acompañante de cantantes de ópera, acompañante de solistas, pianista solista, pianista en orquestas, acompañante de coros, profesor de piano, grupos de jazz, orquestas big band…
«Sin esfuerzo, el talento importa poco»
Te consideraron un niño prodigio. ¿Cómo lo asumiste y qué te supuso?
Nunca pensé en si era prodigio o no. La verdad es que lo que me movía era seguir persiguiendo mis objetivos, aprendiendo más y mejor. Además, me gusta mucho trabajar. Sin esfuerzo el talento importa poco.
¿Cuántas cosas te has perdido en tu niñez y adolescencia?
Nada. Fuera de la faceta musical, mi vida ha sido muy normal. Recuerdo con muchísima, pero muchísima felicidad, toda mi niñez y adolescencia.
También es en parte por mis gustos. Desde pequeño he tenido mucha imaginación: Me podía tirar horas jugando con muñecos que coleccionaba; por ejemplo, Pokémon, Gormiti, o juguetes ‘random’ de huevos Kinder o de las maquinitas de un euro. Me han gustado mucho los documentales, leer libros y tenía mucha vida interior.
Fuera de la música clásica, ¿qué escuchas en tus ratos libres?
Teniendo en cuenta que hay pocos ratos libres, si estoy con amigos, lo que pongan: electrónico, reggaetón, Los 40…
Cuando estoy solo sigo escuchando música clásica o me pongo música de anime para piano. La típica música de estudio repetitiva, pero relajante. También música épica, aunque hace mucho que no pongo esto último.
¿Cuál es tu canción favorita?
No hay una predilecta, pero me gusta el rollo ochentero que lleva Bruno Mars en ‘Treasure’, ‘That’s what I like’ o ‘September’ de Earth, Wind & Fire y, como no, las obras que yo compongo.
«Los conservatorios tendrían que estar acondicionados con medios materiales suficientes y de calidad»
¿Qué crees que habría que renovar en los conservatorios de música?
Creo que las instalaciones son punto importante. Los conservatorios tendrían que estar acondicionados con medios materiales suficientes y de calidad para el uso continuo del alumnado y el profesorado. Además, habría que tener en cuenta el mantenimiento de todos los instrumentos todos los años.
En segundo lugar, convendría que el marco legal facilitase la compatibilización de los estudios de primaria y secundaria con los conservatorios elementales y profesionales, aprovechando la experiencia de algunos países de Europa. Estuve estudiando tres años en la Royal Academy of Music de Londres y allí, en la Purcell School, se hacía un plan especial para el alumnado que se iba a dedicar a la música.
¿Cómo es el proceso formativo del músico?
Hay que señalar que los estudios musicales se componen de cuatro años de formación elemental, seis años de profesional, cuatro años de grado superior, que es la carrera, y el máster uno o dos años. Sin embargo, para alcanzar una maestría total con el instrumento, no basta con sólo pasar los años.
¿A qué te refieres?
Tiene que haber un compromiso personal del intérprete con el instrumento y el arte de la música, pues hay que dedicarle muchas horas todos los días durante más o menos 15 años. Y no solo eso, también tienes que tener la guía durante todo ese tiempo de un buen pianista. Si no, puedes dar tu tiempo por perdido.
«Habría que darle continua presencia a la música mediante la educación en los colegios»
Desgraciadamente la música clásica no tiene muchos seguidores entre la gente joven, ¿que habría que hacer para cambiarlo?
Habría que darle continua presencia, mediante la educación en las escuelas y los medios de comunicación, a la música clásica, contemporánea, ópera, jazz, flamenco y demás.
Te puedes quedar impresionada con la cantidad de gente que asiste a los conciertos, teatros, auditorios, óperas, iglesias, palacios, castillos, competiciones, salones privados, etc. que ofertan esta música de lunes a domingo; con aforo completo en toda la geografía nacional e internacional.
¿Con que artista te gustaría tocar?
Pues nunca me había planteado esa pregunta. Pero, si tuviese que elegir a un pianista actual, te diría Lang Lang, Pablo Ferrández o Trifonov.
¿Te consideras profeta en tu tierra?
El hecho de que me estés haciendo una entrevista es un indicio de reconocimiento y siempre estaré agradecido.
¿Cómo te cuidas?
Pues en cuanto a la alimentación, siempre he sido muy estricto. He querido siempre comer muy bien y he seguido una dieta sana. Al mismo tiempo, practico deporte varias veces a la semana: natación y gimnasio.
«Visité la celda donde vivió Chopin en su estancia en Valldemossa. Fue un momento mágico»
¿Qué anécdotas recuerdas de tus viajes?
Cuando estuve en unas clases magistrales en Mallorca, tomé clases con Jacques Rouvier, catedrático de piano de la Universidad Mozarteum de Salzburgo, y esa semana visité la celda donde vivió Chopin en su estancia en Valldemossa. La verdad es que fue un momento mágico.
Después fui a la Academia de Verano de esa misma universidad, donde tuve el placer de tomar clases con el mismo profesor y otras grandes eminencias como Elisso Virsaladze o Rolf Plagge. Durante esos días visité la casa de Mozart. Fue otro momento inspirador.
Con solo 10 años le recibió la reina y le entregó una Dama de Elche
Siendo todavía muy joven fue recibido por la reina Sofía.
La audiencia fue cuando yo tenía 10 años, por ganar los premios Veo Veo de Teresa Rabal a nivel de la Comunidad Valenciana y a nivel nacional.
La Fundación Teresa Rabal nos citó a los premiados en un hotel de Madrid. De ahí nos fuimos en coche. Me sorprendió que, al entrar en la finca, había un bosque donde se veían ciervos y jabalíes sueltos.
¿Qué recuerda de aquel acto?
Cuando entramos en el Palacio de la Zarzuela, nos recibieron y fuimos a una habitación donde el comandante de las fuerzas aéreas nos explicó el protocolo a seguir. Yo le llevaba dos regalos: una dama de Elche y un libro sobre Elche. Se los di para que hicieran las comprobaciones necesarias y me dieron el libro.
Después, pasamos a la sala de audiencias, nos hicieron fotos los periodistas y entró la princesa Letizia. Saludó a Teresa Rabal; a su madre, Asunción Balaguer; al resto de miembros de la Fundación y estuve compartiendo unas palabras con ella.
¿Estás componiendo algo ahora?
Actualmente, he terminado la carrera de composición y compagino la actividad pianística con la composición.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Los próximos sitios que visitaré serán Valencia, Italia, Barcelona, Jaén, Polonia, Tel Aviv, Estados Unidos y Londres.
Además, tengo algunos compromisos en 2021 en Georgia, Texas y Nueva York. Por último, también me gustaría organizar varios conciertos como solista y con orquesta.