A finales del pasado mes de marzo, cuando todo el país vivía en auténtico estado de shock por el impacto de las cifras que diariamente arrojaban los medios de comunicación sobre el impacto que estaba teniendo la pandemia de la COVID-19 en la población, y todavía se salía puntualmente a los balcones para aplaudir a nuestros sanitarios, el hospital IMED Levante de Benidorm probaba, con éxito, una pieza producida con impresoras 3D que permitía duplicar la capacidad asistencial de los respiradores al bifurcar los tubos de exhalación e inhalación mediante los que funcionan este tipo de aparatos.
Aquella pieza, que duplicaba de facto el número de uno de los aparatos clave en la lucha contra la pandemia, había salido de las impresoras que la asociación Encuentros Empresariales había puesto a funcionar a toda potencia para tratar de ayudar en la pelea contra el virus. Pero no fue esa su única actividad. Tal y como explica Silvio Monroy, presidente de la Asociación de Empresarios de l’Alfàs del Pi y miembro de Encuentros Empresariales, su misión fue mucho más allá y acabaron surtiendo de mascarillas, batas y pantallas protectoras a ocho comunidades autónomas.
“Encuentros empresariales es una asociación sin ánimo de lucro formada por más de cien empresarios de Alicante y Murcia. No recibimos ninguna subvención de ninguna entidad pública ni privada” explica Monroy, que añade que “a raíz de la crisis producida por la COVID-19, nos pusimos a colaborar en lo que pudiéramos, tanto produciendo como entregando los productos”.
Encuentros Empresariales está formada por más de cien empresarios de Alicante y Murcia
Iniciativa empresarial
Este empresario alfasino recuerda que “fuimos los propios empresarios los que arrancamos, aportando una cuota para comprar material, y nos pusimos a producir y distribuir los productos en nuestra zona más cercana”.
Las impresoras 3D fueron sus primeros grandes aliados. “Inicialmente, nos pusimos a producir pantallas protectoras en 3D para sanitarios, fuerzas de seguridad y residencias de personas mayores. Empezamos fabricando unas cien unidades diarias y llegamos a alcanzar una cantidad de unas 1.500 gracias a un cambio en el método de producción, ya que al pasar de la impresión en 3D al PVC conseguimos reducir mucho los tiempos de manufactura de cada unidad”.
Monroy se encargó entonces de captar a un creciente número de personas que trabajaron en turnos de mañana y tarde. Los había de l’Alfàs del Pi, Callosa d’en Sarrià, Calpe, Altea y Benidorm. Llegó a reunir un auténtico ejército de casi 70 personas “que en muchos casos trabajaban sin descanso, doblando turnos de mañana y tarde y sin importar si era sábado o domingo”, recuerda.
«Llegó a haber nueve grupos de trabajo, lo que nos permitió producir más de 15.000 piezas semanales» S. Monroy
L’Alfàs, centro logístico
Por su parte, el ayuntamiento de l’Alfàs del Pi cedió el uso de una amplia zona de la Casa de Cultura y una nave industrial, normalmente utilizada para la realización de cursos de los talleres ocupacionales. Este apoyo permitió al municipio convertirse en el punto de referencia de esta iniciativa ya que entre esas dos localizaciones se repartió la fabricación del grueso de productos.
Viendo que la escasez de material de protección era uno de los grandes problemas a los que se tenía que enfrentar diariamente el colectivo de sanitarios, los miembros de Encuentros Empresariales decidieron dar un nuevo paso al frente. “A la vez, otras empresas y empresarias autónomas se dedicaron a la fabricación de mascarillas de tela y un grupo de unas 160 personas trabajó diariamente en la fabricación de batas de plástico desechables”, recuerda Monroy.
En el momento de máxima actividad, “llegó a haber un total de nueve grupos de trabajo funcionando, lo que nos permitió producir más de 15.000 piezas semanales entre pantallas protectoras, mascarillas y batas desechables que se han entregado, además de en la Comunitat Valenciana, en Andalucía, Murcia, Catalunya, Castilla La Mancha, Madrid, Baleares y Aragón”.
«A raíz de la crisis producida por la COVID-19, nos pusimos a colaborar en lo que pudiéramos» S. Monroy
Equipo humano
Aunque Monroy insiste en que su trabajo no fue ni más ni menos importante que el de cualquier otro voluntario, su empeño le ha convertido en una de las caras visibles de esta auténtica pandemia solidaria que ha ayudado enormemente a luchar contra esa otra epidemia que ha dejado decenas de miles de muertos en toda España.
Monroy sólo quiere ahora “dar las gracias a todos los voluntarios que, aunque no se les ve ni se les oye, han trabajado todos los días con ganas y mucha ilusión, dando todo lo que tienen. Sin duda, son todo un ejemplo a seguir”.