Entrevista > Alejandro Sigüenza / Actor (Orihuela, 29-julio-1974)
Licenciado en Arte Dramático por la Escuela Superior de Murcia, el actor oriolano cuenta con una dilatada trayectoria en el mundo de la interpretación. Tras iniciarse en el mundo del teatro de la mano de Atanasio Díe y Manoli García, años después se trasladó a Madrid, donde trabajó con el director teatral Miguel Narros, lo que le abrió las puertas a un sinfín de proyectos.
«La formación artística es fundamental para el desarrollo intelectual y emocional»
El mundo de la cultura ha demostrado ser una pieza clave para miles de personas durante estos meses de encierro. Como actor, ¿crees que está lo suficientemente valorado el sector?
Es evidente que se consume cultura sin valorar ese acto como algo esencial para la sociedad. Esa esencialidad es la que considero que no está valorada en absoluto. Debemos ser conscientes que la formación artística es fundamental para el desarrollo intelectual y emocional y, por tanto, tendría que estar más presente en la educación.
«Todo me resultaba bastante aburrido hasta que apareció el teatro»
¿Cuándo llama a tu puerta la interpretación?
En el instituto y gracias al taller de teatro por el que tanto trabajaron Atanasio Díe y Manoli García; todo me resultaba bastante aburrido hasta que apareció el teatro. A partir de ese momento ya solo pensaba en leer obras de teatro para poder hacerlas, y así nos íbamos juntando a ensayar y a disfrutar mucho con esto del juego teatral.
Afortunadamente a mis padres nunca les pareció mal mi pasión por la interpretación, al contrario, vieron con sorpresa que algo me interesara tanto. En el instituto no iba bien, andaba muy desencantado y fue Ricardo, mi profesor de latín, el que me habló de la Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia. Terminé COU e hice las pruebas de acceso para la Escuela. Sin duda, la mejor elección de mi vida.
¿Recuerdas tus primeros proyectos?
Por supuesto. Los primeros fueron en la escuela y las experiencias que vivimos allí fueron maravillosas. Todo lo que hacíamos era lo mejor que habíamos visto nunca, éramos los mejores, claro que no habíamos visto prácticamente nada; la ignorancia es muy osada.
Interpretó en series como ‘Al salir de clase’ o ‘Compañeros’
Una vez trabajas en 1997 con Miguel Narros en el mundo del teatro, dos años más tarde decides dar el salto al mundo de la televisión con series emblemáticas como Al salir de clase o Compañeros, ¿cómo lo recuerdas?
Narros fue a Murcia a hacer unas pruebas para uno de sus espectáculos, me seleccionaron y me vine a Madrid a ensayar. Desde ese momento, era mi tercer curso en Murcia, comencé a llevar currículum a todas las productoras de teatro y de audiovisual que pude recopilar. Fui haciendo pruebas y algunas salieron adelante.
La televisión era un medio absolutamente desconocido para mí, evidentemente, pero tuve la suerte de trabajar con compañeros que ya eran grandes del oficio. Fue una gran escuela.
Echando un vistazo atrás, ¿en qué ha cambiado aquel joven actor?
De aquel chico queda la emoción que me produce estudiar, ensayar… interpretar. Todo lo demás puede que haya cambiado, como la vida, pero lo esencial sigue ahí.
¿Se puede gozar de cierta estabilidad en la profesión?
No, es muy complicado tener estabilidad. No siempre hay proyectos y no siempre eres tú el elegido. Desgraciadamente esos momentos, exasperantes, son habituales en nuestra profesión. Siempre dependerá de los ahorros que tengas. Si no tienes, buscas cualquier trabajo que pueda cubrir tus necesidades mientras esperas esa llamada. Esto un acto de fe.
¿En qué proyectos estás trabajando a día de hoy?
Actualmente estoy esperando para retomar los ensayos de El enfermo imaginario, dirigido por Josep Maria Flotats para la Compañía Nacional de Teatro Clásico, que íbamos a estrenar cuando comenzó la pandemia. Ahora tenemos previsto el estreno para el mes de noviembre.
¿Hay algún personaje que no hayas interpretado y al que te gustaría dar rienda suelta?
La verdad es que no soy muy de pensar en el futuro ni de fantasear. Cualquier personaje me hará inmensamente feliz porque me apasiona el proceso de creación, tanto o más que el de ejecución o exhibición.
Tras años de profesión, ¿qué retos profesionales te quedan por cumplir?
El reto es ingente y siempre el mismo: contar, honestamente, lo que otros consideran que debe ser contado. Si todo va bien eso me mantendrá entretenido el resto de mi vida.
Últimos proyectos
Sus últimos trabajos han sido en teatro para la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Los empeños de una casa, dirigido por Yayo Cáceres y La dama boba, dirigido por Alfredo Sánzol.
En cine ha participado en Una vez más, dirigido por Guillermo Rojas. En televisión le hemos visto interpretar durante cuatro temporadas a Nicolás, en El Secreto de Puente Viejo y a David, en La Otra Mirada.