Entrevista > Raúl Parra / Presidente de AICO
AICO, la asociación que aglutina a los comerciantes de Benidorm, sigue el día a día turístico con preocupación. A nadie se le escapa que en esta ciudad todo el mundo, de forma directa o indirecta, vive del turismo y, por ello, Raúl Parra es claro y taxativo: sólo el regreso de cierta normalidad en el flujo de viajeros puede revertir la actual espiral de cierres que asola al sector.
«Sólo el regreso de cierta normalidad en el flujo de viajeros puede revertir la actual espiral de cierres que asola al sector»
A día 1 de marzo, justo antes de que se desatara la tormenta perfecta del coronavirus, ¿cómo eran las previsiones del comercio benidormense de cara a 2020?
No eran muy buenas, porque veníamos de un par de años de bajadas de ventas. Durante los dos últimos años se han producido bajadas de una o dos cifras y, como mucho, con el dos delante. Pedíamos a las administraciones locales medidas que para nosotros eran importantes como las mejoras de los aparcamientos, ampliar campañas promocionales, toda la cuestión de la escena urbana, limpieza, tematización de calles…
«Las previsiones para 2020 no eran muy buenas porque veníamos de un par de años de bajadas de ventas»
A nivel interno también estábamos tratando de destacar cuestiones como la formación, reformas y cambios de imagen del comercio, adaptabilidad a la omnicanalidad con el tema de venta online, la recogida en tienda… Estábamos trabajando todo ese tipo de cosas.
Recuerdo que a principios de año usted señaló que se estaba aumentando la venta online también en el comercio local.
Sabíamos que en cuatro o cinco años iba a estar en ese escenario. Era importante adaptarnos por la competencia que nos venía de plataformas como Amazon u otras compañías importantes. Se trata de una venta más fría. A lo mejor, es verdad, que algo más económica; pero nosotros le decíamos a nuestros socios que, para poder competir con ese tipo de negocio, había que darle un valor añadido a nuestro producto.
«La venta online sabíamos que quien más lo iban a sufrir son los centros comerciales»
¿Cuál es ese valor añadido?
Todas esas ventajas que ofrece el comercio de proximidad como pueden ser la atención al cliente, las devoluciones, la proximidad, el servicio, la calidad… Sabíamos perfectamente que de los tres tipos de negocio que existen ahora mismo, el de proximidad, la venta online y los centros comerciales, uno de los mordiscos más grandes derivados de la venta online, lo iban a sufrir los centros comerciales. Eso es lo que ha ocurrido.
Ahí es donde hemos visto una de las mayores problemáticas de la covid. No todos los negocios han estado preparados para dar ese salto y poder luchar contra la venta online dando ese valor añadido y ese sello de calidad.
Déjeme hacer un paréntesis en esta cuestión y volver a un detalle que ha comentado usted antes: el cambio de la escena urbana. Muchas ciudades, y Benidorm no es una excepción, han apostado por la peatonalización de sus zonas céntricas y eso, en no pocas ocasiones, ha despertado críticas por parte de los comerciantes. ¿Cómo ven desde AICO esa transición hacia los nuevos modelos de movilidad?
Hay varios tipos de comercio. Los hay que sí necesitan una cercanía del vehículo y otros que no porque facturan por tráfico de gente y se ven beneficiados por la peatonalización. Nosotros siempre hemos estado de acuerdo con la peatonalización de calles. Es más, hemos planteado ciertas peatonalizaciones. AICO fue una de las organizaciones que, cuando se hizo Tomás Ortuño, planteamos que se cerrara la parte baja sábado y domingo para crear nuevas tendencias y nuevas maneras de comprar.
Junto con todo ello, y esto es una de las cosas en las que pensamos que se está fallando, hay que tener en cuenta que para peatonalizar una ciudad hay que poder guardar el vehículo en algún sitio. No podemos quitar aparcamientos del centro de las ciudades y no tener un plan alternativo.
Pero desde el Ayuntamiento le dirán que han creado una red de aparcamientos disuasorios en las entradas a la ciudad.
No nos sirve que se creen esos aparcamientos disuasorios a tres kilómetros del centro. Una persona de Altea que viene a comprar a Benidorm no va a dejar el coche en un parking disuasorio y bajar en el autobús.
«Si queremos peatonalizar al 60 o 70 por ciento el centro, que es el futuro, debemos crear todo tipo de ramales de parking»
¿Qué soluciones plantean ustedes?
Llegamos a trabajar, con la empresa que está realizando la reforma de la avenida Mediterráneo, la creación de un parking subterráneo bajo ese vial. Pero, como ya sabes, ahí hay grandes problemas por la cuestión del nivel freático y que por ahí pasan todas las tuberías que van a la depuradora de Serra Gelada.
Pero si no es en esa calle, tarde o temprano habrá que hacer un aparcamiento en alguna vía paralela de tal manera que potenciemos y complementemos a los parkings que ahora existen en l’Aigüera, Ruzafa, Tomás Ortuño… Si queremos peatonalizar al 60 o 70 por ciento el centro, que es el futuro, debemos crear todo tipo de ramales de parking alrededor de ese triángulo.
Y que se sepa cómo llegar a ellos…
Hemos pedido al Ayuntamiento que, como ocurre en todas las grandes ciudades, se señalicen los aparcamientos en los cruces más importantes con las plazas que quedan libres en cada uno de ellos. Hay un montón de trabajo pendiente.
Y me ha nombrado también un concepto interesante: la tematización de calles.
Consideramos que puede dar un valor añadido a la ciudad. La avenida Mediterráneo va a ser la primera vía donde se le va a dar un toque especial. Creo que cuando esté terminada, con su iluminación tan especial, va a ser una calle llamativa y, al final, la gente quiere pasear por ese tipo de viales.
Hacer calles de ese tipo, con grandes zonas peatonales, provocará que las grandes compañías, a las que nosotros llamamos ‘las locomotoras’, se quieran situar en esas vías. Algunos socios ya nos han informado que, gracias a esa obra, ya hay grandes locomotoras detrás de algunos locales de la avenida del Mediterráneo. Sobre todo, entre la avenida de Europa y la plaza Triangular.
Pero, ¿a qué se refiere con la tematización?
Un buen ejemplo puede ser la calle de las setas de Alicante. Planteamos la tematización de tal manera que el turista quiera ir a esa calle a hacerse la foto, a visitarla y conocerla. Hemos trabajado muchísimo con varios proyectos que han gustado mucho a la administración, y pensamos que se podrán llevar a cabo en el futuro porque hay opciones realmente muy económicas.
Vuelvo a la cuestión de la venta online. Estos seis meses pandémicos que ya llevamos acumulados han servido para que muchos negocios se digitalicen a marchas forzadas. Si hubiese que hacer una radiografía general del comercio benidormense, ¿cuál sería su diagnóstico?
Hay muchas maneras de digitalizar una empresa. En primer lugar, a nivel interno. En definitiva, se trata de usar la digitalización para reducir gastos en la empresa y muchas empresas llevan tiempo trabajando en ello.
Pero usted me hablaba antes, y es por la que le preguntaba, por aquella que ve el cliente y que lleva a la venta online.
Nosotros lo llamamos omnicanalidad ya que se trata de tener una tienda online, una tienda física y un servicio de reparto a domicilio, y el cliente puede interactuar de muchas maneras. Durante el confinamiento, muchísimos comerciantes nos hemos puesto las pilas con esto.
Muchas empresas lo han hecho bien, otras muchas han puesto un parche y muchas no han hecho nada. Creo que se está trabajando muchísimo en esto y esta situación nos ha dado tiempo para dar pasos adelante en ello. Eso nos ha venido bien. En un año o dos habrá un porcentaje muy elevado de comercios que habrán dado el salto.
El modelo turístico de Benidorm ha sido, muchas veces, objeto de críticas injustas e infundadas. Ustedes, los comerciantes, tampoco se han salvado de ellas. Quizás, la más repetida es que el comercio benidormense está basado en los souvenirs y baratijas.
Vamos a ver, Benidorm tiene una red comercial muy importante. Hablamos de 1.500 comercios, habiendo alcanzado puntas de 2.100, que es lo máximo que ha tenido la ciudad. En cualquier caso, hablamos de números superiores a la ciudad de Alicante.
Siempre hemos sido muy camaleónicos. Dependiendo del tipo de turismo que nos visitaba vendíamos una cosa u otra. El comercio turístico, que es como nosotros lo llamamos y que representa el 60% de esos 1.500 comercios, ya se está adaptando y ya podemos ver los primeros cambios.
¿Como cuales?
Recuerdo el efecto que produjo la llegada del comercio chino. Ahora hay empresas, como Alehop, que tiene ese tipo de producto, pero le está dando un valor añadido con una tienda muy curiosa, con información importante del producto…
Eso ha provocado que el resto de tiendas que venden souvenirs se hayan dado cuenta de que ese tipo de negocio funciona muy bien y están intentando adaptarse para copiar el formato. El comercio siempre es muy agradecido cuando haces algún tipo de inversión.
«Benidorm acabará teniendo un comercio turístico como se merece y lograremos, gracias a él, ir trayendo un turismo de mayor calidad»
En resumen, vender lo mismo dando una sensación de mayor calidad.
Creo que Benidorm acabará teniendo un comercio turístico como se merece y lograremos, gracias a él, ir trayendo un turismo de mayor calidad. También es cierto que es algo complicado porque trabajamos con un modelo de turismo de masas. Son muchísimas las personas que necesitamos que vengan para llenar la ocupación.
¿Significa eso que no va a cambiar el modelo?
Estamos notando que en ciertas zonas de Benidorm está aumentando el nivel del turista que suele venir. Es algo que ocurre especialmente en la zona de Poniente, donde el comercio y la hostelería que se está montando es cada vez de mayor calidad. Por ello, creo que Benidorm tiene hueco para cualquier tipo de turismo.
Hablemos de las consecuencias que está teniendo esta crisis coronavírica para el comercio benidormense. ¿Están siendo tan devastadoras como para la hostelería?
Está siendo una situación muy dura, compleja y caótica. El comercio turístico que tenemos en el Rincón de l’Oix sigue cerrado entre un 30 o 40 por ciento. Eso nos hace pensar que un porcentaje muy alto no va a volver a abrir. La situación, como digo, no es buena y, según van pasando los días, va siendo peor.
¿No hay ningún síntoma para el optimismo?
El último dato que ha dado HOSBEC es que, durante el invierno, sólo abrirán entre diez y quince hoteles en toda la ciudad. Eso va a ser un caos para nosotros porque preveíamos que, a partir del 1 de octubre, el 50% del comercio de la ciudad, es decir, unos 700 comercios, iban a cerrar.
Algunos definitivamente y otros temporalmente hasta Semana Santa. Con estos datos hoteleros, y todas las cancelaciones, no tengo ya claro si ese dato va a ser muy superior. Lo que sí es seguro es que a partir del 1 de septiembre habrá un 20% de cierres.
«En Benidorm, o viene el turista, o los cierres no hay quien los pare»
¿Cómo se puede lograr frenar esos cierres?
(Piensa) Viniendo gente. Es que no hay otra manera. O viene el turista, o esos cierres no hay quien los pare.
Pese a todo, y por todo lo que ha explicado respecto a los planes de futuro y los pasos dados en cuestiones como la digitalización, ¿cree que el comercio podrá sacar, a largo plazo, algo positivo de este periodo cuando lo podamos analizar dentro de un contexto histórico?
Por supuesto que sí. Siempre hemos dicho que el comercio de proximidad es el futuro del comercio. Del pastel que ahora mismo está dividido, como he dicho antes, entre tres actores principales; el comercio representa el 50%, el online estaría en el 30% y el centro comercial, el resto.
Todo esto va a hacer que el comercio online crezca hasta llegar al 50%, pero el que más lo va a sufrir son los centros comerciales. La gente va a valorar muchísimo la proximidad y va a preferir comprar un pelín más caro debajo de su casa a coger un coche para ir a un centro comercial.