Entrevista > Irene García / Investigadora y Doctora en Estudios Escandinavos (Elche, 1984)
El cine y la televisión se han encargado de convertir en atractivo todo lo que rodea el mundo vikingo, incluso en el género infantil con series como Vicky el vikingo o Asterix y Obelix.
¿Vikingos? Sí, los de los cascos con cuernos. Esto es lo que muchos hubiésemos contestado al preguntarnos si conocíamos algo de esta sociedad, pero eso era antes. Ahora la industria cinematográfica se ha ocupado de que sepamos mucho más, no sólo que sus cascos no tenían cuernos, sino tal vez incluso que Odín sólo tenía un ojo y que los barcos vikingos se conocen popularmente como drakkar.
Vikingos en la provincia de Alicante
Pero lo que posiblemente muchos no sabrán es que los vikingos también estuvieron por España llegados desde sus tierras, y que incluso en una ocasión estuvieron en nuestra provincia y no de visita precisamente. En el año 860 la zona de Orihuela, que ya entonces existía y se llamaba ‘Hisn Awryyula’, era una ciudad fortificada que los vikingos de la época se encargaron de destruir para robar, secuestrar y esclavizar a muchas de sus gentes.
Irene García es filóloga y doctora en lenguas escandinavas, y una estudiosa de la sociedad y la cultura vikinga. Una sociedad que va mucho más allá de las batallas, y este es precisamente el contenido de su libro ‘La historia de los vikingos’, con una lectura amena, descriptiva y muy interesante.
«Por la península ibérica han pasado tantas culturas que yo creo que somos un batiburrillo de todas ellas»
¿Qué datos existen del paso de los vikingos por estas tierras?
Según los documentos que existen de la época estuvieron por nuestra provincia hacia el año 860, concretamente en la zona de Orihuela. Entraron a España por Galicia, y de allí fueron pasando por Portugal, la costa africana y después bajaron hacia el mediterráneo hasta llegar a estas tierras alicantinas.
Su llegada tenía como objetivo destruir y robar. Robos no solo de riquezas sino de personas, ya que los vikingos comerciaban con esclavos y de aquí se llevaron a gente con ese objetivo. También se dedicaban a raptar personas por las que pudieran pedir un rescate.
«Entraron en barcos por Guardamar y destruyeron la fortificación que defendía el territorio de Orihuela»
Entraron en barcos por Guardamar y destruyeron la fortificación que defendía el territorio de Orihuela (Hisn Awryyula). Desde ahí atravesaron toda la costa levantina para llegar hasta Francia.
¿Qué te hizo investigar el mundo vikingo?
Yo me licencié en filología inglesa, y además siempre me ha interesado mucho la historia de las lenguas germánicas. Me fui a Escocia a hacer un master de Estudios Medievales y me especialicé en runología, que son las inscripciones de la lengua germánica. Después de acabar el doctorado decidí investigar sobre la historia de los vikingos en España, porque me parecía una historia fascinante que no estaba suficientemente documentada.
¿Qué papel jugaban los barcos en la vida de los vikingos?
Un papel importantísimo. Era su arma y la herramienta básica que les permitió llegar a tantos sitios como llegaron y moverse con tanta frecuencia. Solo por la Península Ibérica y sus alrededores estuvieron 200 años pasando constantemente por diferentes zonas.
Eran muy buenos construyendo barcos. Hacían barcos grandes y rápidos que les permitían llevar a un número importante de personas, así como barcos cargueros para transportar todo lo que recogían en sus viajes. Contaban también con barcos pequeños que en ocasiones los cargaban a hombros para pasar de un lado a otro de los ríos, o cruzar pequeñas extensiones de tierra.
Sus principales contrincantes eran los piratas sarracenos, que atacaban por las mismas zonas que los vikingos y con quienes mantienen encarnizadas batallas por conseguir sus botines.
¿La imagen del vikingo duro y agresivo y siempre dispuesto a la batalla es real?
Es cierto que su espíritu de ataque era una de sus características, pero en realidad los vikingos eran comerciantes muy inteligentes. Cuando llegaban a un sitio no solían atacar sin antes observar la situación y decidir cómo les convenía actuar. Si lo que les convenía era aliarse y llegar a un acuerdo con las personas de ese sitio, o trabajar para ellos como mercenarios, lo hacían, y si el acuerdo comercial les iba mejor que la espada no luchaban.
Era también muy importante para ellos el respeto de sus leyes, y paradójicamente uno de los peores delitos era el robo, que se castigaba con el exilio y que para ellos era un castigo solo comparable con la muerte. Tenían su sistema de corte parlamentario donde se celebraban juicios de características similares a nuestra justicia, con jueces, abogados, testigos, etc.
Tenían un poder de organización enorme para todo, y también en la batalla donde funcionaban como auténticos ejércitos militares con sus estudiadas estrategias de ataque.
«La mujer tenía un papel fundamental en la jerarquía vikinga»
¿Qué función tenía la mujer vikinga?
Un papel fundamental en la jerarquía vikinga, y mucho poder administrativo en el control de la granja que era el centro familiar. Ellas se quedaban a cargo de todo cuando sus maridos se iban a vikinguear largos periodos, y también se ocupaban de la producción textil. Pero incluso cuando no estaban de viaje ellas seguían siendo las administradoras de sus bienes.
Ahora también sabemos que algunas mujeres vikingas fueron grandes guerreras y acudían con los hombres a combatir. Desde hace poco tiempo tenemos evidencias de la existencia de tumbas de guerreras que, por el tamaño y por los presentes que depositaban en ellas, debieron ser mujeres muy poderosas.
¿Cómo se alimentaban para mantenerse en esas condiciones físicas?
Eran personas fuertes y guerreras y por lo tanto su alimentación era importantísima para mantener su energía para la lucha.
Existen documentos históricos que nos enseñan cómo se alimentaban, y se habla de grandes cenas de las que algunas tenemos incluso el menú y te voy a poner el ejemplo de una de ellas: Gachas en leche de cabra, corazones asados, caballo, salmón, miel, queso, frutas del bosque y por supuesto el hidromiel y la cerveza, que no podían faltar en ninguna cena de prestigio. Más tarde llegaría el vino.
Esta sería, como decía, una gran cena y los que tenían menos posibilidades también comían muy bien a base de estofados de cabra u otros animales, o simplemente huesos a los que añadían verduras y todo lo que tenían a mano, así como gachas, queso y pan.
La cerveza formaba parte de la alimentación diaria de los vikingos y de la de los niños. También le daban mucha importancia a los lácteos.