El ex ministro de Defensa y actual presidente de la Fundación Transforma España, Eduardo Serra Rexach, apeló a la necesidad de que “España apueste por el talento, porque en estos momentos la riqueza de una nación se mide por el talento de sus gentes, lo que requiere una buena reforma no partidista de nuestro sistema educativo. Urge, fuera de todo debate que no apueste por el desarrollo de nuestros ciudadanos, un buen modelo educativo”, según expresó en el encuentro digital con empresarios organizado por el Observatorio Económico de Alicante (EOA) y la Unión Empresarial de la Provincia de Alicante (UEPAL) que tuvo lugar bajo el título de ‘Análisis de la situación económica en España. Perspectivas de Futuro’.
Serra Rexach – presentado por el presidente del OEA, José Antonio Trigueros – expuso en su intervención las fortalezas del sector empresarial español, que a lo largo de la historia ha sabido sobreponerse a muchas dificultades, aunque lamentó “la escasa autoestima” que los empresarios y la ciudadanía tiene de lo logros del conjunto de España en los últimos 60 años. “No somos conscientes de que España es una economía emergente, y lo es desde hace 60 años”, y recordó que frente a milagros económicos de otros países deberíamos ser conscientes que en las últimas décadas, España ha sabido “multiplicar por 100 su PIB”, un hecho que calificó de “excepcional” y que atribuyó al esfuerzo colectivo de personas individuales de todas generaciones.
Digitalización e investigación
Señaló que España debe centrar su atención como país en cuestiones como la digitalización, el conocimiento de otros idiomas y la investigación. “Con este bagaje, nuestra posición estratégica en el Mediterráneo como con América, la fuerte iniciativa empresarial española y la capacidad de adaptarse que han demostrado, España sí tiene futuro”.
Desde su punto de vista, “se trata de que los españoles, el sector empresarial también, tenga más confianza en sí mismo, como la tienen otros colegas de otros países”, al tiempo que señaló a la clase política como responsable de algunas debilidades actuales.
“Los mensajes que están dando al exterior de nuestro país no son buenos, y eso también se nota en economía”. El exministro manifestó la obligación que tienen los empresarios – y el conjunto de la sociedad civil – “para obligar a la clase política dejar la crispación porque no nos beneficia” y que “deben ser capaces de generar una unidad de acción a favor de la economía y la sociedad en estos tiempos de crisis y de pandemia”. Además, señaló con rotundidad de que los políticos “no tienen el derecho a radicalizarse ni a radicalizar a la sociedad española, que de natural es tranquila, conciliadora y muy trabajadora”.