Entrevista > Hans Svedbergh / Presidente Club Noruego Costa Blanca
L’Alfàs del Pi se ha convertido en uno de los destinos, turísticos y residenciales, favoritos de los súbditos noruegos. Tanto es así que el municipio es la segunda colonia de esta nacionalidad nórdica en el mundo, sólo superada por Londres.
Hubo una época, hace décadas, cuando España todavía vivía en blanco y negro y comenzaba a despertar a la democracia tras 40 años de dictadura, en que los noruegos que, casi como pioneros, iban llegando a estas latitudes eran vistos como una especie casi exótica. Ahora, forman parte del paisaje social alfasino habiéndose convertido, además, en una parte fundamental de la vida diaria del municipio.
Integración total
Los noruegos de l’Alfàs del Pi, como los residentes de tantas otras nacionalidades, se han convertido, con el paso de los años, en unos alfasinos más. Su integración total en el territorio que los ha acogido es, no cabe duda, un ejemplo a seguir en cualquier otro punto del planeta y, seguramente, una de las claves de esta experiencia de éxito ha sido el camino bidireccional de esa integración.
En otras palabras, los noruegos que aquí residen lo hacen sin haber tenido que renunciar a su lengua, sus tradiciones o su cultura; pero, a la vez, habiendo sabido abrazar las del pueblo en el que se han asentado. Celebraciones como el 17 de mayo, su día nacional, se han convertido en una fiesta local más y ellos, a su vez, han acogido como propias otras tantas fechas de celebración autóctonas.
Moderna sede social
Además del carácter abierto y acogedor de los recién llegados y de aquellos que los acogen, uno de los grandes secretos de este éxito integrador radica, aunque pueda sonar a tópico, en la gran organización de la que siempre han hecho gala nuestros vecinos noruegos. Hace ya 50 años que se fundó el Club Noruego Costa Blanca, corazón y motor de toda su actividad y que, a día de hoy, incluso en estos difíciles momentos pandémicos, mantiene su actividad.
Hans Svedbergh es su actual presidente y una de las personas que mejor puede explicar los orígenes, hace ya cinco décadas, de esta institución. Svedbergh recibe a AQUÍ en l’Alfàs del Pi en la sede del Club Noruego, inaugurada en 2014 y que, en su momento, supuso una inversión de 1.000.000 euros “facilitados por los socios a través de importantes aportaciones personales, cuotas de membresía o acciones de recaudación de fondos”.
Y aunque, como explicará posteriormente su presidente, el club no recibe apoyos económicos por parte de las instituciones públicas, “la construcción de esta sede fue posible porque, en base a esos 50 años de cooperación mutua, el municipio de l’Alfàs del Pi nos cedió el uso de la parcela sobre la que se construyó ese edificio”.
«Contamos con unos 1.000 miembros de todas las edades. Desde niños de dos años hasta un socio de casi 100 años»
50 años de historia
“El Club arrancó su historia en 1970”, explica Svedbergh, “a iniciativa de Jon Svanberg, que más tarde se convertiría en el cónsul noruego con oficina en Benidorm, una delegación que estuvo activa hasta 2018 y que actualmente se encuentra en Alicante. Desde su puesta en marcha, el club se ha gestionado a través del trabajo voluntario de sus miembros. El Club Noruego Costa Blanca nunca ha recibido apoyos económicos desde Noruega, ya fueran provenientes de entidades públicas o privadas”.
«Desde su puesta en marcha, el club se ha gestionado a través del trabajo voluntario de sus miembros»
Para hacernos una idea de su dimensión, el presidente del club explica que “contamos con unos 1.000 miembros de todas las edades. Desde niños de dos años hasta un socio de casi 100 años que en 2011 todavía ganó dos medallas de oro en pruebas de atletismo”.
“Centenares de nuestros socios participan en las actividades que desarrollan en 22 grupos. Son actividades que hacemos de manera continua y, como ya he dicho antes, son llevadas a cabo por voluntarios. En este caso, hablamos de unas 60 personas”, añade Svedbergh.
El germen de la colonia
El establecimiento, hace 50 años, del Club Noruego Costa Blanca sirvió para que se sentara las bases de lo que hoy en día es la segunda colonia más numerosa del mundo de ciudadanos de esa nacionalidad. “Tras la inauguración del club se pusieron los cimientos de un colegio noruego y de Solgården en La Vila Joiosa, que supuso la apertura, en 1972, de un centro vacacional y de salud para personas con discapacidad intelectual y que posteriormente se convirtió en un centro geriátrico, actividad que mantiene hasta hoy”, recuerda Svedbergh.
La llegada de nuevos y más numerosos noruegos a la zona hizo aparecer nuevas necesidades y una de ellas fue la atención a la fe. “En 1979 Sjømannskirken se hizo cargo del templo de Solgården y más tarde, ya en otoño de 1996, se abrió una iglesia en l’Alfàs del Pi”, tal y como explica el actual presidente del club.
«Queremos promover la integración y la interacción en el ámbito local y en toda la zona norte de la Costa Blanca»
Día 17 de mayo
Cualquiera que haya visitado alguna vez la sede social del Club Noruego Costa Blanca habrá podido comprobar que son las personas de esa nacionalidad las más numerosas en sus instalaciones, pero Svedbergh recalca que “el objetivo del club y de su sede social es el de servir como un punto de información, actividades y formación para todos aquellos que tengan algún interés en Noruega, su cultura, la lengua o su historia. De esa manera, queremos promover la integración y la interacción en el ámbito local y también en toda la zona norte de la Costa Blanca”.
Tanto es así que, como recuerda su presidente, uno de los puntos de los estatutos de la asociación reza, literalmente, “que el Club Noruego tendrá como propósito crear bienestar y apoyar y promover la relación entre noruegos y amigos de los noruegos en la Costa Blanca, así como ser un elemento de contacto y unión y trabajar en la búsqueda de soluciones para cuestiones comunes”.
«El 17 de mayo es un día que también los españoles valoran de forma muy especial»
Preguntado por cuál puede ser, a su juicio, un claro ejemplo de esos objetivos, Svedbergh no lo duda: “el día 17 de mayo. Es un día que también los españoles valoran de forma muy especial y así se demuestra con el hecho que, desde que lo celebramos por vez primera a nivel local en 1971, siempre han participado activamente en el mismo”.
«Todos los noruegos que han venido aquí a trabajar hablan español sin problemas»
Acogidos sin rechazo
“Nunca he sentido ningún tipo de rechazo por mi procedencia, mi lengua o mi cultura. Los españoles son un pueblo amable”, considera el presidente. “Todos los noruegos que han venido aquí a trabajar hablan español sin problemas. Mi hija, por ejemplo, lo habla fluido. Ella llegó aquí a los 20 años, pero yo nunca trabajé aquí y, por lo tanto, nunca tuve esa necesidad de aprender el idioma por motivos laborales. Pese a todo, me defiendo lo suficiente para hablar con el fontanero, ir a comprar, hablar con mis vecinos…”.
Hans Svedbergh considera, en cualquier caso, que todavía queda camino por recorrer en este sentido y que la propia comunidad noruega cometió algún error en el pasado que puede haber dificultado relativamente esa integración. “Algunos noruegos adultos viven semintegrados. Luego tenemos a personas que trabajan en la industria petrolera o naval y que van y vienen porque sus hijos y mujeres viven aquí. Sus hijos van al colegio noruego y tienen algunas horas de inglés y de español, pero no deja de ser un colegio noruego. Eso no ayuda a conseguir una integración total”, explica.
“También conozco casos de padres que han optado por escolarizar a sus hijos en colegios españoles”, prosigue. “Antes el colegio noruego estaba en el pueblo, frente al colegio español y el intercambio entre los niños de las dos nacionalidades era total. Había muchos amigos entre unos y otros. Sin embargo, cuando decidieron llevarse el colegio noruego a su emplazamiento actual, tan alejado, fue un error. De repente, ese intercambio desapareció. No digo que no deba haber un colegio noruego, pero quizás tendría que haberse hecho como se hizo en Oslo, donde el colegio ruso, francés, británico… está en la misma zona que los centros escolares noruegos”.
L’Alfàs del Pi se convirtió en sede de una cumbre bilateral entre los presidentes de gobierno de España y Noruega el 17 de mayo de 2009
Relevancia internacional
Más allá del número de socios o actividades del que puede presumir el club, una clara muestra de la importancia que el mismo ha tomado en la relación bilateral entre España y Noruega llegó en el año 2009 cuando con motivo de la celebración, precisamente, del 17 de mayo, l’Alfàs del Pi se convirtió en el escenario de una cumbre entre los entonces presidentes del gobierno de ambos países, José Luis Rodríguez Zapatero y Jens Stoltenberg, actual Secretario General de Organización de la OTAN.
Como explica el actual presidente del club, “ese evento dejó una huella imborrable en toda la población de l’Alfàs del Pi”. De hecho, y aunque Svedbergh no lo menciona, es habitual que a la celebración alfasina acudan anualmente importantes personalidades noruegas como muestra de la especial consideración que se tiene en aquel país hacia la localidad de la Costa Blanca.
El imán de l’Alfàs del Pi
Pero todo ello, en cualquier caso, no explica por completo el motivo por el cual tantos noruegos han decidido, desde hace más de medio siglo, establecerse o pasar largas temporadas en este punto concreto de la geografía española. Tampoco Hans Svedbergh tiene una respuesta concreta para ello, aunque cree que el boca a boca tiene un gran peso y lo ejemplifica con una experiencia personal.
“Cuando ya existe una colonia, la gente habla con sus amigos”, explica. “Eso me sucedió con mi cuñado. Yo ya vivía aquí y ellos, en la Feria de Turismo de Oslo, conocieron al propietario de una empresa inmobiliaria de l’Alfàs del Pi y, posteriormente, me llamó para que yo alquilara en esa empresa una casa para venir 15 días de vacaciones en febrero. Vinieron y cuando volvieron a casa se dieron cuenta, porque ambos sufren de esa dolencia, que ni él ni su mujer habían sufrido problemas asmáticos mientras estuvieron aquí. Así que, en 2001, ya jubilados, me volvieron a llamar y compraron la casa donde siguen viviendo hoy en día”.
“A su vez”, prosigue explicando, “él se lo contó a todos sus amigos y cinco familias tomaron la decisión de comprar una casa aquí gracias a lo que él les había contado”. Y quizás sea esta historia, una más de tantas que se pierden en el anecdotario colectivo de un municipio, la que mejor ejemplifique esa apuesta, reconocida por la propia Unión Europea a través de los Fondos EDUSI, del Ayuntamiento por convertir el municipio en un ‘Territorio Saludable’.
Visión de futuro
Confiando, como el resto de la sociedad, en que el parón vital que ha provocado la pandemia de la covid se supere lo antes posible, el Club Noruego Costa Blanca sigue trabajando con la vista puesta en el futuro. Tal y como explica su presidente “el objetivo principal para los próximos años es, por supuesto, seguir desarrollando el trabajo que nos ha traído hasta aquí”.
De forma más específica Svedbergh añade que “queremos enseñar la lengua y la historia noruega a la tercera generación de niños hispano-noruegos y a todo aquel que tenga interés en ello. También aportar información turística sobre noruega a los centenares de nacionalidades representadas en nuestra zona y convertirnos en un punto de encuentro ‘natural’ para todos los escandinavos”.
Además, “queremos buscar las vías para explorar oportunidades de negocio de forma conjunta con las cámaras de comercio de España y Noruega”, una alianza cuyos prósperos frutos, a lo largo de las últimas décadas, son más que visibles en el panorama económico local de l’Alfàs del Pi.