Entrevista > Eduardo Díaz Mas / Presidente de la UNIFAM (Crevillent, 1968)
La pandemia supondrá un antes y un después en el telar económico mundial, donde no ha dejado sector sin tocar. Como el textil y, por supuesto, en la principal manufactura crevillentina.
En este sentido, Eduardo Díaz, presidente de la Unión Nacional de Fabricantes de Alfombras, Moquetas, Revestimientos de Industrias Afines y Auxiliares (UNIFAM), asociación empresarial constituida el 22 de mayo de 1977 en Crevillent, ofrece un documentado repaso sobre la situación actual de esta industria y afines, así como de la progresiva evolución de ésta hacia un modelo ecológico y autosostenible.
«El cien por ciento de las empresas del sector lo componen pymes familiares»
Hablamos de un sector donde lo que predomina es la pequeña y mediana empresa. ¿Se están canalizando ayudas en apoyo de un empresariado eminentemente familiar?
La reflexión es totalmente acertada ya que el cien por ciento de las empresas del sector lo componen pymes familiares, compañías con gran tradición en la fabricación de alfombra y moqueta que tienen su origen en el siglo pasado, o parte de sus recursos humanos ya formaban parte de las plantillas de entonces. No olvidemos que el origen del sector en Crevillent se remonta al siglo XV.
Sin embargo, esta reflexión no debe proyectar la idea de que se trata de empresas clásicas y desactualizadas. Todo lo contrario, son compañías que han experimentado un cambio generacional y que se han adaptado perfectamente a la revolución tecnológica, aunado, a su vez, tradición, experiencia y conocimiento para conseguir un posicionamiento de referencia en el mercado, tanto nacional como internacional, y fomentar relaciones de confianza a largo plazo, adaptándose a las necesidades de un cliente cada vez más exigente y que busca un producto personalizado.
¿Llueve sobre mojado?
Las empresas del sector han debido afrontar constantes elementos hostiles, como crisis económicas y de demanda, una constante evolución en los gustos de los consumidores, inestabilidad geopolítica a nivel nacional e internacional, y fundamentalmente una fortísima competencia desleal procedente de países orientales con bajos salarios, mínimos derechos laborales, escasa normativa medioambiental y fuertes ayudas gubernamentales.
Las ayudas de las diferentes administraciones públicas han sido diversas en los últimos años, contribuyendo al desarrollo y crecimiento de diferentes áreas, como investigación, desarrollo e innovación (I+D+i), digitalización, economía circular, internacionalización o inversión.
Sin embargo, la situación vivida en este último ejercicio ha generado tal inestabilidad que, en muchos casos, ha provocado un cambio de prioridades en el corto plazo, poniendo incluso en peligro la supervivencia de ciertas compañías. Otras han podido o sabido adaptarse a la situación, descubriendo nichos de mercado que les han permitido mantener sus niveles productivos e incluso aumentarlos.
«Las ayudas públicas para superar la pandemia han sido escasísimas»
¿Pero se han aportado suficientes ayudas?
En este sentido, las ayudas públicas dirigidas a superar esta tremenda realidad han sido escasísimas, y absolutamente insuficientes, de tal forma que las empresas, una vez más, están intentado remontar una situación adversa por sus propios medios.
Las dos únicas medidas relevantes vienen de la mano de los expedientes de regulación de empleo temporales (ERTE) y los préstamos ICO, para hacer frente a las consecuencias de unas medidas restrictivas de actividad y movilidad que han mermado muy significativamente la demanda. Pero son instrumentos temporales y superficiales que no abordan de raíz un problema totalmente ajeno a la gestión empresarial.
«No sólo no se han reducido los tipos impositivos y aumentado los incentivos empresariales, sino que se han aplicado nuevos tributos»
La percepción de nuestro colectivo es de frustración, ya que no sólo no se han reducido los tipos impositivos y aumentado los incentivos empresariales, sino que se han aplicado nuevos tributos, anunciándose otros incrementos de impuestos que, de aplicarse, generarán zozobra al aumentar los costes empresariales, y por tanto contribuirían de forma inexplicable al cierre de muchas compañías, cuando en otros países de nuestro entorno las políticas han sido radicalmente contrarias, de un claro y manifiesto apoyo al sector empresarial, que es el que genera los puestos de trabajo, la actividad y, en definitiva, la riqueza de un país.
Desde la Universidad de Alicante, ha hecho hincapié en las ferias como importante actividad promocional para las empresas, pero llegó la pandemia.
Uno de los pilares fundamentales a los que se dirigen los esfuerzos desde UNIFAM es la promoción de las empresas del sector y sus productos, tanto a nivel nacional como internacional. En este sentido, las ferias constituyen un instrumento muy notorio de su estrategia promocional (producto, precio, distribución y comunicación).
Desde marzo de 2020 esta herramienta no se ha podido utilizar al haberse cancelado todos los eventos a nivel internacional. A nivel exterior, independientemente de ferias más domésticas, la de mayor relevancia se celebra en la ciudad alemana de Hannover, la ‘Domotex’, durante las primeras semanas de enero. El certamen de 2020 sí pudo celebrarse con total normalidad, con resultados óptimos para nuestras empresas, mientras que en 2021, y tras un primer traslado de fechas a mayo, finalmente se canceló hasta, en principio, enero de 2022.
Por otro lado, y a nivel nacional, apoyamos la celebración de una iniciativa muy sectorial para todo el textil-hogar-decoración, la ‘Home Textiles Premium’, que, tras varios años en Madrid, en 2020 se iba a integrar en la ‘Hábitat Valencia’, con unas expectativas realmente altas. Se suspendió a escasos dos meses de su celebración y con todos los preparativos organizativos desplegados.
¿Qué efectos ha tenido?
Muy negativo para la difusión y presentación de los productos e imagen de las empresas del sector, a lo que se ha unido la imposibilidad de utilizar otros instrumentos como los viajes comerciales, debido a las restricciones de movilidad. Ello ha supuesto la irrupción de nuevas modalidades de comunicación, fundamentalmente telemáticas, pero para determinadas empresas no han sustituido el valor que supone la virtud de la presencialidad, y más en el ámbito textil.
Para una parte del sector, la importante reducción de demanda y herramientas comerciales ha derivado en una bajada sustancial de la facturación, mientras que en las compañías cuyo producto se dirige al mercado doméstico, la pandemia ha generado una gran oportunidad, dado que el confinamiento ha modificado los hábitos de compra, dedicando mucha más inversión a generar un entorno amigable y cómodo en el hogar donde en estos momentos pasa la mayoría de su tiempo, cuando desde hace décadas la sociedad había evolucionado hacia costumbres contrarias, dedicando gran parte de sus recursos a ocio, en el exterior de su vivienda.
En este momento, con la amenaza del cambio climático encima, desde Unifam se presenta el proyecto circular Carpet, para promover una ‘economía circular’ (menos materias primas, más reciclaje y menos residuos). ¿Están las empresas preparadas justo ahora para dar estos pasos?
En 2018, con la colaboración del Instituto Tecnológico Textil (AITEX) y bajo el paraguas de la Generalitat Valenciana, desarrollamos el primer proyecto en esta materia, CARPETLOOP. Se estudió la aplicabilidad de los conceptos propios del ámbito de la economía circular al sector de la alfombra y moqueta valenciana, para mejorar el desempeño medioambiental de esta industria generando una base de conocimiento suficiente. Una vez finalizado el proyecto, se destacó el interés y repercusión en el sector por la revalorización de los residuos textiles: estos productos podían ser reutilizados, transformando la economía de lineal a circular.
En 2019, UNIFAM, junto a AITEX y la conselleria, desarrolló el proyecto CO2CARPET. En este caso, el estudio de la huella de carbono (gases de efecto invernadero) en el sector, como indicador de sostenibilidad y facilitar a las empresas la realización de sus propios inventarios y planes de reducción. Esta guía divulgaba las mejores estrategias y prácticas de sostenibilidad, ya que la transición hacia una economía circular y sostenible supone incrementar competitividad, construyendo un sistema económico más flexible y adaptable a la escasez de recursos materiales, hídricos y energéticos.
«El escenario ideal es la eliminación completa de residuos»
¿Y en cuanto a ‘circular CARPET’?
En 2020, de nuevo con AITEX y la conselleria, se desarrolló la iniciativa de mejora de la reciclabilidad de producto en un modelo de economía circular. El desarrollo de un producto debe tener en consideración aspectos de eco-diseño, es decir, el bien debe ser fabricado de tal forma que su ciclo de vida contemple un sistema económico destinado a reducir los residuos generados en el sistema de producción, fomentando la aplicación de sistemas para optimizar los materiales reutilizables, tales como materias primas, productos o componentes, generando, a su vez, un importante ahorro de energía.
Aunque el escenario ideal es la eliminación completa de residuos y la total autosostenibilidad del proceso, se ha pretendido mejorar significativamente la concienciación de las empresas en este ámbito, hasta alcanzar hitos importantes. Si se presta más atención a los procesos, técnicas de fabricación y diseño de productos, se pueden mejorar los materiales y reducir los desechos y, con ello, transformar los productos o darles una nueva vida. Todos estos enfoques se pueden adoptar mediante una estrategia sostenible de ‘economía circular’, lo cual contrasta con el modelo lineal tradicional de ‘tomar, producir y desechar’.
«Uno de los valores del sector ha sido la adaptación al cliente»
El proyecto ‘circular Carpet’ lleva al sector a asumir conceptos como economía circular, eco-diseño, eco-innovación… Algunas empresas, en distintos sectores, aún parecen impermeables a estos conceptos ¿Cuál es la receptividad del sector ante la eco-industria?
Como decíamos, uno de los valores diferenciales del sector de la alfombra y moqueta valenciana ha sido la adaptación a las necesidades del cliente, y estas preferencias exigen no sólo el cumplimiento de diferentes normas medioambientales, sino una clara concienciación de la empresa hacia una apuesta por la sostenibilidad.
«El desarrollo de un producto debe tener en consideración aspectos de eco-diseño»
Es cierto que la transición no es sencilla, dado un modelo productivo tradicional basado en procesos muy lineales, pero precisamente la actuación de entidades como AITEX y UNIFAM y la aportación de la conselleria de Economía Sostenible contribuyen activamente en la concienciación de las empresas hacia ese destino.
En otros sectores, se ve que el futuro tiene como peaje una mayor sostenibilidad, como con el coche eléctrico. ¿El futuro del textil ha de basarse en la economía circular para gozar precisamente de futuro?
Rotundamente sí. En primer lugar, por la propia convicción individual de las empresas de contribuir a generar un mundo más sostenible. En segundo lugar, por el valor añadido diferencial frente a la competencia que actualmente supone la apuesta por este modelo. Y en tercer lugar, la propia exigencia de una parte de la sociedad, del mercado y de los diferentes agentes del canal de distribución.
Sin embargo, el dilema reside en si realmente el consumidor, en general, está realmente preparado y dispuesto para ello, ya que toda esta adaptación supone un enorme esfuerzo inicial para las empresas, tanto en recursos humanos como materiales y financieros, cuyo coste económico el público también debería asumir a través de un precio justo del producto.