El Museo Arqueológico ha completado la restauración de una suela de esparto de origen romano hallada en los años setenta del siglo pasado en el Yacimiento de El Monastil. La concejala de Cultura, Rosa Vidal, acompañada del director del Museo Arqueológico de Elda, Antonio Poveda, y la restauradora Eva Mendiola, han dado a conocer los trabajos realizados con “uno de los escasos y más importantes ejemplos de producción y uso de calzado en Elo durante los siglos IV y V dC”.
Rosa Vidal ha destacado que “la restauración que presentamos es muy importante porque supone recuperar nuestro patrimonio. La suela que hemos restaurado fue descubierta a finales de los años setenta por los integrantes del Centro Excursionista Eldense y después de haber sido custodiada durante 50 años ha llegado el momento de ponerla en valor. Esta restauración se enmarca en la apuesta del gobierno local por recuperar nuestro patrimonio”.
La suela de esparto fue hallada durante las actividades realizadas por la sección de Arqueología del Centro Excursionista Eldense en los años setenta. La pieza fue encerrada en una pequeña urna de cristal y fijada con un adhesivo industrial que deteriora las fibras, por lo que era imprescindible su recuperación.
Desde la Concejalía de Museos se ha impulsado la limpieza, restauración, análisis y estudio de la suela de esparto, permitiendo así la recuperación de una pieza fundamental del rico patrimonio arqueológico de Elda.
La restauradora Eva Mendiola ha explicado que “se ha procedido a despegar la suela de la base de vidrio, sin poder eliminar del todo el adhesivo porque suponía correr el riesgo de que la pieza se desintegrase. A continuación, el esparto se ha consolidado con varios productos y, para su mejor conservación y exposición pública, se ha creado un soporte de metacrilato y porexpan forrado con tela de lino, sobre el que se ha fijado la suela con hilo de nylon”.
Por su parte, Antonio Poveda ha explicado que “las sandalias expresaban el estatus social. En la época romana, durante los banquetes privados, comían en el ‘triclinium’ y tanto los huéspedes como sus invitados debían calzar unas sandalías con suela de esparto”.
El director del Museo Arqueológico ha destacado que “el sureste español, en las actuales provincias de Murcia, Alicante y sur de Albacete, era un enorme espartizal. Los romanos generalizaron el uso del esparto y, además de para el calzado, se utilizaba para fabricar cuerdas, sogas, redes e incluso en la construcción de casas y de embarcaciones”.
La suela hallada en El Monastil “es una importante y escasa prueba de la producción y uso de calzado de su población romana, uno de los excepcionales casos hallados en España, cuyos mejores paralelismos se pueden encontrar en Herculano y Pompeya, en Italia”.