Entrevista > Carlos Frau Marhuenda / Sociólogo (Elda, 6-febrero-1973)
Desde que se iniciase la pandemia en marzo del año pasado, hemos podido ver lo mejor y lo peor del ser humano, desde la solidaridad hasta el egoísmo. El sociólogo Carlos Frau, profesor asociado de Sociología en la Universidad de Alicante desde hace casi veinte años, analiza la actualidad sociológica marcada por la pandemia.
«La población está crecientemente polarizada en lo económico y en lo social»
¿En qué situación se encuentra la ciudadanía española en términos de estratificación social?
La población está crecientemente polarizada, es decir, cada vez hay más diferencias entre los que más tienen y los que menos tienen. No hay una burguesía industrial o comercial potente, ni una clase de profesionales bien asentada.
Lo que hay es una falsa o precaria clase media. Esta polarización en lo económico y en lo social también tiene consecuencias en lo político, lo ideológico, lo cultural, etc.
¿La aparición del coronavirus va a suponer un cambio de era?
Si planteamos la cuestión en otros términos es posible que el coronavirus marque un antes y un después, sobre todo en lo referente a la investigación, a la salud pública… pero hasta en estos campos el cambio será mínimo.
Por poner un ejemplo, no hay más que ver cómo en pocos meses hemos pasado de aplaudir a los sanitarios a contemplar botellones que, aunque son la imagen más extrema, nos deberían hacer pensar sobre si hemos aprendido algo cada uno de nosotros.
Con una ciudadanía crispada por la agenda política, ¿qué elementos nos siguen uniendo?
Toda sociedad para mantenerse unida debe tener una identidad común basada en la cultura, la tradición, etcétera, que la distingue y diferencia del resto. Puedo discutir con otro español sobre si me siento más valenciano que español poniendo por delante mi identidad valenciana, pero si esa misma conversación la mantengo con un francés, recuperaré y defenderé mi identidad española como si fuera la única importante.
Para mantener esa identidad común, es importante destacar el papel que tiene el proyecto común de cohesión, la redistribución, la igualdad, etc.
«No hay algo en nuestros genes que nos haga más proclives al enfrentamiento»
Pero, ¿por qué la sociedad española en la actualidad parece estar tan inclinada al enfrentamiento?
Desde hace casi un siglo se piensa que la evolución de las sociedades sigue una forma helicoidal, es decir, en espiral ascendente. De manera que la historia en apariencia se repite, aunque no exactamente en los mismos términos. Esto significa que todas las sociedades, no solo la española, pasan por etapas de confrontación y otras de paz social. Por lo tanto, no hay algo en nuestros genes que nos haga más proclives al enfrentamiento.
Lo que sí tenemos, y que nos diferencia de nuestro entorno europeo, es una pobre cultura democrática y un escaso hábito de negociación y entendimiento.
«El regreso del populismo no es nuevo»
Sin embargo, esta confrontación también se refleja en varios países de nuestro entorno, ¿estamos viviendo un regreso al populismo?
El regreso del populismo no es nuevo. Reaparece cada vez que se dan las condiciones idóneas para su regreso: crisis, incertidumbre, polarización y creciente desigualdad. Exactamente lo que sucedía hace un siglo y lo que está sucediendo desde hace una década y media.
Tras la Segunda Guerra Mundial, provocada por el populismo, surgieron una serie de organismos y de procedimientos que hacen, o al menos deberían hacer, que el recorrido de los populismos no sea tan largo como lo fue el siglo pasado. El populismo se extendió hace una década por otros países de Europa como Holanda, Austria, Hungría, Francia, etc. La Unión Europea ha sabido desactivar en buena medida las amenazas de esos populismos.
¿Cuáles son las claves para detectarlo?
Todo discurso que señala culpables de nuestros males de un modo simple sin atender a toda la complejidad de nuestras sociedades; todo discurso del enfrentamiento, del ‘estás conmigo o contra mí’, del patriotismo y el antipatriotismo… Todos esos discursos son populismo.
¿A qué sectores se dirige especialmente?
El populismo hace bloques: buenos y malos. Quién es quién lo decide la ideología que acompañe al populismo. Es decir, si el populismo es de izquierdas, el malo será el capitalista, las multinacionales, etc. que explotan al trabajador autóctono. Si el populismo es de derechas, el malo será el inmigrante y el que permite, con su acción u omisión, que se deterioren las condiciones de vida de la clase trabajadora autóctona.
La figura del sociólogo
La primera referencia de esta disciplina se remonta a 1838 en el libro ‘Curso de filosofía positiva’ de Auguste Comte.
El sociólogo, como científico social, tiene la función de analizar y señalar las tendencias y procesos que subyacen a todos los fenómenos sociales. En niveles más locales, tiene una intervención directa en la realidad, mediante la propuesta y creación de planes de acción que traten de solucionar los problemas detectados.