Una medida significativa, que se ha hecho esperar, aunque tiene previsto continuar con esta campaña por otros países como Estados Unidos, Francia y Noruega. Se sustituirán por pajitas de papel para satisfacer la demanda de los consumidores. La empresa de comida rápida no es la única que se ha propuesto frenar la invasión de plástico en el planeta, IKEA ya renunció a servir plásticos desechables en sus tiendas y restaurantes, es decir, amplió más el marco, algo loable teniendo en cuenta que es un material no biodegradable.
Multitud de bares y restaurantes han decidido no volver a utilizar pajitas de plástico
En nuestro país, el gobierno balear prohibirá la venta de pajitas para el año 2020, otra acción “aplaudible” teniendo en cuenta la cantidad de turismo que generan las islas y su proximidad al mar. ¿Será posible ver la playa junto a los chiringuitos de moda libre de pajitas de plástico? Las islas Galápagos de Ecuador han renunciado también a su uso: ¡la biodiversidad y el medio ambiente lo necesitaba con urgencia! Una idea necesaria ahora más que nunca. Calvin Harris, el conocido DJ escocés, habitual de las noches ibicencas se ha unido a la causa, y junto a Hakkasan Group (líder de restaurantes y clubs nocturnos), han propuesto crear una asociación para eliminar las pajitas de plástico en todos los locales.
Los hoteles también han querido dar la cara, y quien más y quien menos está haciendo cambios. Algunas cadenas hoteleras como Iberostar han decidido no utilizar en el 100% de sus habitaciones plásticos desechables. Las amenities o las botellas de plástico tienen las horas contadas. Ojalá que todos los vasos, platos y cubiertos de plástico que se sirven con comida y bebida en los bares de piscina de este tipo de alojamientos puedan desaparecer, y ser sustituidos por otros más ecológicos, como los realizados en bambú.
Los plásticos desechables, la mayor amenaza para el medio ambiente, especialmente para nuestros océanos
Iniciativas no faltan, la verdad, pero Bruselas por fin se ha hecho oír. Su intención es prohibir el uso de pajitas, platos y cubiertos de plástico desechables, aunque todavía es necesario el respaldo de la Eurocámara junto con los Estados miembros. Se cree que para antes de las elecciones europeas del próximo año. De hecho, si se impone esta normativa, el impacto económico será para las empresas fabricantes.
Parece mentira, pero simples gestos como no comprar botellas de plástico este verano, llevar la compra en bolsas de tela, evitar usar el film transparente o dejar de adquirir productos de alimentación que estén sobre envueltos en plástico, puede ser una solución práctica y útil que podemos hacer desde nuestros hogares.
En España se consumen más de 5.000 millones de pajitas de plástico que tardan en descomponerse más de 500 años cada una, aunque las solemos usar una media de 20 minutos. En este caso, las cifras hablan. La barbarie del plástico nos tiene que hacer recapacitar hacia nuestras pésimas costumbres. Si queremos que el planeta sobreviva, pongamos en marcha el dicho del poeta británico Alexander Pope: “Errar es humano, perdonar es divino, rectificar es de sabios”.