Hasta ahora siempre ha sido un tema tabú en la sociedad, los medios de comunicación, los discursos políticos e incluso a nivel familiar en muchos hogares que han sufrido esta lacra. En 2017 fue la principal causa de muerte no natural en España, con una tasa que dobla a las víctimas de accidente de tráfico.
Sin embargo, más allá del trabajo de algunas organizaciones benéficas y contados esfuerzos por parte de unas pocas administraciones autonómicas y locales, el silencio sigue tapando esta incómoda realidad social.
Falsos mitos
La capital mundial del suicidio se encuentra en Groenlandia, con un tasa (79 por cada 100.000 habitantes) que dobla al siguiente país (Rusia, con 34,3). Diferentes expertos han debatido sobre el caso groelandés, tratando de encontrar alguna explicación.
Los argumentos sencillos como el clima, el envejecimiento de la población o la falta de luz solar se caen sobre su propio peso cuando se estudian las cifras. La mayoría de los groenlandeses suicidas eran jóvenes, menores de 25 años. Además, los meses con más casos son precisamente los del verano.
“En la sociedad se habla tan poco de los suicidios, que se han construido muchos falsos mitos. Esto no ayuda en nada a la hora de luchar contra esta lacra social, porque los ciudadanos cuentan con información errónea” nos comenta Germán Ricardo Orjuela, doctor en psicología que trabaja como coordinador del Teléfono de la Esperanza de Alicante.
Un problema multifactorial
«Es un mito que los suicidas solo buscan llamar la atención. A los primeros síntomas hay que buscarles ayuda» G. R. Orjuela (Teléfono de la Esperanza)
Germán nos pone un claro ejemplo. “Un típico falso mito es que los suicidas solo buscan llamar la atención, y que si no les hacemos caso desistirán de sus intenciones. Lo cierto es que el 95% de las personas que se quitan la vida, ya lo habían manifestado públicamente antes. No hay que despreciarles, sino tratar de escucharles y buscarles ayuda al menor síntoma”.
Si es cierto que algunos sectores de la población pueden ser más proclives. Por ejemplo los casos en hombres triplican a las mujeres o la tasa es mucho más elevada a partir de los 70 años. Pero el ejemplo groelandés evidencia que esto no es una ciencia cierta.
“Realmente el suicidio es un problema multifactorial. Encontramos más casos en personas que sufren depresión, aislamiento o enfermedades mentales. Pero a la hora de la verdad, hay mucha gente que también padece estas complicaciones y que jamás ni siquiera se plantea el suicidio” nos explica José Antonio López, técnico especialista de la Oficina Autonómica de Salud Mental de la Comunidad Valenciana.
Aislamiento social
«Es falso que en el campo haya más cultura del suicidio que en las ciudades. Depende de las estructuras sociales de cada municipio» J. A. López (técnico de Salud Mental)
El mundo ha cambiado mucho en los últimos años. Las redes sociales nos han ofrecido una nueva forma de relacionarnos antes inimaginable. Aunque a veces no podemos evitar tener la sensación de que ahora nos comunicamos más artificialmente, y en realidad estamos más solos.
“Las redes pueden ser una herramienta muy buena para ayudar a personas con tendencias suicidas. El problema es que las solemos usar bastante mal. Quedamos para cenar, y preferimos atender al móvil que hablar con las demás personas. Así se pierde el contacto humano, que es clave para detectar y prevenir posibles casos de suicidio” comenta Germán Ricardo.
Este aislamiento social puede ser especialmente peligroso en municipios pequeños. “Es otro falso mito que en los pueblos o en el campo haya una mayor cultura del suicidio. Hay algunos municipios cuyos vecinos tienen mucha cohesión social entre ellos, y las tasas son muy bajas. El problema está en aquellos donde no existen estructuras sociales, y las personas viven muy aisladas los unos de los otros” comenta López.
Otros factores
Los expertos reconocen que algunos factores externos pueden afectar a la tendencia. Durante los peores años de la crisis económica las tasas de suicidio fueron subiendo ligeramente en España. En 2008 se quitaron la vida 3.457 personas en nuestro país, en 2014 se alcanzó el techo máximo con 3.910 casos, y en 2016 se redujo a 3.569.
“Faltan más campañas de prevención desde las administraciones, siempre han tenido mucho miedo a hablar de este tema. Parece que no es políticamente correcto. En el pasado las campañas mediáticas de la DGT demostraron que eran efectivas para reducir los accidentes de tráfico. Seguro que también ocurriría esto con los suicidios” nos comenta Germán Ricardo.
Rompamos el silencio
La Generalitat ha promocionado recientemente la campaña ‘Rompamos el silencio. Hablemos del suicidio’
Por esto la Conselleria de Sanidad de la Generalitat Valenciana ha impulsado este año la campaña ‘Rompamos el silencio, hablemos del suicidio’, con el fin de abordar este problema desde sus raíces. Por primera vez vimos numerosos carteles previendo sobre el suicidio en edificios y transportes públicos de toda la región.
Esta campaña es parte del Plan de Prevención de Suicidios que la Conselleria inició en 2014, en colaboración con profesionales, asociaciones y familiares que han sufrido esta lacra. Dicho plan se basa en cinco objetivos: Sensibilizar a la sociedad; detectar mejor a las personas en riesgo; mejorar la atención en psicología, emergencias y unidades de salud mental; aumentar la formación de los profesionales; e incrementar la investigación.
Complementando estos esfuerzos, también existen varias asociaciones que trabajan con esta problemática. Una de las más famosas es el Teléfono de la Esperanza, que fue fundada hace ya 48 años y cuenta con varias sedes en localidades de la provincia como Alicante, Elche, Orihuela o Callosa d’en Sarrià.
“Durante muchos años hemos navegado prácticamente solos. Las administraciones son las que tienen más recursos para luchar contra este grave problema social. Esta campaña de la Generalitat ha sido una gran idea, y nosotros seguiremos insistiendo en hacer más programas de prevención” afirma el coordinador del Teléfono de la Esperanza en Alicante.
Más hombres
«Aún no comprendemos porqué la tasa de hombres es tan superior a las mujeres» J. A. López (técnico de Salud Mental)
Porque de hecho, el especialista José Antonio López nos reconoce que aún queda mucho por investigar y conocer en este tema. Por ejemplo, aún no hay consenso en porqué los hombres son más proclives a quitarse la vida que las mujeres.
“Nuestra sociedad ha tenido un modelo bastante machista hasta hace pocos años, y pensamos que esto puede influir. Cuando a ciertas edades ven como pierden este protagonismo social, pueden caer en depresiones. Aún así, esto es solo una hipótesis. Todavía nos quedan muchos misterios por resolver” nos cuenta el técnico de la Generalitat.
Intentos de suicidio
Se calcula que solo uno de cada 20 intentos se materializa en un suicidio
En la Comunidad Valenciana la tasa de suicidio es algo inferior a la media nacional. Aún así, los números son muy chocantes. En 2016 hasta 336 valencianos se quitaron la vida, siendo Alicante la provincia con una tasa más alta.
Además, se estima que por cada fallecimiento hay que contabilizar unos 20 intentos de suicidio más, por lo que las cifras reales de este problema son bastante más elevadas.
En algunas ocasiones el servicio de emergencias o una persona cercana consigue actuar a tiempo para evitar la tragedia. Otras veces es el propio suicida quien se acaba arrepintiendo. “Ocurre que algunas personas buscan así una salida, pero en realidad no están buscando una salida definitiva” nos comenta Germán.
Silencio en los medios
Los expertos recomiendan que los medios de comunicación visibilicen más el suicidio, pero sin caer en el morbo y el amarillismo
“Evitar un suicidio no es el único fin, hay que abordar los problemas de raíz. Por ejemplo, los medios de comunicación suelen tratar los casos de adolescentes centrándose en que sufrían bullying escolar, cuando a veces es igual de importante enfatizar en que no recibían ningún tipo de ayuda o que no tenían nadie con quien hablar” afirma Germán Ricardo.
Los expertos coinciden en que los medios han sido parte del problema. Existe una especie de pacto no escrito en los periódicos, informativos y portales para omitir noticias de suicidios o no hacer reportajes sobre este tema.
“La creencia de que las noticias sobre suicidios producen necesariamente más suicidios, es también falsa. Al final lo que ocurre que es el problema se invisibiliza más. Nosotros somos partidarios de romper este tabú. Hay que hablar del tema siguiendo unas pautas constructivas y evitando caer en el morbo” nos indica el coordinador del Teléfono de la Esperanza.
Desde la Conselleria coinciden totalmente con este punto de vista, y nos animan a visibilizar el problema, dándonos algunas indicaciones para hacerlo correctamente. Conviene evitar el uso de imágenes gráficas, no ahondar demasiado en los medios utilizados para acometer el suicidio e insistir en los métodos existentes para prevenir casos similares.
“A veces leemos prensa amarilla que se ensaña demasiado en los detalles escabrosos de casos de suicidios en personas famosas. No se trata de magnificarlo ni de esconderlo. Hay que tratar la información con rigor y responsabilidad para que, en vez de producir un efecto copia, nos ayude a erradicar este problema” apunta López.
Señales verbales y no verbales
En la página web de la Generalitat www.prevenciodelsuicidi.san.gva.es podemos encontrar información muy útil sobre cómo identificar las señales y reconocer a una persona con posibles tendencias a quitarse la vida.
Hay ciertas frases habituales que muchas de estas personas repiten recurrentemente, como “no valgo para nada”, “me gustaría desaparecer”, “mi vida no tiene sentido”, etc. Todas ellas muestran sentimientos potencialmente peligrosos de desesperanza, odio hacia sí mismo, desamparo, etc.
Además también son frecuentes algunas señales no verbales, como conductas imprudentes, cambios repentinos de comportamiento, descuido en la apariencia personal, falta de energía, etc.
Formas de ayudar
En la web www.prevenciodelsuicidi.san.gva.es podemos conocer las señales para detectar a personas con tendencias suicidas
En muchos casos, estas señales no son sino una petición desesperada de ayuda y nos proporcionan una oportunidad a las personas cercanas, como amigos o familiares, para intervenir y sacar a nuestro ser querido del túnel.
Los expertos nos recomiendan que no dejemos de intentar hablar con ellos. “Cualquier sitio puede ser un buen lugar. Invitémosle a comer en un bar, a pasear por el parque, a ir a algún evento. Busquemos excusas para que no se aísle” nos indica José Antonio López.
Además, a través de la web de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública www.san.gva.es/cita_previa/citaprevia_cas.html o en cualquier centro sanitario podemos solicitar una cita gratuita con profesionales en salud mental, ya sea en psicología o psiquiatría.
El Teléfono de la Esperanza (717 003 717) está disponible las 24 horas, los 365 días al año. Las llamadas son confidenciales
Así mismo existen varias asociaciones especializadas en ayudar tanto a personas en riesgo como a seres queridos que quieran apoyarles. En el Teléfono de la Esperanza (717 003 717 / 965131122) contestan al teléfono las 24 horas del día, los 365 días del año. Las llamadas son totalmente confidenciales, con operadores con larga experiencia en tratar este tipo de casos.
Aparte de la ayuda telefónica, en sus centros de Alicante, Elche, Orihuela o Callosa organizan recurrentes actividades y cursos para fomentar una mejor salud mental. Muchos de ellos no solo están dirigidos a personas con tendencias suicidas, sino también a muchos otros que simplemente quieren aprender a vivir mejor consigo mismos.
La reacción groenlandesa
Aunque sigue siendo la más alta del mundo, la tasa de suicidios en Groenlandia lleva unos años en descenso. Los esfuerzos del gobierno groenlandés a través de campañas de prevención, actividades en los centros educativos e incluso carteles de ánimo en las calles, unido a la acción de las asociaciones locales, parece que van surtiendo efecto.
Dicen los expertos que la globalización puede ser la responsable de dicho macabro fenómeno en esta inmensa isla polar. Durante las últimas décadas del siglo XX la sociedad groenlandesa experimentó una gran transformación. Su tradicional modo de vida rural y pesquero dejó de ser la única alternativa para los jóvenes, que ahora podían ver a través de viajes, la televisión o internet como vivían en el resto del mundo, lo cual les creaba una enorme frustración.
Si bien a principios de los años 90 Groenlandia perdía a más de 130 personas por cada 100.000 habitantes al año, en 2014 su tasa de suicidios bajó por primera vez de 80. Una sociedad que se dio cuenta que los graves problemas no se solucionan ignorándolos.
TELÉFONOS Y SITIOS WEB DE INTERÉS
Servicio de Emergencias: 112
Teléfono de la Esperanza: 717 003 717 / 965 13 11 22
Federación de Salud Mental CV: 963 53 50 65
Información general: http://www.prevenciodelsuicidi.san.gva.es/
Cita previa para psicología o psiquiatría: http://www.san.gva.es/cita_previa/citaprevia_cas.html
Buscador del centro sanitario más cercano: http://www.san.gva.es/buscador_recursos
Contacto con Oficina Autonómica de Salud Mental: salutmental@gva.es