El turrón de Alicante es uno de los más conocidos en España y en todo el mundo, y su origen se atribuye a la ciudad de Alicante aunque su principal producción sale desde Jijona. Las almendras y la miel son sus principales ingredientes.
A pesar de que el uso de la miel y las almendras para elaborar postres es muy antiguo, la primera referencia escrita sobre el turrón la encontramos en el siglo XI y en el mundo árabe. Sin embargo, aún tardaría algún tiempo en llegar a nuestro país, si bien hay quien afirma que ya se elaboraba en el Levante español durante la dominación musulmana.
Con los años, a la gama turronera fueron añadiéndose otros ingredientes como el chocolate
Llegada del azúcar
El primer turrón fue el conocido como el de Jijona, pero poco a poco fue ganando importancia el turrón de Alicante, popularmente llamado turrón duro por su consistencia y la clara de huevo que le da su particular color blanco. Con los años, a la gama turronera fueron añadiéndose otros ingredientes como el chocolate, producto cuya popularidad lo convirtió en uno de los turrones más demandados.
Los primeros documentos en los que aparece el azúcar como ingrediente datan del siglo XVIII
Los primeros documentos en los que aparece el azúcar como ingrediente datan del siglo XVIII, cuando las plantaciones de caña de azúcar en América eran ya masivas y la libertad de comercio había activado la entrada de productos en numerosos puertos españoles.
A pesar de ser un producto demasiado calórico para una sociedad que ha convertido la estética en una religión, el turrón no ha dejado de ser nunca el dulce de referencia en Navidad. No hay nada mejor que un trozo de buen turrón para soportar la frágil felicidad de unas fechas que te llevan irremediablemente a la nostalgia con el paso de los años.
La receta
Ingredientes: 150 gr de miel, 150 gr de azúcar, 250 gr de almendras tostadas, 2 claras de huevo y 2 obleas.
Elaboración: Pon en una cazuela el azúcar y la miel y calienta a fuego lento. Remueve y mézclalo bien. Cuando empiece a hervir, déjalo unos minutos más y retira del fuego.
Monta la clara a punto de nieve y añádela a la mezcla removiendo suavemente para que no cuaje. Agrega las almendras y mezcla todo bien. Deja templar.
Forra un molde con papel de horno, coloca en el fondo una oblea y vierte la masa encima. Coloca la otra oblea y deja enfriar varias horas. También se puede elaborar sin obleas, poniendo la masa directamente sobre el papel de horno.