Nadia Serrano (2-julio-1984) y María José Porcel (20-junio-1970) / Bomberos en Torrevieja y Elche respectivamente
Solo dos mujeres son, actualmente, bomberos en nuestra provincia, y decimos bomberos porque María José Porcel nos indica que no le gusta el término bombera. Una se encuentra en el parque de bomberos de Torrevieja y la otra en el de Elche. Hemos querido conocer un poco más a fondo sus experiencias.
Nadia Serrano
Nadia Serrano estudio psicología y trabajo como tal durante seis años en una residencia de personas con diversidad funcional. Era un trabajo gratificante para ella, pero tenía inquietud por las profesiones dedicadas a las emergencias. La profesión de bombero la veía difícil, ya que las oposiciones son complicadas debido a la proporción de personas que se presentan y las plazas que oferta, pero finalmente un día decidió que debía intentarlo.
Uno más
Lleva muy poco tiempo en el cuerpo, solo unos meses, pero dice que en ningún momento se ha sentido diferente al resto de sus compañeros. “Me han tratado como a uno más, tanto mis compañeros del curso de nuevo ingreso como los compañeros de los parques de bomberos”.
La preparación fue dura. “Lo primero que hice fue sacarme los carnets de vehículos pesados, que son requisito para la oposición, y después empecé con las pruebas físicas. Yo siempre he hecho deporte, pero tuve que entrenar pruebas específicas para la oposición”.
Su familia la apoyó desde el primer momento, conocedores de su constancia, y confiaban incluso más que ella misma en que lo iba a conseguir. Personalmente la da igual que la llamen bombero o bombera, es algo a lo que no le da importancia.
María José Porcel
Cuando se lo comentó a su familia le dijeron que estaba loca, pero cuando la vieron tan decidida a dejar su carrera por su auténtica vocación la apoyaron en su decisión.
Aunque de pequeña quería ser veterinaria, María José Porcel era profesora de educación física y daba clases en colegios de la provincia, pero no se veía el resto de su vida haciendo ese trabajo. Un día su hermano llegó con las bases de la oposición a bombero para presentarse y de repente lo vio todo claro… quería ser bombero.
Preparación
Las pruebas físicas son muy duras y se preparó a conciencia durante cuatro años para superarlas, como trepar por cuerdas solo con las manos, nadar, bucear, correr o escalar en tiempo record. “No tuve vida durante ese tiempo, trabajaba como profesora y todo mi tiempo libre lo dedicaba a prepararme hasta que lo conseguí”.
¿En qué consistían las pruebas, tanto físicas como intelectuales?
Nadia Serrano (NS) – Las oposiciones varían de una convocatoria a otra. En mi caso la oposición constó de un examen teórico tipo test, un caso práctico tipo test, unas pruebas físicas (3.000 m de carrera, 100 m a nado con fase de buceo, subida a cuerda, subida a torre con chaleco lastrado y press de banca), prueba psicotécnica y reconocimiento médico. Ha sido un proceso largo y duro para todos los opositores, que me ha supuesto muchos meses de preparación.
María José Porcel (MJP) – Me preparé durante cuatro años para superarlas, y a ello dedicaba todo mi tiempo libre. Alguna de las pruebas era trepar por cuerdas solo con las manos, nadar, bucear, correr o escalar en tiempo record.
¿Cómo pasan las horas, si no hay salidas, cuando están de guardia?
MJP – Las mañanas siempre las tenemos ocupadas con las actividades previstas, como la revisión y la práctica diaria. Las tardes las dedicamos a la preparación física, a los itinerarios que hacemos con el camión y al tiempo de estudio. Y a la comida vamos en turno de rotación y cada vez se encarga uno de nosotros de cocinar para todo el grupo.
NS – Las horas que pasamos sin salidas las dedicamos a practicar y a simular intervenciones, así como a hacer deporte, pues es un trabajo que requiere estar muy en forma.
Cómo las gusta que las llamen, ¿bombera o bombero?
MJP – Creo que estamos perdiendo la cabeza con las reivindicaciones de género de nuestro lenguaje. Parece que ahora siempre hay que añadir el género femenino a nombres de profesiones donde tradicionalmente han sido masculinas, no vaya a ser que alguien se sienta molesto.
Igualmente que una mujer médico es médico, una mujer que ejerce como bombero es bombero y no bombera. Yo lo veo así y es más, no me gusta que me llamen bombera.
NS – Me da igual, es algo a lo que no le doy importancia.
«Hace 14 años me encontré con un parque de bomberos que no estaba adaptado para albergar a una mujer» M. J. Porcel
Sus compañeros han tenido que adaptarse a tener una mujer entre ellos. ¿Les ha supuesto muchos cambios en su rutina?
MJP – Fui yo la que tuvo que adaptarse a lo que había entonces. Hace 14 años, cuando me destinaron al parque de Elche, me encontré con un parque que no estaba adaptado para albergar en sus instalaciones a una mujer. No disponía de un vestuario propio en el que poder cambiarme o ducharme después de una intervención, y lo tenía que hacer en el vestuario de ellos.
Las duchas eran individuales y disponían de puerta, por lo que durante algún tiempo me las fui apañando sin problema. Cuando la ley se puso estricta y tuvimos un gabinete de Prevención propio, se reformó un aseo de los que había en el parque de bomberos para destinarlo a vestuario femenino.
NS – En mi caso estoy en el parque de Torrevieja, que está perfectamente adaptado. Hay una zona de descanso femenino, con su propio vestuario y aseo, por lo que no creo que haya supuesto muchos cambios para ellos.
¿En algún momento los compañeros les han hecho sentirse incómodas por el hecho de ser mujer?
MJP – En alguna ocasión ha habido algún caso, muy puntual, pero puedo decir que no es lo normal. El que es machista, lo es dentro y fuera del cuerpo de bomberos. Conozco a alguno, pero afortunadamente la inmensa mayoría no es así.
NS – Llevo solo unos meses, pero en ningún momento me he sentido diferente al resto de mis compañeros. Recientemente hemos sido muchos los que hemos entrado a trabajar en el Consorcio de Bomberos de Alicante y me han tratado como a uno más, tanto mis compañeros del curso de nuevo ingreso como los compañeros de los parques de bomberos.
¿Desde que llegaron que servicios destacarían como los que más huella las han dejado?
NS – Pues posiblemente un accidente de tráfico. Ahí pude trabajar codo con codo con mis compañeros y todo salió muy bien. También me impresionó ver de primera mano una intervención en la que tienes que interactuar con la víctima, una persona que lo está pasando mal y tú tienes que hacer lo posible para que se encuentre mejor hasta que la puedes rescatar y que reciba ayuda médica.
MJP – Por desgracia siempre se me quedan más en la memoria aquellos que han implicado el fallecimiento de alguna persona, como es el caso de los accidentes de tráfico. Algunos de ellos nunca los llegaré a olvidar.
«Lo más duro es no poder salvar a alguien, es algo que te marca de por vida» N. Serrano
¿Qué es lo más duro de su trabajo?
NS – Como llevo poco tiempo tengo pocas vivencias, pero lo más duro es no poder salvar a alguien, ese momento marca a todos los profesionales y debe ser difícil digerirlo. Creo que la gente, en general, peca de exceso de confianza y bajamos la guardia ante accidentes u otro tipo de siniestros.
«Deberían existir más campañas informativas sobre cómo actuar en caso de un siniestro» N. Serrano
Estaría bien que hubiese más campañas informativas sobre cómo actuar en esos casos. Cuando hay un incendio en una casa la tendencia del resto de vecinos es salir corriendo, y a veces esta no es la mejor opción ya que las escaleras pueden estar llenas de humo. Se debería informar más sobre estas cosas.
«Es terrible cuando vemos a alguien que se le va la vida y que está dependiendo de nuestra actuación» M. J. Porcel
MJP – Lo más duro no es el trabajo físico, a veces extenuante, de algunos servicios, ni las altas temperaturas a las que estamos expuestos, ni los contaminantes que a veces sin darnos cuenta inhalamos; lo más duro es la tensión y el estrés que soportamos cuando vemos a alguien que se le va la vida y que está dependiendo de nuestra actuación.
Al final, podemos perder nuestros bienes porque han sido arrasados por el fuego, pero una vida no tiene sustitución. Está claro que muchos de los incendios a los que vamos se producen por alguna imprudencia, y muchos de los accidentes también.
Lo único que puedo decir es que se respeten las normas, como las relativas a la quema de restos de podas o las normas de circulación. Y que hagamos las cosas con sentido común.
¿Sienten admiración hacia su trabajo?
NS – La verdad es que me emociona mucho el ir en el camión y ver que los niños te saludan, o si nos ven en algún lado quieren venir a saludarnos, ver el camión… eso es muy gratificante. En general nos sentimos valorados por la gente.
«Cuando alguien necesita ayuda no se plantea si eres hombre o mujer» N. Serrano
¿En alguna ocasión han escuchado comentarios machistas en el ejercicio de su trabajo?
NS – Hasta ahora nunca; cuando la gente necesita ayuda no se plantea si eres hombre o mujer.
MJP – Jamás. Todo lo contrario, a veces escucho a la gente sorprendida y con admiración decir «mira es una chica».
¿Saldrían en un calendario si fuera por una buena causa?
NS – Supongo que sí, ¿por qué no? También lo habría hecho antes de ser bombero.
MJP – Una vez un fotógrafo me pidió permiso para hacerme una foto en el trabajo. Esa fotografía la presentó a un concurso de fotografía de bomberos y le dieron el segundo premio a nivel nacional. Con esa foto, y las demás ganadoras, hicieron un calendario. Así que sí, he salido en un calendario.
«A veces escucho a la gente sorprendida y con admiración decir «mira es una chica»» M. J. Porcel
¿Con que sensación vuelven a casa después de un duro servicio?
NS – Pues generalmente con la sensación del trabajo bien hecho; por suerte, en las intervenciones de las que he formado parte no ha habido daños personales graves y eso hace que sea más fácil, el día que tenga que vivir alguna pérdida personal no sé cómo llegaré a casa.
MJP – A veces con buena sensación después de un trabajo bien realizado, otras no tanto por la impotencia de no poder hacer más ya que no está en nuestra mano.