El pasado jueves comenzó en la partida rural el taller de esparto avanzado del programa “Aula Abierta” que coordina la Concejalía de Cultura, para lo que una representante vecinal de avanzada edad tuvo que desplazarse hasta el aula municipal de El Moralet (gestionado por Participación) desde el Hospital General de Alicante donde se encuentra ingresado un familiar, para trasladar las sillas y mesas propiedad de la asociación de pensionistas y que se pudiera desarrollar el curso.
Los residentes se quejan de que el centro sociocultural de la partida rural nunca ha contado con mobiliario municipal sino que depende de las mesas y sillas compradas por las asociaciones con su propio dinero, ni tampoco dispone de calefacción ni aire acondicionado, ni mucho menos internet. Incluso en las actividades organizadas por el Ayuntamiento o como colegio electoral se utilizan los muebles adquiridos por los pensionistas. Los asistentes al curso de esparto reconocen haber “pasado frío” en la primera sesión del taller, con una temperatura en el exterior de 5 grados en un edificio “sin doble acristalamiento ni calefacción”, explica la presidenta de los vecinos, María López Medel.
Desde la asociación Nuevo Moralet aseguran llevar años solicitando el acondicionamiento del aula municipal sin ningún éxito, pese a que en 2018 consiguieron que se aprobara en el presupuesto participativo del distrito. Sin embargo, en vez de mobiliario, la Concejalía de Participación Ciudadana instaló espejos. “Sin muebles, calefacción y aire acondicionado, es imposible organizar nuestras actividades”, explican y añaden además que “el local está en pésimas condiciones y necesita una buena mano de pintura, doble acristalamiento, desratización, retirada de amianto, arreglo de la zona exterior y un largo etcétera”. Tampoco disponen de conserje, sino que las entidades se encargan de abrir y cerrar las dependencias municipales aunque se trate de actividades organizadas por el Ayuntamiento, ni cuentan con servicio de limpieza. “Hasta el papel higiénico lo tenemos que poner nosotros”, aseguran. Los vecinos se quejan de que les piden “todo tipo de requisitos para acceder a las aulas, como contratar un seguro de responsabilidad, y firmar formularios de varias páginas, pero después los espacios no están en condiciones mínimas para su uso”. En otras partidas rurales, las aulas municipales sí cuentan con mobiliario y climatización.
En el espacio municipal de la ermita del Moralet también han tenido percances por la poca potencia de luz, la última vez durante la fiesta de Reyes organizada por la comisión de fiestas, lo que provocó parones constantes en el equipo de música mientras actuaba el grupo de baile del AMPA de La Cañada, formado por escolares de 4 a 11 años. El acto tuvo que posponerse más de media hora, pese a que buena parte de las familias tenían el tiempo justo para acudir después a la cabalgata.
Para los presupuestos municipales de 2019, en negociación ahora mismo, Guanyar ha propuesto al gobierno popular, a instancias de los vecinos, la construcción de un centro municipal de nueva planta en el entorno de la ermita con parque público incluido, por un importe de un millón de euros. A más corto plazo, desde Nuevo Moralet solicitan al Ayuntamiento que dote de sillas y mesas el local antes de la próxima clase, este jueves, e instale un aparato de calor.