El Museo del Mar de Santa Pola estrena este mes de febrero una nueva exposición: Universos Digitales, de José Fuentes. En ella recoge su obra gráfica durante su último periodo de creación artística, desde 2011 hasta 2018. Durante estos siete años, Fuentes ha creado cinco series, tres de las cuales llegan al Museo del Mar: Tauromaquia, Cuerpo a Cuerpo y Desacralizados. La exposición podrá verse en las Salas Amarillas del Museo del Mar, desde el 2 de febrero hasta el 23 de marzo.
En 2011 tuvo la oportunidad de introducirse en el mundo digital, se trataba de un lenguaje nuevo que le abría un, hasta ahora, desconocido camino repleto de riquezas gráficas. Sus imágenes se fusionaban para generar una imagen final que se integraba con lo analógico y lo digital, en ellas podemos ver que se ha inspirado en la realidad, poniendo un acento crítico en las problemáticas sociales que nos rodean.
La obra de José Fuentes recoge aspectos muy distintos, lo que la hace una exposición diversa y con mucha riqueza creativa, “pero a la vez comparten aspectos comunes que la dotan de unidad”, ha manifestado Fuentes. Cada una de las series desarrolla un tema único, pero todas las imágenes tienen el mismo proceso técnico.
La primera de sus series, Tauromaquia, aborda la incertidumbre que vive el mundo taurino, el enfrentamiento entre los aficionados a los toros y los que están en contra. El eje central de la obra es la incertidumbre y precisamente juega con ello, con el enfrentamiento entre el toro y el torero, para dotar de vitalidad a su obra: juega con las sombras y el agua para crear una sensación de inconsistente y voluble, que represente esa incertidumbre.
Cuerpo a cuerpo, otra de las series que llega al Museo del Mar, nace de las peleas con tintes eróticos entre mujeres en Estados Unidos. “Pero no es ese en el aspecto en el que reparo, sino en la unión de los cuerpos que parecen solo uno, no sabes si están uniéndose o separándose”, explica José Fuentes.
Y, por último, en Desacralizados la cruz se presenta como el eje central de la serie; en ella vemos una cruz desacralizada rodeada de elementos contemporáneos. Desacralizados nace del interés del autor por el hecho de que en los últimos años los espacios sagrados están siendo utilizados como discotecas o restaurantes. Un cambio en nuestra sociedad, pero que aun así, las connotaciones “sacras” de esos espacios no llegan a desaparecer.