La comunidad educativa del Instituto Azorín de Petrer no anda muy contenta, aunque parece que comienza a ver la luz al final del túnel. Tras el mazazo inicial que supuso la paralización de las obras de reforma del centro escolar, por las que llevaban esperando una década, parece ser que el horizonte se va clarificando. Si todas las previsiones que ha dado Conselleria se cumplen, el alumnado podrá estrenar nuevas instalaciones en 2021.
Y es que los trabajos de reforma de ampliación integral se vieron frenados en seco tras detectar los técnicos unas deficiencias arquitectónicas en la estructura y fachada del edificio, que aconsejaban derribar por completo el centro escolar y levantar uno nuevo. Desde entonces, parte del alumnado está dando clases en aulas prefabricadas instaladas en el antiguo aparcamiento.
«No ha sido nada fácil rescindir el contrato con la empresa adjudicataria» F. Portillo (concejal de Urbanismo)
Una reforma paralizada
Fue en 2016 cuando comenzaron los trabajos de reforma y ampliación integral, un proyecto que remodelaría el inmueble por dentro manteniendo la fachada y la estructura. Nada más lejos de la realidad. Primero, los arquitectos se dieron cuenta del mal estado en el que se encontraban los pilares; y después detectaron que la fachada no se encontraba sujeta a la estructura, lo que hacía inviable continuar con la obra después de haberse ejecutado 1.300.000 euros de los algo más de seis millones con los que se había presupuestado.
Tras realizar un estudio de coste económico y de viabilidad técnica, se decidió que había que derribar el edificio viejo, de 50 años de antigüedad, y construir uno nuevo. Como la subsanación de las patologías superaba el 10 por ciento del coste del proyecto inicial, había que resolver el contrato y volver a iniciar el proceso de licitación.
Tras una década de espera, las obras del Instituto Azorín tuvieron que paralizarse por deficiencias arquitectónicas en su estructura
Conselleria interviene
La Conselleria de Educación, después de valorar los daños estructurales del inmueble, informó que la licitación del nuevo proyecto se conocería a lo largo del primer semestre de este año. Los trabajos para empezar a levantar el nuevo complejo escolar no comenzarían, por tanto, hasta el año que viene.
Así lo anunció el secretario autonómico de Educación, Miguel Soler, durante su reciente visita a Petrer, quien señaló que está previsto que el nuevo Instituto Azorín estará terminado y listo para abrir sus puertas en 2021.
Apoyos del Ayuntamiento
El Ayuntamiento de Petrer se ha puesto a disposición del centro en todo momento. Desde el consistorio petrerí comprenden perfectamente sus preocupaciones y afirman estar en contacto con Conselleria para resolver el problema con la mayor celeridad posible. El concejal de Urbanismo, Fernando Portillo, asegura que el gobierno valenciano se muestra sensible con este asunto, y destaca que las reuniones con el Consell han sido positivas.
En palabras del edil, nos encontramos ante una “situación atípica y hay que tener en cuenta que la administración es lenta”. También confirma los tiempos dados por Conselleria porque “estamos aún dentro de los plazos de licitación prometidos”.
«Las condiciones aquí son precarias y no podemos plantearnos organizar actividades a largo plazo» R. Mira (directora del IES Azorín)
Desde el instituto
Tanto retraso ha frustrado las esperanzas de alumnado, padres y cuerpo docente. Por ello, realizaron el pasado mes de diciembre una manifestación, a la que se adhirió la alcaldesa de Petrer, para hacer visible una situación anómala que frena la actividad normal del instituto.
Su directora, Rosa Mira, protesta amargamente por las condiciones que están padeciendo y pide que al menos los plazos prometidos por Conselleria se cumplan y las obras de ejecución se agilicen. Como recuerda, “ya deberíamos estar dando clases en el nuevo instituto, aquí las condiciones son precarias y queremos que se resuelva lo más rápidamente posible”.
Mira agradece el interés del Ayuntamiento, aunque en las circunstancias actuales no pueden planificar actividades a largo plazo. También apuesta por continuar dando clases en el propio centro mientras duren los trabajos: “lo que no queremos es irnos a dar clases a otro instituto en horario de tarde, por la incomodidad que eso supondría para nuestro alumnado. Deseamos que la reforma se realice en varias fases, y aunque sigamos en prefabricadas, no tengamos que abandonar las instalaciones”.
Plan Edificant
En otro orden de cosas, Fernando Portillo también nos ha dado cuenta de la inversión del Plan Edificant, la iniciativa de la Generalitat para la reforma y mejora de los colegios e institutos públicos de la Comunidad Valenciana.
Como ya es sabido, en Petrer se va a actuar en todos los centros educativos, a excepción del Azorín, que depende directamente de Conselleria. A los tres primeros colegios ya aprobados, Rambla dels Molins, La Foia y Reina Sofía, que cuentan con un presupuesto de inversión de 1.300.000, se les han unido recientemente Virrey Poveda y Reyes Católicos.
A estos dos centros, que son “prioridad” para el equipo de Gobierno, se les va a realizar un informe de patologías para detectar alguna deficiencia, con el objetivo de que no suceda igual que con el Instituto Azorín. En Virrey Poveda, que cuenta con prefabricadas desde hace años, la inversión va a ser de 4.500.000 de euros, mientras que en Reyes Católicos será de 3.500.000.
Del resto de centros escolares de la localidad, Portillo ha indicado que tan solo se está a la espera de empezar a redactar los proyectos. Según el responsable de Urbanismo, las reformas van a afectar principalmente a temas de carpintería metálica, instalaciones eléctricas o accesibilidad, y se irán ejecutando en época vacacional para no entorpecer el desarrollo normal de las clases.