Los yacimientos arqueológicos de la Fonteta sorprenden cada vez que se retiran las arenas de sus ruinas y que han permitido un estado de conservación espectacular único en todo el Mediterráneo. La aparición ahora de un antemural de adobes que forma parte del sistema defensivo de la ciudad fenicia ha constatado que al menos durante los últimos 27 siglos los pobladores de Guardamar han tenido que luchar contra los elementos naturales, en este caso contra el avance de las arenas dunares. Así se ha dado a conocer hoy durante la visita guiada a los excepcionales yacimientos de la Rábita Califal (siglo X) y la ciudad amurallada fenicia (siglos VIII-VI antes de Cristo).
La constatación del secular avance dunar, el descubrimiento de murallas de hasta cuatro metros de altura (de los entre 10 y 12 metros originales) así como de vivivendas adosadas a los muros o miles de piezas y fragmentos cerámicos han sido conocidas de primera mano por el alcalde, José Luis Sáez y la concejala de Patrimonio Histórico, Pilar Gay, quienes acompañados por otros representantes municipales y por responsables de las trabajos de investigación, rehabilitación y puesta en valor del conjunto histórico han recorrido el enclave histórico.
“Es sorprendente. El problema de avance de las arenas hacia lugares habitados de Guardamar no es un fenómeno de principios del siglo XX. Es mucho anterior. Nuestra sorpresa ha sido mayúscula, y se demuestra que todavía hay mucho que conocer sobre nuestro pasado” explica José Luis Sáez tras visitar los yacimientos.
Y añade que vamos a seguir promoviendo y apoyando la investigación arqueológica y su puesta en valor para que Guardamar sea pionero en el turismo histórico.
El muro de adobe conservado discurre en paralelo a la muralla aunque separado de unos cuatro metros de la cara externa hacia el mar. Los investigadores estiman que servía de parapeto ante la invasión de arenas dunares. Explican que está construido con apenas tres hileras de abobes con medidas estandar “ejemplo de arquitectura del barro” que llega a la península ibérica de manos de los fenicios procedentes del Próximo Oriente donde existía una tradición milenaria de este tipo de construcciones.
La protección de la arena ha permitido que el estado de los ladrillos “sea inmejorable” y mantienen incluso huellas en su superficie de su uso anterior. Además según los arqueólogos no presentan pulverulencias, ni florescencias salinas, ni se han fundido unos con otros por causa de la humedad.
PUESTA EN VALOR
Reseñar por otra parte que la concejala Pilar Gay destacó los avances que se han producido en los últimos meses en los yacimientos arqueológicos de la Fonteta de cara a su puesta en valor en un proyecto financiado por la Generalitat donde colabora el Ayuntamiento de Guardamar. “Hemos comprobado lo importante de la actuación no únicamente por su valor histórico si no porque abre las puertas a un turismo diferente, histórico y arqueológico, que en poco tiempo será un foco de atracción que dará cabida en nuestro pueblo a otro tipo de visitantes”.
La concejala indicó que la superficie del yacimiento se calcula inicialmente en unas 10 hectáreas de las que solo se han desenterrado menos del 5 %.
VISITA
Durante la visita los responsables municipales junto con grupos de ciudadanos han recorrido en la jornada de hoy una serie de sendas habilitadas en el perímetro arqueológico islámico y fenicio, y dotadas con paneles explicativos e interpretativos que tienen como hacer más comprensible la arqueología.
Se prevé que la actuación finalice el próximo mes de octubre. En este momento los restos arqueológicos hallados estarán musealizados, consolidados y limpios.