La cantera de baloncesto ilicitana siempre ha estado en buenas manos y ha sido esculpida de forma casi artesanal. En los últimos meses se ha sumado al proyecto, desde el CB Ilicitano, Kuko Cruza (Bilbao, 1975), un entrenador diferente que, pese a su juventud, cuenta con una dilatada y amplia experiencia en las Ligas de la Federación Española de Baloncesto.
Con dos ascensos en sus espaldas (Benidorm y Fundación Lucentum) y tras la reciente experiencia vivida en el filial del UCAM Murcia, el vizcaíno está disfrutando de una nueva aventura formativa que se toma con la “misma seriedad y exigencia” de siempre. Nadie mejor que el vasco, conocedor de todas las categorías del baloncesto, para reflexionar sobre el basket formativo, su presente y su futuro.
Formación de jugadores
En esta ocasión, Cruza no pelea por títulos o ascensos, sino por formar jugadores en el cadete y el alevín del CB Ilicitano. Admite que la opción de entrenar en la cantera le llena “porque me permite estar en casa” y le da “calidad de vida”. “Al final somos entrenadores de baloncesto, da igual la categoría”, afirma el vizcaíno, quien asegura que no añora la competición de alto nivel, aunque no descarta regresar a ella en un futuro.
“Lo que tengo ahora me llena”, confiesa el técnico, afincado en Elche desde hace años. “A mí me gusta entrenar y dar recursos y herramientas a los jugadores para que puedan competir. Ahora me toca desde una perspectiva formativa, pero sin descuidar la competición ni los resultados”, explica. Kuko Cruza admite que le seduce la idea de “mejorar jugadores”, pero sobre todo “transmitirles valores deportivos y humanos que les van a servir para toda la vida”.
De la pista al banquillo
Y como ha sido una constante desde que decidió, sin anestesia, cambiar la pista por los banquillos, los resultados positivos le acompañan. El equipo cadete de primer año ya se ha logrado colar entre los ocho mejores de la Comunidad Valenciana y el alevín también está sumando resultados ilusionantes.
La próxima temporada, el cadete aspira a entrar en el campeonato de España y su objetivo como responsable del grupo será “mejorar a los jugadores en un alto nivel de competición”.
«Elche es más de fútbol y de balonmano, pero tiene potencial suficiente para competir al menos en la Liga EBA» K. Cruza
Potencial de Elche
El vizcaíno, perfecto conocedor de las categorías LEB y EBA, también tiene su opinión de por qué el baloncesto de élite no termina de cuajar en la ciudad. “Elche es una ciudad futbolera y también tiene mucha tradición por el balonmano. Tiene población suficiente para tener al menos un equipo en la EBA, pero por lo que sea nunca se ha dado esa posibilidad”, señala.
“Y es una pena, porque la ciudad tiene potencial económico y de población, pero prefiere tirar para otro lado a pesar de los intentos de los clubes de la ciudad por hacer cuajar el baloncesto”, añade el vasco, pieza clave años atrás en el renacer del histórico Lucentum.
“Yo creo que por encima de todo el problema del baloncesto en Elche es cultural. Es verdad que no salen muchos grandes talentos en la ciudad, pero tampoco en Valencia o Alicante”, añade el entrenador, quien sí destaca, sin embargo, la proliferación de equipos de cantera y el excelente nivel de los entrenadores formativos en los tres clubes de la ciudad. “Aquí por dinero no estás. Si entrenas a chicos es porque te gusta y piensas que puedes ayudar”, sentencia.
Falta de referentes
Otro de los factores que pueden explicar el escaso tirón del baloncesto es la “falta de referentes” en la ciudad más allá del ilicitano Sergio Mendiola, que llegó a jugar con Murcia en la ACB y al que entrenó Cruza dos años en el filial. “Tener ídolos cercanos ayuda. Yo en Bilbao tenía como referentes a jugadores a los que podía ver cada semana en La Casilla. El querer imitar el tiro o el salto de un jugador hace que te apasiones y mejores. Con el club hemos hecho alguna visita a Murcia para que los chicos vivan lo que es la ACB y vean lo que puede ser esta competición”, relata. “Además, este deporte, no podemos olvidarlo, es para los altos. Y eso también limita bastante”, añade.
«Intento ser el mejor entrenador posible para mis jugadores sea en la categoría que sea» K. Cruza
Metodología de trabajo
En cuanto a la metodología de trabajo, Cruza reconoce que no puede ser la misma en un vestuario profesional que en uno formado por adolescentes, pero afirma que “sí la auto exigencia”. “Quiero ser el mejor entrenador posible para mis jugadores sea en la categoría que sea”, asevera.
Además, el técnico pone especial énfasis, sobre todo en los cadetes, en inculcarles valores como “disciplina, orden y esfuerzo”. “Aquí todo no se puede reducir a ganar o perder, hay cosas más importantes que el resultado. Siempre intento ponerles mi ejemplo. He conseguido vivir del baloncesto en las Ligas de la Federación, pero sin descuidar mis estudios y la formación”, apunta.
Ayuda de los padres
Por último, Kuko Cruza, acostumbrado a lidiar con los egos de estrellas en los vestuarios, asegura estar contento y orgulloso del grupo de padres que le rodea en sus dos equipos. “Sé que en otros deportes los padres son causa de algún conflicto, pero yo he tenido mucha suerte. Me siento afortunado porque se involucran y ayudan”, confiesa el vizcaíno, quien reconoce que esta etapa más sosegada en los banquillos le ha venido bien a nivel personal y profesional.
“Las cosas pasaron demasiado rápido. Pasé de jugar en la pista a lograr dos ascensos como entrenador y a dirigir en la LEB a un club del peso, historia y tradición del Lucentum. Ahora toca esto y estoy feliz, pero me gusta la gran competición y tarde o temprano volveré”, sentencia.