Existen lugares en Torrevieja de obligada visita, tanto para turistas como para residentes de la ciudad, y uno de los mejores lugares para encontrar el auténtico espíritu de la urbe y de sus habitantes se encuentra en su paseo marítimo Juan Aparicio.
Paseo marítimo
Popularmente conocido como paseo ‘de las rocas’, debido a su construcción sobre peñascos del mar Mediterráneo. Se extiende desde el paseo de la Libertad hasta la playa del Cura. Es típico encontrar bancos de piedra junto al mar, que invitan a descansar y disfrutar de las vistas.
Hemos hablado con Francisco Sala, cronista oficial de la ciudad de Torrevieja. “Numerosos bancos de ladrillo, cemento y cal se colocaron sobre las rocas que separan la ciudad del mar Mediterráneo. Todos se colocaron en los años 40, pero algunos de ellos han sido remodelados debido a la corrosión”.
Construcción
A finales del año 2000 fue inaugurado el paseo marítimo y el dique de Levante. De las construcciones más importantes y fructíferas que se han llevado a cabo en la ciudad de Torrevieja. “Muchas esculturas fueron colocadas a lo largo de este paseo con motivo de engalanarlo”, nos cuenta Francisco Sala.
Llama especialmente la atención una de ellas. Sentada en uno de esos bancos sobre las rocas, una escultura de una mujer se ha convertido en emblema de la ciudad.
«Existen dos estatuas de ‘La Bella Lola’ en Torrevieja» F. Sala
La Bella Lola
La estatua fue construida por la escultora y artista Carmen Fraile. “Su emplazamiento se llevó a cabo en el año 2000 con motivo de decorar el nuevo paseo marítimo”, añade Sala.
Se trata de una mujer de tamaño real, sentada con la mirada fija en el mar. Por su aspecto se trata de una mujer joven, de unos veinte años, con el pelo recogido que apoya la cabeza en su mano.
La Bella Lola 2
Existe otra escultura, de la misma mujer y en la misma ciudad. “Hay otra Bella Lola en el dique de Levante también realizada por Carmen Fraile. En esta ocasión la mujer está de pie y parece despedir a un barco”, nos cuenta el Cronista.
El dique de Levante es otro de los lugares más frecuentados por turistas y torrevejenses. A mitad de camino de los tres kilómetros de longitud de ese paseo construido mar adentro, podemos contemplar esta segunda alegoría a la mujer del pescador local.
Historia
Las esculturas representan la historia de Lola. Una joven de Torrevieja profundamente enamorada de Antonio, su marinero y esposo, que salía a faenar al mar cada día.
Un día su barco no regresó a puerto y, cuenta la historia local, que un 12 de mayo de 1919 Lola salió al puerto tan solo con un camisón de algodón blanco y su negra melena recogida en un moño. Allí se enteró del trágico final. Ni el barco ‘La Gaviota’ ni ninguno de sus diez tripulantes volverían a puerto. El mar había engullido con sus bravas aguas el pesquero. Aquel día dieron por finalizada la búsqueda de supervivientes.
Después de la noticia Lola seguía allí, día y noche, mirando el sereno mar y esperando el regreso de su amado Antonio.
Esta escultura se ha convertido en un icono de la ciudad
Significado
Las esculturas de Torrevieja son un homenaje a la mujer torrevejense. Representan la difícil situación de esas mujeres que tenían que ver partir a sus maridos, padres o hijos marineros a trabajar al mar.
Luego sólo podían esperar, con la mirada fija en el horizonte, a ver la silueta de los barcos en los que partieron sus seres queridos.
Sentados en el banco junto a la estatua es una de las fotos preferidas de los turistas
Turismo
La historia de amor y la belleza de la joven consiguen que el turista vea en ella algo más que una simple escultura y se interese por su historia. Una vez la conocen, es fácil para ellos entender el homenaje a la mujer de los orígenes de Torrevieja.
Hoy en día esta escultura es un emblema de la ciudad. Esta obra es conocida más allá de nuestras fronteras y parada obligada de turistas para hacerse una foto junto a la estatua.
Donación a Oviedo
En el año 2009, con motivo del hermanamiento de las ciudades de Oviedo y Torrevieja, ésta última donó una réplica de la Bella Lola instalada en su paseo marítimo a la ciudad asturiana.
Podemos ver esta copia, esculpida también por Carmen Fraile, en el interior de la plaza del Fontán, en Oviedo. Esta vez no mira al mar, ni se posa sobre un banco de piedra en las rocas, se ubica en un banco de madera municipal.