El Archivo Municipal “Clara Campoamor” celebra el Carnaval dedicando el documento correspondiente al mes de marzo a un bando dictado por el Alcalde Francisco Gallardo Lledó, el 7 de marzo de 1886, con motivo de estas fiestas.
El bando es un edicto promulgado por la primera autoridad municipal, en el que se hacen públicas las órdenes precisas para el buen gobierno del municipio. Por ello se hacía publicidad del mismo, colocándolo en lugares visibles y concurridos, para que la mayor parte de los vecinos pudieran verlo.
El bando al que el Archivo Municipal hace referencia tiene como objeto fomentar la diversión pero sin traspasar los límites de las leyes y las buenas costumbres.
Durante el Carnaval estaba permitido todo tipo de disfraces, excepto los relacionados con la autoridad militar, judicial o religiosa y no se debía profesar expresiones deshonestas que contravinieran la educación y los buenos modales.
Ya en 1878 se celebraba el Carnaval en Crevillent, como se recoge en las Ordenanzas Municipales de ese año, en el capítulo dedicado a las fiestas populares, en el que se trata expresamente de estas fiestas, cuyas celebraciones duraban 3 días y que según la normativa se deduce que participaban muchas personas y se celebraban bailes.
En el transcurso de la festividad estaba prohibido llevar careta a partir del anochecer, así como llevar armas blancas o de fuego; tan solo podían llevar bastón de mando las autoridades encargadas del mantenimiento del orden Público y el gobernador civil en caso de asistir al festejo. Se prohibía arrojar objetos a los transeúntes desde las ventanas, balcones o tejados.
Esta fiesta se mantuvo durante la segunda mitad del siglo XIX y así, por ejemplo, en 1895 los disfraces estaban obligados a recoger un número en la Secretaría del ayuntamiento, con el fin de evitar cualquier abuso contra la moral y las buenas costumbres. Se creaba así un registro de las personas participantes en el Carnaval y el ayuntamiento trataba de evitar que desde el anonimato que daba el disfraz o la máscara se realizaran actos vandálicos, gamberradas o actos inmorales.
El Carnaval se siguió celebrando en Crevillent durante los primeros años del siglo XX hasta la Guerra Civil y posteriormente quedó prohibida la fiesta en aras de evitar actos vengativos y mantener el orden.
La archivera municipal, Bibiana Candela, indica que resulta curioso que en el bando, el escribano cometió varios errores en la redacción del mismo, omitiendo alguna sílaba o cambiando letras de lugar.