Entrevista > Jorge Cordero Sánchez / Director deportivo del Elche C.F. (Cartagena, 1977)
Tras vivir en una montaña rusa durante el pasado mercado de invierno, Jorge Cordero recupera la normalidad ilusionado con el nuevo puzle que acaba de completar para dar forma a la plantilla franjiverde.
Criado en un entorno de tradición futbolera, el director deportivo del Elche se ha coronado como un especialista en mover piezas sobre el tablero. Asegura que Pacheta fue su gran acierto, y se muestra orgulloso de haber descubierto para el fútbol profesional a jugadores como Neyder y Borja.
Asume las críticas y que el error forma parte de su trabajo y no renuncia a su pasado, ligado al controvertido Quique Pina. “Lo único que importa es conseguir al final el objetivo”, asegura Cordero, al que los resultados, de momento, dan la razón.
El apellido Cordero evoca fútbol. ¿De dónde les viene la vinculación a este deporte?
Mi abuelo fue entrenador y eso caló entre mis hermanos. Los cuatro hemos jugado al fútbol, aunque a diferente nivel.
¿Quién era el mejor de los cuatro como jugador?
No sabría decir, todos teníamos nuestras características diferentes. Juan Carlos era el mejor de cabeza, pero Pedro tenía mucho trabajo en el campo y Jose era, quizás, el que tenía más calidad y desparpajo. Cada uno tenía su cosa y alcanzó su nivel.
¿Cómo llega un ex jugador a ser director deportivo?
En mi caso fue por circunstancias, no fue algo planificado. Estás dentro del mundo del fútbol y lo vas mamando. Terminé ni etapa de jugador en el Xerez a los 28 años, tras sufrir una lesión en la rodilla, y a partir de ahí comencé a trabajar como scouting (ojeador) en el Ciudad de Murcia con mi hermano Juan Carlos.
Seguía a jugadores, veía partidos y analizaba a los rivales hasta que me fui al Granada. Allí repetí la experiencia, de nuevo con Juan Carlos como jefe. De Granada pasé a Cádiz, donde tuve mi primera oportunidad como director deportivo.
«Para mí mi hermano Juan Carlos es la gran referencia, porque he podido aprender mucho de él trabajando a su sombra»
Nunca ha ocultado que la influencia de su hermano es enorme.
Para mí es la gran referencia y he podido aprender mucho de él trabajando a su sombra. No tengo temor en reconocerlo.
¿Les pide opinión a sus hermanos cuando va a hacer un fichaje?
Por supuesto. Si me gusta un jugador, ¿a quién mejor le puedes pedir consejo que a tus hermanos que, además, se dedican a esto? Cada uno en su profesión, sea la que sea, trata de apoyarse en la gente en la que confía, en la que sabes que no te va a mentir. Aunque no trabajen en el Elche, por supuesto que les pregunto.
En Cádiz ya sintió la responsabilidad de trabajar para un club grande con exigencias.
Sí. En el primer año quedamos campeones, pero no ascendimos. Y en el segundo, con una plantilla nueva, el equipo logró subir a Segunda, aunque yo había abandonado el club en el mercado de invierno. Regresé de nuevo como scouting cuando Juan Carlos se hizo cargo de la dirección deportiva y fue entonces cuando me llamó Diego García para que viniera al Elche. No me lo pensé.
«Cuando Diego García me llamó comencé a trabajar sin saber mi contrato ni lo que iba cobrar»
Cuando le llama el Elche el equipo acababa de descender y la entidad era inestable. ¿No tuvo dudas?
En absoluto. A Diego ya lo conocía de la etapa en el Cádiz y me vine sin dudar. Puedo asegurarte que comencé a trabajar sin saber mi contrato ni lo que iba cobrar. No había tiempo que perder porque había que hacer una plantilla nueva. Me sentía preparado, porque en Cádiz ya tuve la exigencia de tener que subir sí a sí con un club grande y bajo presión.
Aquí se encontró un solar. Depresión por el descenso, sin jugadores, la afición desilusionada…
Había mucho trabajo por delante porque había que hacer una plantilla nueva. Solo tenía a un jugador, Edu Albacar, porque a Nino y Sory tuve que renovarles.
El resultado ya lo sabemos, ascenso. Pero llama la atención su método. Ha realizado más de medio centenar de movimientos, entre entradas y salidas, desde su llegada.
Sí, pero hay que tener en cuenta que más de 20 corresponden a los primeros meses, tras mi llegada, porque no había futbolistas. No había una base sobre la que ir creciendo. Acoplar a tanta gente nueva fue un hándicap, pero lo superamos.
«Hemos fichado mucho en invierno, pero hay que tener en cuenta que en verano nos quedamos con 17 jugadores que estaban en Segunda B»
También se ha mostrado hiperactivo en el mercado de invierno, que para el Elche ha dejado de ser un factor de corrección para convertirse en otra cosa.
Es verdad que antes se utilizaba para corregir algún detalle concreto, pero hay que tener en cuenta que nosotros, por las limitaciones económicas, nos tuvimos que quedar con 17 jugadores que estaban en Segunda B.
Hemos fichado más ahora que en verano. Creíamos que había que regenerar el equipo. Salvo Benja y Sory, los que se han ido apenas habían tenido opciones de jugar y los hemos relevado por jugadores con experiencia y de rendimiento inmediato. Hemos movido la plantilla, pero sin grandes gastos económicos porque somos el segundo presupuesto más bajo.
¿No se corre el riesgo de formar un vestuario sin identidad ni compromiso con tanto cambio de jugador en tan poco tiempo?
No lo creo. En el club intentamos estar muy próximos a los jugadores para que se adapten, acoplen y conozcan el club. Esta entidad es cercana al jugador y hay mucha gente que ayuda a que se integren. Además tenemos jugadores veteranos como Nino, Gonzalo Verdú y José Juan que ayudan a su adaptación.
«Lo que menos predomina en el fútbol hoy en día es la paciencia, yo trato de ser paciente porque es lo que da estabilidad»
Cada vez se ven menos jugadores que están diez años defendiendo un escudo.
Eso ahora es muy complicado porque se busca el rendimiento inmediato. Si un futbolista no juega se pone nervioso y quiere salir. Y al club le pasa lo mismo. Lo que menos predomina en el fútbol hoy en día es la paciencia. Yo intento ser paciente con entrenadores y jugadores porque es lo que da estabilidad a los equipos.
«Para confeccionar una plantilla hay que tener experiencia, un abanico amplio de jugadores vistos y contactos para acceder a ellos»
¿Qué es más importante para comenzar a diseñar una plantilla? ¿Una buena agenda o conocimientos futbolísticos?
Un poco de todo. Hay que tener experiencia, un abanico amplio de jugadores vistos y contactos para poder acceder a ellos. También tienes que tener claro qué tipo de futbolistas necesitas y cómo encajaría en un grupo.
Siempre le da mucha importancia a los aspectos personales del jugador.
Para mí es muy importante firmar a un buen jugador, pero también a una buena persona. A la larga, las buenas personas son necesarias para alcanzar los objetivos, porque son las que ayudan a sacar las cosas adelante cuando vienen mal dadas.
Se le ve cercano a los jugadores. ¿Cómo lleva tener que decirles que deben salir del club?
Pues mal. Ha sido doloroso decirles a jugadores, que han sido importantes para conseguir el ascenso, como Benja o Provencio, con los que tengo una gran relación personal, que lo mejor es que salgan de la entidad.
¿Se puede ser jefe y amigo de un futbolista?
Sí, nunca he tenido problemas y siempre he intentado llevarme bien. Me considero amigo de Provencio y Benja, pero a los amigos hay que decirles la verdad a la cara, aunque sea doloroso y haya una buena relación personal.
¿Ha tenido que ponerse serio con muchos futbolistas porque le han decepcionado?
Siempre hay algún caso, pero cuando pasa me gusta ir a la raíz del problema, nunca me escondo. Intento atajarlo en ese mismo momento.
¿Se puede decir que fichar a Pacheta como entrenador fue su mayor acierto?
Fue el pilar fundamental del ascenso, porque llegó en un momento malo y él nos levantó a todos, al equipo, a la afición y a la gente del club. Fue una inyección moral para todos.
«El error es parte de mi trabajo, pero lo importante es que los aciertos superen a los fallos y que se cumplan los objetivos»
¿Ha cometido muchos errores en el Elche?
Es más fácil equivocarse cuando se ficha a 25 jugadores que a ocho. El error es parte de mi trabajo y seguro que los seguiré cometiendo, pero lo importante es que los aciertos superen a los fallos y, sobre todo, que se cumplan los objetivos. El año pasado se ascendió y este queremos la permanencia. Hay que centrarse en eso.
¿Por qué Pacheta siempre dice que el próximo año todo será mejor?
Yo lo veo igual de difícil, pero me imagino que será porque esta temporada el equipo es recién ascendido, tenemos un presupuesto bajo y muchos jugadores no conocían la categoría. Un año de experiencia se nota.
¿Hay una fórmula mágica para hacer una plantilla ganadora?
No la hay, pero yo creo en la apuesta por jugadores jóvenes y con hambre. Si no tienes recursos económicos, ni capacidad para llegar a determinador futbolistas, hay que aprovechar el hambre de los que quieren llegar a la élite y saben que es su gran oportunidad.
A mí me hace más ilusión triunfar con Neyder, que viene del San Sebastián de los Reyes; Borja, del Ebro, o Yacine del Melilla, que con fichajes hechos con talonario. Tiene más mérito. El riesgo económico de estas operaciones no es tanto y puedes aprovechar su crecimiento como energía para el equipo. No hay tanta diferencia entre Segunda y Segunda B.
¿Y para fichar a un entrenador?
Tampoco. El grupo es lo primero y el entrenador debe ser alguien capaz de sacar rendimiento a esos jugadores. Cada técnico requiere un tipo de jugadores. No es lo mismo fichar para Mourinho, jugadores más defensivos y físicos, que para Guardiola, más creativos y asociativos. Yo me puedo adaptar sin problema a los dos extremos, porque todas las fórmulas son válidas y te pueden llevar al éxito.
Su relación con la grada no ha sido fácil. Tras el primer descarrilamiento serio este curso, en la Copa, la grada la tomó con usted. ¿Le sorprendió?
Hay que respetar la opinión del aficionado, pero son momentos desagradables de vivir. Fue en el momento más delicado de la temporada, tras perder con el Córdoba (1-4) y no quedó otra que seguir trabajando para cambiar la situación.
A la afición del Elche solo puedo estarle agradecida porque con su ayuda logramos ascender. Hay que estar todos unidos y remar juntos, porque es como se logran los objetivos.
¿Cree que le pasa factura su pasado con un dirigente tan controvertido como Quique Pina?
No sé qué pudo influir. Yo he trabajado en todos los clubes en los que ha estado. Le estoy muy agradecido y jamás voy a renegar de mi pasado, pero en el Elche estoy yo solo, por mi cuenta. De él y de mi hermano he aprendido muchas cosas y siempre tengo en mente de dónde vengo.
El presidente, Diego García, es su mayor defensor y reivindica su figura siempre que puede.
Y se lo agradezco. Diego es la persona que confió en mí para que viniera aquí, hiciera la plantilla y cambiara de entrenador cuando lo considerara oportuno. Soy una apuesta suya.
¿Cuántos jugadores tienen controlados actualmente?
No sabría decir, puede que miles. Vemos mucho fútbol cada fin de semana. Además, yo llevo viendo fútbol desde los 28 años, aunque ahora veo el triple menos que cuando era scouting.
¿Cómo es su red de ojeadores?
Muy sencilla. Sergio Mantecón y Santos Olmo ven partidos y hacen informes, ya sea en directo o por vídeo. Y los informes van a una base de datos. Ellos y yo somos lo que vemos fútbol.
No parece una gran estructura.
Es verdad que un club como el Elche necesitaría ampliar esta área, pero ahora es lo que tenemos. Con el tiempo llegará.
¿Cuál es el método de trabajo?
Primero miramos los jugadores jóvenes y anotas siempre lo que resulta más interesante. Así, en el momento que tengas una necesidad, ya sabes qué tipo de jugador es el apropiado. Seguimos especialmente la Segunda B, pero también el fútbol extranjero.
Entre nosotros, ¿se le han escapado muchos jugadores?
Siempre se escapa alguno, pero siempre por lo mismo, el tema económico. Los futbolistas están encantados con el club, el entorno y las instalaciones, pero cuando saben que eres el segundo presupuesto más bajo…
¿Por qué le gustan tanto las cesiones?
Soy un director deportivo activo y me gusta mover jugadores porque el fútbol da muchas vueltas. Que no haya salido bien aquí no quiere decir que no puedan ser importantes en otro sitio o en otro momento. No creo que los jugadores cedidos sean menos comprometidos que los demás, aunque sí me gusta que la mayoría de mi plantilla esté formada por futbolistas en propiedad.
Llama la atención que Benja se fuera al Hércules. No es normal cesiones entre eternos rivales deportivos.
Estamos en categorías diferentes. Intento no ser forofo en ese sentido y si es una operación que nos viene bien a todos, adelante. No tiene ni que cambiarse de casa, que es lo que quería. Intento ser objetivo.
¿Y si marca Benja el gol del ascenso del Hércules?
Me alegraría mucho por él, porque le tengo mucho aprecio.
¿Dónde gasta más energías Cordero, convenciendo al jugador de que firme por el Elche o al presidente de que debe fichar al futbolista?
Me quemo mucho más convenciendo al agente y al jugador, porque ya sé los números que manejo y porque no firmo a nadie si no hablo personalmente con él. Es una norma que tengo, si no hablo con el jugador nada de lo que hemos hablado vale. Alguna operación he paralizado porque después de hablar con el jugador me han entrado dudas.
Antes hablaba de su relación cercana con los jugadores. ¿Qué siente entonces cuando un jugador como Neyder, apuesta personal suya, no quiere renovar?
Él ya sabe lo que pienso. Los jugadores aprovechan su momento, así es el fútbol. Lo intentas convencer con argumentos como que confiamos en ti, te ayudamos a crecer y esas cosas, pero al final la decisión es suya.
Y en el caso de Sory, al que renovó dos veces en año y medio. ¿Usted se hubiera ido al Dijon?
Hay que tener en cuenta qué haríamos cada uno de nosotros si viene alguien y nos paga cuatro veces más, nos sube de nivel profesional y, además, podemos estar más cerca de casa. ¿Quién dice que no? Entiendo su decisión, pero nosotros defendimos los intereses del Elche hasta el final.
¿Le parece una buena operación cuatro millones por el ariete guineano?
Son cuatro millones por un jugador que ha hecho medio año bueno en Segunda. Me parece una buena operación. Mucho dinero y bien pagado. Igual si le llego a subir más la cláusula este verano no viene nadie a por él.
Después de un inicio de 2019 tan intenso, ¿llega a desconectar unos días o ya está pensando en la próxima temporada?
No me tomo vacaciones, pero sí me gusta ir un poco a mi aire. Igual un día no vengo al club, porque me gusta organizarme mi tiempo y mi espacio. Ahora tengo pendiente una reunión con el Consejo para ver cómo enfocamos la próxima temporada, porque hay que estudiar renovaciones y posibles movimientos.
Pero usted no ha renovado.
Por eso tampoco se puede hacer mucho aún. La decisión de seguir es del Consejo. Yo estoy abierto a seguir y al primer club que escucharé es al Elche por el agradecimiento que le tengo, pero no es decisión mía.
No se ven muchos directores deportivos peinando canas. ¿Vivirá mucho tiempo de este trabajo?
Intento vivir el día a día. Estoy feliz aquí y el día que no esté a gusto me iré. Ahora estamos bien y espero seguir mucho tiempo.
No le he preguntado aún por el equipo. La permanencia parece encarrilada…
No podemos relajarnos. Ni ganando dos partidos está todo hecho ni perdiendo dos estamos descendidos. No podemos creernos nada. Nos queda mucho para conseguir el objetivo.