Entrevista > Ramón Riquelme y Martín Sanz / Cocinero y escritor
Desde los fogones del barrio de Santa Cruz hasta las paelleras de medio mundo. Ramón Riquelme ha llevado nuestros arroces a todas partes de Europa y América. De ahí que Martín Sanz, el autor de su nuevo libro biográfico, haya elegido como título ‘Riquelme: Embajador de Alicante’.
Este libro es el primero de una nueva colección impulsada por el Ayuntamiento de Alicante y la Agencia Local Desarrollo, dedicada a emprendedores emblemáticos de la ciudad. Hablamos con el escritor y el biografiado para que nos cuenten la historia de uno de nuestros maestros gastronómicos más internacionales.
«Durante varios meses nos reunimos los viernes con familiares y amigos de Riquelme. Aquellas charlas son el libro» M. Sanz
¿De dónde nació el interés de dedicarle un libro al cocinero Ramón Riquelme?
Martín Sanz (MS) – Esto surge de un compromiso personal que adquirí con su familia. Coincidí con su hijo Moncho en el acto de traspaso de poderes de los Reyes Magos de 2017, y me comentó que sería interesante hacerle un trabajo biográfico a su padre.
Enseguida me convenció. Durante el año 2018 nos dedicamos a reunirnos muchos viernes con Ramón, acompañados de su familia, hosteleros, vecinos del barrio de Santa Cruz, políticos, etc. Simplemente nos poníamos a hablar todos de la obra y milagros de Ramón Riquelme, y grabábamos lo que se iba diciendo de una forma natural. Todo el mundo le aprecia mucho y todos tenían algo que aportar. Luego ordené todo lo dicho cronológicamente, y de ahí salió el libro.
Empecemos por el principio. ¿De dónde le viene a Ramón lo de ser cocinero?
Ramón Riquelme (RR) – Yo tenía un bar de joven en la calle San Mateo. Hacía paellas de cuatro, ocho o diez personas. Luego empezaron a encargarme para bodas y comuniones, cada vez más grandes. Un día me vino el presidente de las Fiestas de San José y me encargó una paella para unas cuatrocientas personas. Salió muy bien, y al año siguiente repetimos.
Casualmente fueron al evento unos de Confrides, un pequeño pueblo de Aitana, que me pidieron si podía hacer las paellas en las fiestas de su localidad. Allí me conocieron también los del pueblo de al lado, Benifato, y me encargaron otra. A raíz de eso ya decidí montar una especie de empresa en la que yo me ofrecía a todos los pueblos. Me compré un camión e hice paellas para 1.000 o 2.000 personas. Con el tiempo empezaron a contratarme también fuera de la provincia y en el extranjero.
¿Hasta dónde has llegado con tus paellas?
RR – He estado montando paellas gigantes en media Europa y en América. Ya hay que echarle valor o estar medio loco para irse a tantos sitios, pero yo lo he hecho (risas).
En algunas fiestas se me acercaban turistas extranjeros para felicitarme por la paella, y me ofrecían hacerlas en su país. Otras veces era por mediación de algún político, como Luis Berenguer o Luis Díaz Alperi.
Recuerdo con cariño cuando hicimos una gran paella en la embajada española de Dublín para festejar el Día de la Pilarica, o en Dijon cuando estuvimos 12 días seguidos haciendo arroz en la Casa de España. Tengo muchas historias. Solíamos llevar también productos de la tierra, como turrón, embutidos o mistela.
Con el tiempo el negocio pasó a manos de mis hijos. Hace poco estuvieron en Reino Unido, montaron varias en Leeds y Edimburgo.
«Ningún cocinero alicantino ha internacionalizado tanto el arroz alicantino como Riquelme» M. Sanz
¿Hay algún otro cocinero que haya internacionalizado la paella tanto como Ramón?
MS – No sé si quizás en Valencia, pero en Alicante desde luego que no. Ramón siempre ha sido un pionero. Coincidió que durante su época los ayuntamientos, diputaciones o ministerios comenzaron a utilizar la gastronomía para promocionar su turismo, y él se supo subir a esta ola.
«Mis hijos continuaron el negocio y a mis ocho nietos les encanta el arroz. Lo llevamos en los genes» R. Riquelme
Y los hijos de Ramón también salen cocineros…
RR – Sí, llegó un momento que las paellas me absorbían tanto tiempo que tuvimos que cerrar el bar. Cuando mis chiquillos se fueron haciendo mayores pudimos abrir un nuevo establecimiento en la plaza del Carmen. Ahora tenemos otro, el Restaurante Casa Riquelme, en las faldas del Castillo por el barrio de San Antón.
He tenido mucha suerte con mis hijos, de los cinco que tengo me han salido tres cocineros. Desde pequeños les metí en el mundo de las paellas gigantes, y siempre les ha gustado mucho.
¿Hay ya una tercera generación de ‘Riquelmes’ que apunten a continuar con la saga familiar?
RR – Tengo ocho nietos, pero son pequeños todavía. Eso sí, a todos les encanta el arroz. Parece que lo llevamos en los genes (risas).
¿Cómo fueron las conversaciones con sus amigos y allegados para hacer el libro?
MS – No sabría decirte quién hablaba con más cariño de Ramón. El denominador común de toda la gente que le conoce es el enorme aprecio que le tienen a él y a su familia. Todos han ido aportando su visión particular y experiencias que están reflejadas en el libro.
Una cosa que dice mucho, es que todos los alcaldes que han pasado por Alicante en la democracia han alabado su figura. Son personas de distintos partidos e ideologías, pero siempre han sabido apreciar su trabajo y defensa de Alicante allá por donde ha estado. Cuando hablas con ellos, notas que no te están vendiendo una moto, que de verdad tienen una admiración que les sale del corazón.
«A lo largo de toda la democracia he ido presionando a los alcaldes para que modernizaran el Barrio de Santa Cruz» R. Riquelme
Además Ramón ha sido presidente de la Hermandad de Santa Cruz durante muchas Semanas Santas y una persona clave para el barrio…
RR – Yo he luchado mucho siempre por mi barrio. Como tenía relación con todos los políticos me costaba muy poco pedirles nuestras reivindicaciones. Hasta los años 80 en Santa Cruz no teníamos ni siquiera una iluminación decente, tuve que convencer a José Luis Lassaletta para que pusiera los faroles que hay ahora. A Ángel Luna le saqué todo el pavimento, después de mucho insistirle. Alperi se portó muy bien con la Hermandad, nos hizo una sede nueva.
MS – Gaspar Mayor, el entonces gerente del Patronato de Vivienda, nos contaba en las charlas que era casi imposible decirle que no a Ramón. Porque era como estar despachando a todo el barrio de Santa Cruz. Él nunca pedía nada para su familia y negocio, sino para el barrio entero.
¿Quizás sin Ramón Riquelme el barrio de Santa Cruz no sería hoy el más bonito de Alicante?
RR – De hecho estuvo incluso a punto de desaparecer en los años 70. Hubo una propuesta de hacer unos edificios aquí para militares, tirando el barrio entero. Los vecinos nos opusimos totalmente y logramos pararlo. Incluso fuimos una noche a montar un escrache a la casa de un concejal franquista (risas).
A parte del arroz, ¿cuáles son las principales especialidades gastronómicas de Ramón?
MS – Tiene una mano extraordinaria con las olletas. Ha hecho una labor extraordinaria de recuperación de platos tradicionales alicantinos.
Me ha llamado mucho la atención también la portada del libro. Una foto espectacular.
MS – Esa portada es en sí misma una obra de arte para tenerla enmarcada. Creo que no se puede retratar mejor a Ramón en una foto. Es obra del artista Pedro Boj, un muy amigo de la familia. Él también se ha encargado de hacer la selección de fotografías que ilustran el contenido del libro.
Y cómo no, con su mítico puro. Un símbolo de Ramón Riquelme
RR – Llevo fumando puros desde la mili (risas). Hice el servicio en Lorca, y me acostumbré a fumarme caliqueños por la noche.
¿Dónde se puede conseguir el libro?
MS – Se hizo una edición de 1.000 ejemplares, pero ya está agotada. Los lectores interesados aún lo pueden obtener en la web www.impulsalicante.es y aquí se lo pueden descargar gratuitamente. Quiero agradecer el apoyo al alcalde Luis Barcala y al concejal Carlos Castillo hacia este proyecto.
Datos
El libro ‘Riquelme: Embajador de Alicante’ se puede descargar gratis en la web impulsalicante.es