Hay días en los que, aunque estemos en medio de la ciudad, necesitamos perdernos en la naturaleza. Veces en las que el asfalto nos supera y sentimos la necesidad de buscar otros espacios, y a veces los tenemos más cerca de los que pensamos. Hoy recordamos uno de ellos: el monte Coto en tierras de Pinoso.
Paraje Natural
El monte Coto constituye un enclave de gran interés en la Comunidad Valenciana, y fue declarado Paraje Natural en 2017. Su clima condiciona la presencia de especies singulares de gran valor, y posee méritos ecológicos y paisajísticos.
Las especies más destacadas en mamíferos son el gato montés, la garduña, la jineta, el lirón careto, la comadreja, el tejón y la ardilla.
Usos tradicionales
Desde el punto de vista de los usos tradicionales, el Coto es un referente comarcal y local muy arraigado en la población. A lo largo de la historia se han desarrollado en el mismo varios aprovechamientos y ha sido utilizado como fuente de recursos como apicultura, pastoreo, recogida de esparto, obtención de cal y tiza, extracción de rocas ornamentales, carbonar, recolección de plantas medicinales o recogida de arena, así como el aprovechamiento del agua de fuentes.
Desde que fue declarado Paraje Natural se vela especialmente por la preservación de su entorno, sobre todo en las fechas en las que se permite su uso público con la llegada del buen tiempo.
Existen una serie de enclaves con un microclima privilegiado
Microclima
En la sierra existen además una serie de enclaves privilegiados, con un microclima favorable para el desarrollo del roble valenciano o quejigo. Los extraordinarios valores naturales, tanto biológicos como geológicos, que posee la sierra, ofrecen unas excelentes posibilidades para estar en contacto con la naturaleza, a través de la educación ambiental y el senderismo.
Para José Carlos Monzó, técnico de Medio Ambiente del ayuntamiento de Pinoso, y director del paraje, la principal preocupación es lograr concienciar a los visitantes de la zona de uso recreativo en el respeto por este espacio.
“Nuestro objetivo no es que vaya gente, sino su conservación y protección, y es muy importante que quienes lo visiten aprendan a respetarlo. Los impactos que se generan pueden ser brutales, tanto en la flora como en la fauna, si no se tienen en cuenta unas mínimas medidas, como no acumular basura, no utilizar vehículos y no pisar ni arrancar plantas protegidas“.
«Nuestro objetivo no es que vaya gente, sino su conservación y protección» J. C. Monzó
Aula de naturaleza
El Aula de la Naturaleza Monte Coto se sitúa en un enclave rodeado por explotaciones mineras de rocas ornamentales, concretamente calizas. Diversos proyectos de recuperación de varias canteras abandonadas para la flora y fauna, y en definitiva del paisaje, constituyen uno de los puntos de mayor interés.
Dentro del espacio que comprende el Aula de la Naturaleza existe una zona de protección especial, incluida en un proyecto general de conservación y protección de hábitats para anfibios. Se trata de una serie de balsas interconectadas, en las que se pueden observar especies de anfibios tales como el sapo partero, el sapo corredor, el sapo común, el sapillo moteado y la rana común.
Voluntariado
El Aula de la Naturaleza es la base de coordinación del voluntariado ambiental que durante los meses de verano realiza tareas de vigilancia y prevención de incendios forestales, así como actividades de conservación y protección de especies de flora y fauna.
Existe un punto de información y de exposición para todas aquellas personas interesadas en conocer la zona y realizar rutas por los alrededores. Destacan las masas boscosas de pino carrasco y carrasca, las formaciones de lentisco, coscoja, espino negro y enebro así como el matorral compuesto por romero, tomillo y estepa blanca.
Para Monzó, a través del Aula de Naturaleza se puede enseñar a respetar el medio ambiente. “Los recursos ambientales que ofrece el entorno constituyen una interesante herramienta para el desarrollo de actividades de educación ambiental para los centros de enseñanza”.
El área también dispone de un refugio donde poder pasar la noche
Un refugio para la noche
El área también dispone de un refugio de apoyo para las actividades de educación ambiental, merendero y aparcamientos. Está dotada de aseos, duchas, fuentes, fregaderos y mesas con bancos.
Se puede alquilar para un máximo de diez personas y vivir la experiencia de pasar la noche en plena montaña con los sonidos que durante la noche rompe el silencio, con las aves nocturnas o los sapos de las charcas. También se puede solicitar permiso de acampada para un máximo de 15 tiendas, entre el 19 de marzo y el 8 de diciembre.
El edificio del Aula de la Naturaleza, el refugio y su periferia constituyen en conjunto un centro de interpretación ambiental destinado a la educación ambiental y a la conservación y protección de los valores naturales de la zona.