Corrían los años 80, y en Gran Alacant afloraban las urbanizaciones como los caracoles en un día de lluvia. Un barrio cuyo urbanismo nunca se caracterizó precisamente por su orden y concierto. Más bien se construía y construía como si el mañana nunca llegase.
Una de esas nuevas urbanizaciones recibió el nombre de ‘Panorama’, con 400 bungalows que ocuparon 14 nuevas calles. En concreto, quedó ubicada en la zona sureste de Gran Alacant, relativamente cerca de la playa Carabassí. Cuando se llega aquí, en seguida se entiende su nombre, pues el panorama que se observa del mar es una maravilla.
Ya incluso los inicios de esta urbanización albergaron ciertas posibles irregularidades. Algunos vecinos sospechan que la venta de estas tierras durante los años 70 no fue del todo transparente. Pero esto, no es el objeto de este reportaje. Aunque quizás de aquellos barros…
La urbanización consta de 14 calles abiertas, de las cuales solo seis están gestionadas por el Ayuntamiento
La constructora quiebra
La empresa que construyó Panorama se denominaba Bunga S.A. Era un terreno virgen sin urbanizar ni asfaltar y, algo habitual en estas macrourbanizaciones, el proyecto fue realizado por fases. La empresa no esperó a que estuviera todo construido para comenzar a vender bungalows, como también es bastante frecuente en estos casos.
El problema vino cuando Bunga echó el cierre, a finales de los años 80. El ‘proyecto Panorama’ aún estaba inacabado, y la quebrada empresa se había dejado varias calles por asfaltar y urbanizar.
Ante esta situación, aquellos primeros vecinos de Panorama acudieron al Ayuntamiento santapolero comandado por el socialista Francisco Conejero en busca de soluciones. Según sus escrituras, las nuevas calles realizadas por Bunga en Panorama debían de pasar a ser gestionadas por el Consistorio cuando la empresa terminase de acondicionarlas. El problema es que ya no había empresa, así que ahora su propiedad flotaba en un extraño limbo.
Se propuso entonces la creación de una Entidad Urbanística Colaboradora de Conservación. Se trataba de una gestora compuesta por vecinos y Ayuntamiento que tenía como único fin terminar y mantener las 14 calles de Panorama. Se oficializó en el año 1989.
Sospecho que aquí se han producido muchos chanchullos que se están tapando» R. Sierra (vecino Panorama)
Comienzan los ´chanchullos`
Dicha entidad urbanística adquirió un carácter provisional, pues debía disolverse cuando terminara su cometido de pasar las calles a titularidad pública. Sin embargo, está situación se mantuvo durante diez años.
“Todo esto acabó convirtiéndose en un chanchullo entre el Ayuntamiento y algunos de las personas que formaron la Entidad. Durante los siguientes años estuvieron ´chupando` descaradamente del bote, no hacían nada y cobraban cuotas a los residentes. Algunos se negaron a pagarlo, obviamente, y acabaron en los tribunales” nos comenta Roberto Sierra, actual vecino de la urbanización.
De hecho, según nos cuentan, los gestores de la Entidad apagaban las luces de las farolas para presionar a los ‘morosos’. “Parece bastante evidente que tenían algún contacto dentro del Ayuntamiento con el que estaban compinchados. De lo contrario no habrían mantenido este chollo durante tantos años. Hasta incluso les daban los poderes para manejar el alumbrado público” nos explica Sierra.
Las escrituras de los propietarios indican que el Ayuntamiento debía haber recepcionado todas las calles
Las calles pasan al limbo
No fue hasta 1999 cuando el Consistorio al fin disolvió oficialmente la Entidad. Los entonces concejales de Urbanismo e Infraestructuras, Laureano Bru y Juan Cuenca, firmaron una circular informativa para avisar a los vecinos que las calles pasarían a ser asumidas y mantenidas por el Ayuntamiento. Pero esta gestión administrativa nunca se realizó.
“El Ayuntamiento debía entonces haber recepcionado las calles, pero no lo hizo. Por alguna extraña razón, se impulsó un nuevo Plan de Urbanismo en el que se establecía que tan solo seis vías pasarían a titularidad pública y el resto continuarían siendo privadas”.
Lo cierto es que por aquel entonces nadie se dio cuenta de esto, ya que el Ayuntamiento pasó a prestar servicio de mantenimiento a la totalidad de las 14 calles. Así nos lo cuenta la también vecina Teresa Castillo. “Yo llegué a Panorama en 2005. Teníamos las cosas normales de cualquier barrio, como luz pública o barrenderos que limpiaban. Sin embargo, con la crisis desaparecieron los servicios”.
«Con la crisis el Ayuntamiento suspendió los servicios y las calles están abandonadas» T. Castillo (vecina Panorama)
Falta de mantenimiento
Lógicamente el malestar de los vecinos aumentó. Algunos incluso llegaron a denunciar al Ayuntamiento por falta de servicios. Sin embargo, el juzgado exculpó hasta en dos ocasiones la responsabilidad política del gobierno local al determinar que efectivamente esas calles no eran de titularidad pública.
“Aquellos pleitos se plantearon mal. Varios residentes denunciaron que no tenían servicios, y no fueron al fondo de la cuestión. Efectivamente, el juzgado verificó que la titularidad era privada y por lo tanto el Ayuntamiento no tenía obligación alguna en esas calles. Pero la auténtica cuestión es: ¿por qué el Consistorio nunca recepcionó estas calles en contra de lo que dicen nuestras escrituras y lo que ellos mismos nos habían anunciado?” argumenta Roberto Sierra.
No ocurrió hasta 2014 que el pleno municipal dictaminara que la titularidad de las calles de Panorama pasaba a ser del Ayuntamiento. Sin embargo, basándose en el citado Plan Urbanístico, tan solo recepcionó seis calles de las catorce existentes. Las ocho restantes siguieron en el limbo.
“Apenas unos meses después nos llegó a los residentes una convocatoria de una supuesta junta de vecinos. Resulta que un señor llamado Villobre, de profesión administrador de fincas, quería cobrarnos una cantidad por mantener las calles. Esta persona era uno de los que formaba parte de la antigua Entidad. Por lo visto había acudido al pleno municipal, se había presentado como el presidente de Panorama sin ningún credencial y evitó que las calles se hicieran públicas para seguir haciendo negocio a costa de este asunto” nos explica Sierra.
Los vecinos se movilizan
A partir de este suceso al que Sierra califica como “un intento de estafa”, los vecinos se empezaron a movilizar para reclamar una solución. “Ya no es el lamentable estado de las calles. Sobre todo es que queremos seguridad jurídica de una vez. El Ayuntamiento continúa sin hacerse cargo de sus obligaciones. Somos presa de posibles estafadores, y si queremos vender nuestras casas no podemos darles una certeza a los compradores de que no tendrán problemas legales”.
Según el residente de Panorama, en el Registro de Propiedad de Santa Pola le contaron que el tal Villobre trató incluso de registrar las ocho calles para eliminar definitivamente cualquier posibilidad de que pudieran pasar alguna vez a propiedad pública. Sin embargo, desde el Registro no le permitieron realizar dicho movimiento.
Durante los últimos dos años la tensión entre vecinos y Ayuntamiento ha ido aumentando exponencialmente. “Les hemos solicitado ayuda en varias ocasiones, pero nunca nos han hecho caso. Tardan meses en responder, y lo hacen con frases confusas y tecnicismos para no entrar realmente en la cuestión” nos asegura Sierra.
Los residentes incluso han acudido al Síndic dos veces para denunciar que el Ayuntamiento de Santa Pola estaba incumpliendo los plazos máximos de respuesta a sus instancias.
Tensión en el pleno
Todo este malestar acabó explotando en el pasado pleno ordinario del 25 de abril. Una treintena de vecinos acudieron para organizar una sonora protesta. Tuvieron sus más y sus menos con un agente de Policía que no quería dejarles pasar con las pancartas reivindicativas. Luego se produjeron varias acaloradas discusiones entre el portavoz vecinal Roberto Sierra cuando le tocó hacer uso de su turno de palabra, con la alcaldesa y el concejal no adscrito Ignacio Soler.
“Fue una intervención tensa pero necesaria. Estamos hartos de mentiras y de que nos ninguneen. Solo queremos que el Ayuntamiento resuelva de una vez la situación jurídica de nuestras calles y les dé mantenimiento” nos cuenta Sierra.
«La mejor solución pasa por cobrar un IBI suplementario a los vecinos» Y. Seva (alcaldesa de Santa Pola)
Posibles soluciones
Ante tal situación, desde este periódico nos hemos querido poner en contacto con la alcaldesa Yolanda Seva y el concejal de Urbanismo, Alejandro Escalada, para preguntarles sobre posibles soluciones a esta problemática. Nos ha atendido la primera de ellos.
“De verdad queremos transmitirles tranquilidad porque desde el equipo de gobierno estamos haciendo todo lo posible para solucionar esto. Desgraciadamente hay dos sentencias judiciales que determinan que las calles son privadas” nos indica Yolanda Seva.
Según la alcaldesa, la mejor solución posible pasa por la creación de un IBI suplementario. “Si todos los residentes están conformes, el Ayuntamiento sí podría recepcionar las calles. En algunas otras ocasiones ya ha pasado así. Los vecinos deben tener en cuenta que es injusto que todos los santapoleros carguen con el coste económico de unas calles que son oficialmente privadas”.
Los vecinos aseguran estar dispuestos a organizar manifestaciones en la calle
Batalla vecinal
Mientras que ésta u otra solución llega, las calles presentan un estado cada vez más lamentable. Se acumulan los baches y socavones en el asfaltado. Los cuadros eléctricos están rotos y algunas personas los puentean. El alumbrado no funciona y algunos escombros se acumulan en el suelo. Cuando llueve el agua no circula bien porque el alcantarillado no está en buen estado.
“Si el Ayuntamiento nos pide una postura unánime de todos los vecinos, será muy complicado obtenerla. Somos unos 400 residentes, muchos son extranjeros y no viven aquí la mayor parte del año” nos comenta Teresa.
Roberto Sierra sigue afirmando que la solución es mucho más sencilla. “Simplemente hay que aplicar lo que dicen nuestras escrituras. Se escudan en tecnicismos. Yo no sé si es que quieren tapar la corrupción de los años 90, quizás porque quede algún técnico de la época de los chanchullos con Villobre. Quizás simplemente es que no se atreven a hacerlo para no sentar un precedente con otras urbanizaciones que sufren problemas parecidos”.
Los vecinos ya se han constituido en una plataforma, aún de carácter informal. Según nos indican, su propósito es convocar manifestaciones de cara al verano y seguir protestando hasta que el Ayuntamiento les transmita alguna solución. “Estamos dispuestos a cortar las calles, por supuesto siguiendo todos los procedimientos legales” nos asegura el portavoz vecino de Panorama.