Entrevista > Francisco Sorolla Fors / Secretario General de la Asoc. Valenciana Contra el Acoso Escolar (Canet de Mar, 18-octubre-1959)
El acoso y hostigamiento escolar o bullying es el maltrato que existe entre los propios alumnos dentro de las escuelas, sin importar sexo o edad, aunque la mayoría de los casos se presentan entre los siete y doce años en adelante. Puede manifestarse de manera física o verbal, llegando a producir sobre la víctima graves consecuencias como la depresión, soledad, ansiedad e incluso el suicidio.
Hace veinte años comenzó la creación de una plataforma de padres, psicólogos y docentes en Denia, la Asociación Valenciana Contra el Acoso Escolar (AVALCAE), cuyo objetivo principal era prevenir, detectar y erradicar el acoso escolar en todas sus variantes. A partir de 2009 se constituyó como asociación, trasladando su sede central a Alicante y, asimismo, ampliando su jurisdicción al cubrir toda la Comunidad Valenciana. María Teresa Canet García, presidenta de la asociación, y Francisco Sorolla Fors, secretario general y técnico mediador, encabezan este proyecto integrado por cincuenta voluntarios.
En Alicante se produce el ciberbullying con especial frecuencia
Cada año se realizan campañas de concienciación, pero no cesan los casos de acoso escolar en nuestro país. ¿Qué falla?
El acoso escolar tiene tantas variantes que cada día nos sorprende y, por ello, hay que tener una amplia experiencia en este sector para poder arreglar esto. Uno de los principales problemas que hemos detectado es que hay personas que asisten a charlas y, al día siguiente, los vemos diciendo que son expertos, sin tener ningún título ni experiencia laboral relacionada con la materia. Estos casos hacen más daño que bien, porque lanzan consejos que no sirven, como el de denunciar al agresor.
En España la legislación determina la imposibilidad de denunciar a niños y niñas menores de catorce años porque son inimputables. Además, si denuncias a un menor de catorce años, el centro escolar y los padres del menor pueden realizar una contradenuncia por injurias, difamaciones y calumnias.
¿Cuál es la situación del acoso, bullying y ciberbullying en la provincia de Alicante?
La Comunidad Valenciana es de las comunidades autónomas donde tienen lugar más casos de acoso escolar. De las tres provincias, la primera es Valencia, después Alicante y, por último, Castellón. Alicante es una zona en la que se produce, con especial frecuencia, el ciberbullying, un tipo de acoso muy difícil de detectar que se realiza a través de medios electrónicos. Además, en la Vega Baja han nacido muchos niños asperger y autistas. Cualquier diferencia física o psíquica los convierte en la diana de estos agresores.
Para ello, lo que hay que hacer es no dar un teléfono móvil hasta que el individuo no esté capacitado mentalmente para utilizarlo adecuadamente. El control parental permite saber qué teclas ha apretado o el historial de las páginas que ha visitado. Sin embargo, hoy en día un niño de diez años sabe más de tecnología que sus padres. Además, cuando el niño utilice el dispositivo, debería hacerlo siempre donde se hace la vida familiar. Dejarles el ordenador a solas, diez horas diarias, es una locura, ya que están expuestos a pedófilos, pederastas y estafas económicas.
¿Qué parámetros avivan este fenómeno?
En primer lugar, tenemos una Ley de protección del menor muy permisiva que hay que saber poner en su punto. Si un niño de trece años sabe meterse con otras personas de manera física o verbal, tienen que haber centros especiales para corregir estos comportamientos. En segundo lugar, en cuarenta años de democracia hemos tenido ocho planes de educación, lo que desmoraliza al personal docente. En tercer lugar, los medios de comunicación deberían emitir contenidos más educativos. En cuarto lugar, no se educa a niños y niñas en valores. Y, por último, estamos rodeados por una violencia subliminal constante.
Ésta es una labor de orientación verdadera y profesional en la que hay que tratar de intentar convencer a los niños de que hay que respetar a todos. Al final todos somos iguales y necesarios. Hay asignaturas como Educación para la Ciudadanía que la han quitado y que debería volver. A lo mejor hay que impartirles menos conocimientos y más empatía.
¿Existe un perfil de agresor y otro de víctima?
Todos nacemos neutrales. Hacemos buenos o malos a los niños por la educación de los padres, por las enseñanzas del centro escolar, por las compañías y por las circunstancias personales que le rodean.
No existe un perfil fijo porque esto equivaldría a decir que un árabe, un gitano o rumano que haya sido criado en un barrio pobre, es más propenso a ser agresor y, en cambio, el niño que pasa más tiempo en la biblioteca y procede de una familia más acomodada económicamente, sería propenso a ser la víctima. Esto no se cumple al 100% ni mucho menos.
¿Qué responsabilidad tienen los padres?
Los padres tienen mucho que ver. Es una vergüenza que, en un colegio de dos mil alumnos, cuando se dan charlas gratuitas asistan diez padres a la reunión. Todos sabemos que hacer niños es muy fácil, pero luego hay que criarlos y educarlos. El primer puntal debe ser la familia y después lo demás, porque sino estamos criando agresores para el futuro. De ahí también viene la violencia de género, el machismo y el mobbing.
Se ha perdido mucho la comunicación con los hijos porque los padres llegan a casa cansados del trabajo. Tiene que haber más comunicación y estar pendientes de sus hijos hasta que alcancen la mayoría de edad. Además, la sociedad también debe acompañar, porque da un poco de rechazo la cultura del antihéroe que se transmite.
Muchos colegios no reconocen los casos de acoso escolar
¿Y qué papel juegan los centros educativos?
Los equipos profesionales de los centros educativos suelen negar el problema, tan sólo tres de cada diez colegios abordan el acoso de manera efectiva. Los que lo reconocen, hablan con ambas partes para analizar y valorar la intervención que proceda.
En la Comunidad Valenciana a veces se abre el Plan de Prevención contra el Acoso Escolar (Previ) en los que intervienen varios agentes. El problema es que, según la Ley LOMCE, la palabra del director es la que tiene validez, pudiendo llegar a argumentar que los padres de la víctima son demasiado protectores. Esto encona aún más la situación.
Hemos de decir que, en veinticuatro horas, si se quiere, se acaba con el acoso escolar. Los 3.420 casos que hemos tenido representan tan solo la punta del iceberg, porque muchos casos vienen cuando ya no saben qué hacer. Los padres tienen una amplia responsabilidad, pero los centros escolares también. Yo he llegado a escuchar a profesores soltar motes como gordo o desgraciado. Esto no puede consentirse.
«El verdadero líder está rodeado de gente porque lo admiran, no porque lo tienen miedo»
¿Y cual es la actuación de servicios sociales en este proceso?
En muchos centros escolares se mete servicios sociales de por medio y cargan contra la víctima, comentando que carece de habilidades sociales, que le pasa porque le tiene que pasar o porque tiene problemas en casa.
La víctima no tiene problemas, simplemente le están sometiendo a una tortura continuada. A nosotros nos vienen aún afectados, con cuarenta años de edad, comunicándonos que llevan toda la vida de tratamiento psiquiátrico y no consiguen levantar cabeza.
Además de la víctima, el agresor también necesita ayuda. Incluso me atrevería a decir que más, porque si quitamos esa violencia del agresor, no existiría víctima. Al final, el agresor tiene a gente alrededor porque le tienen miedo, es como un dictador. En cambio, hay que enseñar que el verdadero líder está rodeado de gente porque le admiran.
«Eso de que ha bajado el acoso escolar es mentira»
¿Qué consecuencias puede llegar a tener el acoso en nuestra sociedad?
En España hay 200 suicidios de adolescentes, es el quinto país a nivel europeo tras Irlanda, Inglaterra, Rusia e Italia. A nivel mundial ya son 600.000. En México y Argentina, todos los días muere un profesor y dos niños. Lo que no queremos es que esto llegue a ocurrir en España.
Eso de que ha bajado el acoso escolar es mentira. De hecho, a lo largo de su vida escolar más de la mitad de los niños va a sufrir acoso. Desde que en 2006 se publicó ‘Acoso y violencia escolar en España: informe Cisneros’ siempre dicen que uno de cada cuatro niños ha sido afectado por el acoso escolar. Sin embargo, el acoso ha ido aumentando su porcentaje con el paso de los años. Por tanto, actualmente más de la mitad de los niños sufrirá acoso escolar a lo largo de su etapa académica.
«La solución, hoy por hoy, tal y como están las leyes, es cambiar a la víctima de centro escolar»
Entonces, ¿cuál es la solución, a día de hoy, para el acoso escolar?
Al agresor se le expulsa máximo unos días o un mes. Para él es como unas vacaciones. Encima, cuando vuelve viene con más rabia. Por ello, la solución, hoy por hoy, tal y como están las leyes, es cambiar a la víctima de centro escolar. El niño se queda sin sus amistades, si es que las tiene, y a los padres les supone un trastorno, pero sino es una tortura total para la víctima.
«Hace falta mucho más apoyo institucional»
¿Falta apoyo institucional?
Sí, hace falta mucho más apoyo institucional. He propuesto a partidos políticos como el PSOE, el PP o Compromís el hecho de que nos dejen hacer un plan piloto en una ciudad o en un colegio, en el que nos cubran los gastos. Si hacen la prueba y me dan un margen y unos medios, creo que en cinco o diez años el acoso escolar estaría erradicado, pero no nos hacen caso.
A nosotros nos da igual quien gobierne, lo que queremos es que nos ayuden a salvar niños. La ayuda que hemos recibido, hasta el momento, ha sido de la Diputación de Alicante, a través del Partido Popular, que nos han entregado subvenciones, de tres mil euros aproximadamente, en los últimos años. Todo lo demás lo proporcionan la junta directiva y las donaciones de terceros.
Algunas señales de alerta del acoso escolar
– Variaciones en el rendimiento escolar del estudiante
– Se le extravían, deterioran o pierde sus pertenencias escolares con frecuencia.
– El estudiante presenta golpes, hematomas o rasguños y dice que tiene frecuentes caídas o accidentes.
– No quiere relacionarse con los demás compañeros y no va al recreo o excursiones.
– Cambios repentinos e inexplicables del estado de ánimo.