Fue una promesa electoral de Ximo Puig y Mónica Oltra que tardó bastante en llegar. El Govern anunció varias fechas de lanzamiento, que no acabaron materializando. Hasta que llegando ya al final de la pasada legislatura, en junio de 2018, al fin la nueva televisión autonómica vio la luz.
Habían pasado casi 5 años desde que la antigua Canal 9 había echado el cierre, en medio de una agria polémica en la que muchos de sus trabajadores se negaron a aceptar los despidos y mantuvieron la señal en directo en contra de las órdenes de sus superiores, hasta que se rindieron o fueron desalojados por la policía.
Quizás en un intento de romper con el pasado, el nuevo canal televisivo cambió radicalmente de nombre y logo, llamándose À Punt. Un año más tarde, es el momento de hacer balance de los claros y oscuros de esta nueva cadena que, recordemos, pagamos todos los valencianos.
«Ya se han gastado el presupuesto de todo el año 2019. La gestión está siendo nefasta» F. Llopis (C’s)
Dos puntos de vista
“Era muy importante tener una nueva televisión pública en la Comunidad Valenciana. Antes solo salíamos en los telediarios nacionales por cuestiones muy negativas. Casos de corrupción, catástrofes naturales… Ahora por fin tenemos un medio nuestro que trata nuestra actualidad desde nuestro punto de vista” nos indica Mercedes Caballero, diputada del PSOE en Les Corts, en declaraciones a este periódico.
“La gestión de À Punt está siendo nefasta. Prácticamente ya se han gastado el presupuesto del año en los seis primeros meses. Han sido incapaces de obtener ingresos publicitarios destacables, apenas un 10 % de los que habían presupuestado” contrargumenta Fernando Llopis, diputado autonómico de Ciudadanos.
La audiencia de À Punt es menos de la mitad de la que tenía Canal 9 en su última etapa
Floja audiencia
Lo cierto es que los índices de audiencia no están siendo demasiado positivos. À Punt cerró el 2018 con una triste media anual del 1,4 % del share. Este año parece que están levantando poco a poco estas cifras, pues la media de los cinco primeros meses ha sido del 2,2 %. Aún así, unos números aún lejanos a los que marcó Canal 9 en sus últimos tiempos, que cosechaba shares entre el 4 % y el 8 % desde 2010 hasta su cierre.
“Los resultados son malísimos. Es cierto que a todo medio nuevo le cuesta arrancar y conseguir una audiencia razonable, pero estos números están por debajo de las peores previsiones. Sobre todo teniendo en cuenta la gran inversión realizada. À Punt es una televisión con una plantilla muy grande, totalmente desaprovechada por sus directivos” critica Llopis.
En el PSOE tampoco esconden la decepción por estos malos índices de audiencia. “Es verdad que algo está fallando. Como solemos decir por aquí, nos toca ‘fer un pensament’ y cambiar algunas cosas. El proyecto es bueno, pero la audiencia solo se ha disparado en retransmisiones concretas. No hemos logrado cambiar los hábitos televisivos de los valencianos para que se acostumbren a poner À punt, y creo que especialmente nos está costando conectar con el público joven. La dirección debe reflexionar al respecto” opina Caballero.
Menos telebasura
Uno de los principales aspectos que quizás ha distinguido más esta À Punt de la antigua Canal 9 ha sido su programación. Es evidente que se ha reducido considerablemente la apuesta por la llamada ‘telebasura’ que tanto caracterizaba a la desaparecida cadena autonómica con programas del corazón como Tómbola o de ligoteo. Incluso un espacio de debate supuestamente ‘serio’ como era Parlem Clar, habitualmente acababa pareciéndose bastante a programas nacionales de la época como ¿Dónde estás corazón? o Salsa rosa.
Por otra parte, las películas americanas de serie B eran un habitual en las tardes y noches de Canal 9. Incluso llegaron a repetir hasta la saciedad algunas de las series que más éxito habían tenido en Estados Unidos durante los años 80 y 90, como El príncipe de Bel-Air, Walker Texas Ranger o V.
En el caso de À punt, los programas informativos ocupan una mayor relevancia en la parrilla. Aún así desde febrero se ha rescatado uno de los espacios que más éxito tenía en Canal 9, la telenovela L’Alqueria Blanca. También se ha apostado por un talent-show musical, llamado Family Dúo.
“Cuando yo estudiaba Periodismo solíamos tener un debate en la facultad. ¿Las televisiones ponen telebasura porque la gente la consume, o la gente la consume porque las televisiones la ponen? Es discutible, pero lo cierto es que casi todos nos hemos enganchado a algún programa del tipo Operación Triunfo o Gran Hermano. Nos guste o no, una telenovela tiene más audiencia que un documental sobre el patrimonio de Valencia” reflexiona Mercedes Caballero.
«Hemos apostado por una programación de más calidad, aunque quizás tenga menos audiencia» M. Caballero (PSOE)
Sin canal cultural
Lo cierto es que los documentales y la cultura también tienen protagonismo en la nueva À Punt, aunque quizás menos que en la antigua RTVV dado que por aquel entonces existía un canal específico, llamado Punt 2, para estos contenidos.
“En el futuro nos gustaría volver a abrir un canal temático cultural, e incluso uno también sobre nuevas tecnologías e innovación. Pero debemos ir paso a paso, y primero asentar la cadena À Punt. Desde el PSOE siempre apostaremos por la televisión del calidad” nos comenta la diputada autonómica Caballero.
Más valenciano
Otra diferencia destacable respecto a los tiempos de Canal 9, es el uso casi exclusivo del idioma valenciano. Ahora incluso las películas extranjeras están dobladas a nuestro idioma regional, así como la mayoría de los anuncios publicitarios.
“Es muy importante seguir poniendo el valenciano en valor como una de nuestras señas de identidad. No solamente para los valenciano-parlantes, la antigua Canal 9 hizo una importante labor de enseñanza del idioma en las comarcas castellano-parlantes. Incluso se consiguió que muchos niños se matriculasen en línea valenciana sin ser ésta su lengua familiar. El castellano lo hablamos todos, pero el valenciano todavía cuesta a mucha gente” argumenta la socialista Caballero.
Para fomentar la publicidad en este idioma, el consejo rector de À Punt cobra los anuncios en castellano un 5 % más caros que en valenciano. Lo cierto es que las ventas de espacios publicitarios tampoco han funcionado demasiado bien, e incluso el medio ha acabado optando por privatizar la búsqueda de patrocinadores. Desde marzo, es la empresa sevillana Guadalmedia la encargada de captar anunciantes tanto para la televisión como para la radio y la web.
«En muchos aspectos À Punt está tan políticamente manipulada como lo estaba Canal 9» F. Llopis (C’s)
Objetividad
En los tiempos de Eduardo Zaplana y Francisco Camps, las críticas de la oposición política hacia la falta de objetividad de la antigua Canal 9 eran constantes. El propio Síndic de Greuges llegó a emitir una recomendación para que el ente público asumiera mejor los principios de objetividad y respeto al pluralismo político.
Cuando su cierre era inminente, la mayoría de sus empleados admitieron públicamente esta manipulación informativa, e incluso pidieron disculpas públicas por haber ocultado premeditadamente información relativa a casos como el accidente mortal del Metro de Valencia o la trama Gürtel.
Aún así, la nueva À Punt tampoco ha estado exenta de críticas en este sentido. Uno de los momentos más polémicos fue una entrevista realizada en directo a María Victoria, portavoz alicantina del sindicato policial JUSAPOL. El presentador Juan Nieto se negó a dirigirse a ella en castellano, a pesar de que la entrevistada se lo demandó en repetidas ocasiones. Además trató constantemente de vincularla al partido Vox, en lugar de conversar sobre sus reivindicaciones respecto a la igualdad salarial.
También recibió un aluvión de críticas desde Alicante la retransmisión del partido Castellón-Hércules, en el que los comentaristas parecían ser mucho más favorables al equipo castellonense. Lo cierto es que la temporada futbolística en Segunda B ha finalizado sin que À Punt haya retransmitido ni un partido desde el estadio José Rico Pérez, pues llegó a acuerdos televisivos con Castellón, Ontiyent y Alcoyano pero no con el club herculano.
Para Ciudadanos, la objetividad de esta nueva À punt ya es incluso comparable a la antigua Canal 9. “La mejora no se ha notado mucho, especialmente en las entrevistas. El trato a unos políticos en función de su partido ha sido muy diferente. Ha sido una ocasión pérdida de que los profesionales de la comunicación se hubiesen impuesto a los sectarios”, se lamenta el diputado autonómico alcoyano Fernando Llopis.
El PP ha denunciado a los directores de À Punt por presuntas contrataciones ilegales
Denuncias recibidas
Algunas otras polémicas relativas a la gestión interna han aflorado en este primer año de À punt. Ya incluso antes de comenzar, la Asociación de la Prensa de Alicante y la Unió de Periodistes impugnó las bolsas de trabajo por considerar que vulneraban el principio de igualdad de oportunidades, al favorecer a los antiguos trabajadores de la RTVV. Según manifestaron los dos colectivos denunciantes, “se cerraron las puertas a los nuevos periodistas”.
Actualmente este tema todavía está pendiente de resolución judicial, pues la Audiencia Nacional ha suspendido el juicio para estudiar si es competente para pronunciarse sobre esta demanda.
Otro asunto turbio que pesa sobre la nueva televisión pública es un presunto caso de contrataciones ilegales, que también está en manos de la Justicia. La acusación llegó a raíz de una denuncia del PP, según la cual Empar Marco (directora general de À Punt) y Enrique Soriano (presidente del Consejo Rector de la Corporación Valenciana de Medios de Comunicación) habrían adjudicado un contrato de 1,3 millones de euros a una empresa con el fin de contratar a diez personas saltándose los procedimientos legales.
Los dos implicados acudieron el pasado mayo a declarar al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Paterna, donde aseguraron no haber cometido ninguna irregularidad y argumentaron que sus acciones están amparadas por la Sindicatura de Comptes.
«Es evidente que Marco no ha cumplido los objetivos de audiencia y debe replantear contenidos» M. Caballero (PSOE)
Marco en el punto de mira
Aún con todos estos temas todavía pendientes de su resolución judicial, parece evidente que la directora Empar Marco está más señalada que nunca. Ya empezó recibiendo críticas desde su mismo nombramiento, por su pasado periodístico en TV3. Los partidos de la oposición remarcaron que la televisión pública catalana precisamente es una de las que más críticas recibe por su falta de objetividad política, y manifestaron su preocupación porque la nueva À Punt pudiera seguir sus pasos.
Mucho se ha especulado con que el Consell presidido por Ximo Puig podría estar ya pensando en prescindir de Marco. De hecho, algunos medios llegaron a publicar que sería cesada ya este mes de junio, algo que no ha ocurrido.
No obstante, en la reunión mantenida el pasado 27 de junio, el Consejo Rector rechazó la propuesta de programación para el próximo otoño que llevó la directora. Las cuentas de 2018 tampoco fueron aprobadas e incluso se decidió cancelar definitivamente el programa de la mañana El Matí À Punt, al considerarse que no se podía hacer frente a esta inversión.
“Si la programación es floja, la gestión económica nefasta y la imparcialidad de la cadena está puesta en duda, solo queda pedir a la señora Marco que se vaya o al presidente Puig la búsqueda de un sustituto que pueda gestionar mejor la televisión que los valencianos merecen” opina Fernando Llopis, desde Ciudadanos.
“Ya veremos si al final hay cambio. De momento a Empar Marco le queda un año de contrato. Su proyecto ganó el concurso, y era muy bueno. Pero es cierto que no ha funcionado en algunos aspectos. Ahora toca pensar, tanto a ella como al Consejo Rector, la forma de introducir cambios y novedades que mejoren las cifras” apunta Mercedes Caballero por el PSOE.
Sin sede alicantina
Otro aspecto que tampoco está nada claro, de cara al futuro, es la apertura de una sede de À Punt en Alicante. Desde el principio el Consell aseguró que la sede central en Burjassot no sería la única, y prometió que habría instalaciones también en la capital alicantina. El propio president Puig propuso La Ciudad de la Luz como el lugar más apropiado.
Sin embargo, un año después, Alicante sigue sin sede. Las negociaciones del Govern con la Comisión Europea para poder destinar el complejo de La Ciudad de la Luz a estos fines no han dado sus frutos. Tampoco se ha optado por un sitio alternativo.
“Los socialistas siempre cumplimos nuestras promesas. Se está buscando el lugar y la ubicación indicada. Una televisión pública debe hacer un papel importante en la vertebración del territorio, y no puede ser un ente centralizado en Valencia” asegura la socialista Caballero.
Cabe recordar que la antigua Canal 9 sí tenía una sede alicantina, ubicada en la avenida Aguilera. También que dicho edificio suponía un gasto público de 29.000 euros mensuales. Un alquiler que cuando PSOE y Compromís llegaron al poder tacharon de “abusivo”, calificándolo como un regalo del PP a la inmobiliaria propietaria del solar. Por tanto, la continuidad de À Punt en este mismo lugar está totalmente descartada.
Futuro
El único partido de los seis que forman Les Corts que ha pedido el cierre de À Punt es Vox. Las otras cinco formaciones valenciana (PP, PSOE, C’s, Compromís y Unides Podem) sí están a favor de la existencia de una televisión autonómica. Por tanto parece improbable que vayamos a asistir a un nuevo cierre, al menos a corto plazo.
El reto ahora radica en mejorar las cifras de audiencia, lo cual, de manera cuasi inmediata, supondría más anunciantes y podría mejorar la situación económica. Quizás en un futuro próximo convendría realizar una campaña de promoción más ambiciosa, pues hasta ahora apenas se han puesto algunos anuncios y carteles en varias ciudades. Así opina Fernando Llopis, “la promoción ha sido muy mala, aunque la audiencia no solo se consigue por publicidad sino también haciendo buenos programas”.
Mercedes Caballero, por su parte, recuerda que deben controlar el gasto para no repetir errores pasados. “Claro que estaría bien hacer más publicidad y meter más dinero en la televisión, pero debemos ajustarnos a un presupuesto. Hicimos una ley específica para no pasarnos con el gasto y, aunque la situación económica de la Comunidad Valenciana ha mejorado, todavía no es lo suficientemente boyante como para aumentar la inversión en esta área” determina.
De hecho, el Consejo Rector de la televisión solicitó un aumento del presupuesto para À Punt de 55 a 68 millones de euros. Aunque Compromís se mostró favorable a dicha propuesta, Ximo Puig la desestimó.