El Elche despidió el curso 2018-19 con un notable alto. La respuesta del equipo ilicitano no pudo ser más positiva en su regreso al fútbol profesional a pesar de los problemas con los que se encontró en el inicio de la temporada, en el que las limitaciones salariales impuestas por La Liga condicionaron al club para reforzarse.
El conjunto franjiverde apenas temió por el descenso durante todo el ejercicio, y tras corregir su deriva en el mercado de invierno, donde realizó ocho incorporaciones, cerró el curso en la undécima posición, justo en el ecuador de la tabla a pesar de que inevitablemente se dejó ir durante el último mes, en el que ya no encontró retos ambiciosos por los que pelear.
La buena temporada del conjunto ilicitano, único de los recién ascendidos que se mantuvo lejos del peligro, responde a un cúmulo de circunstancias. AQUÍ van algunas de ellas.
Pacheta, el crecimiento de algunos jugadores, la afición y las aportaciones del máximo accionista ayudan a poner los cimientos
Entrenador
José Rojo ‘Pacheta’ ya se había metido a la afición ilicitana en el bolsillo tras el ascenso, pero en su primera experiencia en un banquillo del fútbol profesional alcanzó el sobresaliente. El burgalés no se quejó nunca de la plantilla que el club puso en sus manos, a pesar de estar formada por una mayoría de jugadores de Segunda B. Tampoco se volvió loco cuando los resultados no eran los esperados -siete partidos de Liga sin ganar-, lo que ayudó al equipo a crecer.
No le templó el pulso para confeccionar las alineaciones y siempre ejerció el rol de líder en un vestuario necesitado de referentes. Ni la marcha de Sory Kaba en su mejor momento, ni los coqueteos de Neyder Lozano con otros clubes le sacaron de su hoja de ruta. Tuvo la suficiente inteligencia para adaptar sus conceptos tácticos a lo que demandaba el equipo y su valentía y entusiasmo acabó por contagiar al grupo. Logró hacer del Elche un equipo de autor, a su imagen y semejanza. Y eso es lo mejor que se puede decir de un entrenador.
Jugadores
A pesar de que el punto fuerte del Elche es el colectivo, es inevitable poner el foco, al analizar la temporada, sobre un puñado de jugadores cuyo rendimiento ha rozado el sobresaliente durante el pasado campeonato. Más allá de Nino, cuyo rendimiento ya no sorprende, el curso 2018-19 ha encumbrado a jugadores como Iván Sánchez, Gonzalo Verdú, Josan y Juan Cruz, que sin una amplia trayectoria en Segunda han representado a la perfección la ambición y el hambre de gloria que persigue el Elche.
Afición
No es un tópico. El Martínez Valero ha sido clave para la permanencia del Elche gracias al apoyo que le brindó siempre al equipo. El equipo de Pacheta encontró en su guarida el respaldo necesario para ir creciendo en la competición cuando los resultados a domicilio no llegaban.
Los 13.000 abonados del conjunto franjiverde ayudaron a crear un ecosistema mágico en el que el Elche se encontró cómodo. Grandes rivales como Málaga, Zaragoza, Cádiz o Tenerife doblaron la rodilla, así como Nàstic, Rayo Majadahonda, Córdoba, Lugo o Extremadura, rivales en la lucha por la permanencia. Las espectaculares ovaciones que dedicó la grada el equipo, a pesar de no ganar algunos de sus partidos, quedarán para el recuerdo de una temporada en la que hubo comunión perfecta.
Estabilidad institucional
Ni los accionistas ni los consejeros marcan goles, pero pueden ayudar a dar estabilidad a un proyecto para que lo que sucede en el terreno de juego sea lo único que realidad importe. El Elche y sus dirigentes aprendieron del pasado y tuvieron esta temporada un comportamiento ejemplar, sin apenas polémicas extradeportivas.
El regreso a la primera línea de José Sepulcre, ex presidente y máximo accionista, se hizo de forma pausada y natural, sin estridencias ni sobresaltos. Las aportaciones económicas realizadas por el empresario, para cubrir las sucesivas ampliaciones de capital, fueron determinantes para que el club ilicitano ahuyentara fantasmas y acudiera al mercado de invierno a reforzar su plantilla, que dio un importante salto de calidad.
Futuro
La temporada 2018-19 dejó un buen sabor de boca a la hinchada franjiverde, pero también unos cimientos sobre los que comenzar a construir un proyecto mucho más ambicioso. De momento, Pacheta ya cuenta en su vestuario con más de una docena de jugadores que ha demostrado estar capacitados para competir en Segunda.
Los primeros refuerzos, además, ilusionan, ya que tanto Fidel Chaves como Pere Milla son jugadores contrastados en la categoría, mientras que el centrocampista francés Omenuke Mfulu es una apuesta personal del director deportivo, Nico Rodríguez, otra de las novedades para el próximo ejercicio. Llegarán más refuerzos en las próximas semanas que ayudarán a subir el nivel del grupo y a buscar objetivos más ambiciosos.