Entrevista > Fernando Vargas / Doctor en pediatría y presidente de la Fundación Salud Infantil (Madrid, 22-noviembre-1944)
Fernando Vargas es uno de los médicos mejor valorados en Elche, especialmente por los miles de padres que hemos tenido la suerte de tenerlo como pediatra de nuestros hijos.
Empezó trabajando en Madrid, en La Paz, puso en marcha dos hospitales y fue nombrado jefe del servicio de Pediatría desde el inicio del Hospital General de Elche en 1977, ocupando ese cargo hasta su jubilación en 2015.
En la actualidad es el presidente de la Fundación Salud Infantil, y participa activamente en acciones solidarias relacionadas con la salud infantil en África y otros países.
Por vocación
Es decir, que a sus 75 años no está dispuesto a tirar la toalla, y sigue trabajando para seguir curando enfermedades a todos los niños que le sean posible.
Lo curioso es que cuando era muy joven lo que quería era ser arquitecto, pero la vocación frustrada de su padre por falta de medios influyó en la decisión de Vargas, y decidió estudiar medicina y especializarse en cirugía y medicina infantil.
No solo no se ha arrepentido, sino que despertó en él una gran vocación que sigue aún creciendo con el paso de los años.
«No hay ningún parecido entre lo que hacíamos hace 50 años y ahora»
¿Cómo ha cambiado la medicina infantil desde sus comienzos?
No hay ningún parecido entre lo que hacíamos hace 50 años y ahora. Los avances técnicos, la humanización de los hospitales y la atención a las familias, han cambiado drásticamente.
Destacaría tres aspectos como pediatra: el arsenal terapéutico que permite cualquier opción, los diagnósticos de laboratorio en especial en bioquímica y genética, y las técnicas complementarias de diagnóstico como TAC, RNM, ECO, etc.
¿Qué casos se han quedado grabados en su memoria?
El diagnóstico prenatal era una utopía. No olvidaré nunca el caso de una pareja con un hijo, con una enfermedad metabólica grave, que sabíamos que podía transmitirse a futuros hijos. La madre se quedó de nuevo embarazada y la convencimos de tomar una muestra de líquido amniótico para ver si el futuro hijo estaba también afectado.
El resultado fue normal, es decir que según el análisis estaba libre de enfermedad, que se confirmó con el nacimiento de un niño absolutamente sano. En aquellos tiempos fue todo un acontecimiento.
«Viví en directo la hospitalización de los últimos días de Franco»
¿De todas las anécdotas que tiene con cual se queda?
Hay una que no tiene que ver estrictamente con la pediatría. Es haber vivido en directo la hospitalización de los últimos días de Franco. El Marqués de Villaverde era una persona todopoderosa en La Paz, y es quien organizó toda la asistencia sanitaria a su suegro. Aquello se me quedó marcado.
Ha sido un pediatra pionero, y cuando en los 70 y los 80 se administraban medicinas en exceso usted hacía todo lo contrario. ¿Qué consecuencias le trajo su actitud visionaria?
El disponer de medicinas sin límite llevó a la gente a confiar y pensar que los medicamentos podían solucionar cualquier problema de salud. Y vino el abuso, o al menos la presión a los sanitarios para recetar ampliamente. Sabemos que las medicinas tienen su lado positivo, pero también sus efectos secundarios o sus complicaciones.
El colmo llegó en el uso indiscriminado de antibióticos para cualquier proceso febril en niños, que la mayoría de las veces son causadas por virus que no responden a este tipo de medicinas. El tiempo me ha dado la razón. Personalmente estoy contento con mi teoría, pese a la poca comprensión de pacientes y colegas y el aluvión de críticas que he tenido que soportar tantos años.
¿Algún otro vaticinio?
Ya se está hablando de una resistencia progresiva de las bacterias, que puede hacer que en un futuro no muy lejano no podamos disponer de antibióticos para el tratamiento de las enfermedades infecciosas.
La alimentación infantil y sus pautas van cambiando cada década. ¿Significa que lo anterior no era bueno?
Significa que vamos sabiendo cada vez más. Y aún diría que en nutrición ignoramos casi todo. A lo largo de mi carrera profesional hemos cambiado repetidas veces en las pautas de alimentación en la primera infancia, a veces no haciendo caso a los signos que la naturaleza nos muestra.
«El mayor desastre nutricional que he vivido en mi carrera fue la famosa pirámide de alimentación editada en USA»
¿En que fallamos con tantos avances si cada vez hay más obesidad infantil?
El mayor desastre nutricional que he vivido en mi carrera fue la famosa pirámide de alimentación editada en USA, publicada por un organismo que no tenía nada que ver con la sanidad.
Nadie se cuestionó que tenían un enorme excedente en la producción de cereales, a la que tenían que darle salida. En menos de medio siglo han conseguido que más de la mitad de la población americana sufra sobrepeso u obesidad.
«Cuando se entienda que la causa no es la grasa sino los hidratos de carbono, daremos un gran paso en el control de la obesidad infantil»
La obesidad infantil es un problema preocupante en los países desarrollados, pero también en los en vías de desarrollo por copiar hábitos de vida de otros países. Cuando se entienda de forma mayoritaria que la causa no es la grasa sino los hidratos de carbono, habremos dado un gran paso en su control.
«Mi vitalidad es genética. Mi madre era de un pueblo de Soria donde superar los 100 años es relativamente habitual»
Ahora en la fundación infantil sigue trabajando a sus 75 años. ¿Es el trabajo lo que le mantiene con tanta vitalidad?
Mi vitalidad es genética. Mi madre era de un pueblo de Soria donde superar los 100 años es relativamente habitual. En cualquier caso mantener una actividad intelectual fuerte es muy recomendable, y si se añade también una actividad física, mejor.
Ahora mismo el trabajo en la Fundación centra toda mi dedicación, y casi puedo decir que estoy más agobiado ahora, que antes cuando estaba en el hospital.
¿Qué importancia tiene la estimulación temprana en bebes prematuros?
El tema de la atención temprana ya llamó mi atención hace más de 20 años, cuando vi que niños que precisaban estimulación inmediata, entraban en lista de espera que podía prolongarse casi dos años. Me ha costado convencer a mis colegas pediatras de la importancia de esta disciplina, que no nos han enseñado, al menos a mí, en la facultad de Medicina.
Pero atención temprana quiere decir eso, temprana, es decir desde el minuto cero para aprovechar la plasticidad cerebral y la gran capacidad del organismo para superar problemas. Esto nos llevó a instaurar un programa, en colaboración con la unidad de Neonatología del hospital, para seleccionar los recién nacidos que cumplían una serie de signos de alto riesgo, y empezar a trabajar con ellos estando incluso ingresados en el hospital.
¿Es el principal programa de la Fundación?
Dentro de este grupo incluimos sistemáticamente todos los recién nacidos con menos de 1.000 gr. En estos momentos creemos que es uno de los programas estrella de la Fundación, que ha supuesto la normalización de la mayoría de estos niños y que debería implantarse en todos los servicios de Neonatología del país.
¿Qué destacaría de la Fundación en todos estos años?
Creo que es una institución modélica en el campo de la atención temprana. Se realiza un congreso internacional cada dos años. Además de un tratamiento de calidad, contamos con el programa de prevención en colaboración con la unidad de Neonatología del hospital general de Elche.
Tenemos un programa de integración educativa en aulas de primera infancia donde conviven niños con diversas patologías, algunas muy graves, junto a niños que podríamos llamar normotípicos. La convivencia entre ellos es extraordinariamente útil. Para los normales por compartir y aceptar la diversidad, y para los que tienen algún problema por el estímulo que supone.
¿Realizan algún tipo de investigación?
La investigación es otro de nuestros programas para ir buscando nuevas alternativas terapéuticas, la colaboración con universidades e instituciones nacionales y extranjeras, y la realización de tesis doctorales.
Como complemento en breve contaremos con una cátedra de la especialidad, dentro del marco de la Universidad Miguel Hernández de Elche. Y finalmente otro programa que es una Plataforma ´on line` de formación de técnicos en capítulos relacionados con la atención temprana, orientado a países en vías de desarrollo que difícilmente podrían contar con esta posibilidad.
Esto lo complementamos ocasionalmente con desplazamientos a esos países, como hemos hecho en Nicaragua, India o Senegal, y otros más en un futuro próximo.
¿Cada vez hay más niños prematuros, más niños con alergias alimentarias… ¿Qué es a su juicio lo que está pasando?
La patología en Pediatría va cambiando con las formas de vida, el medio ambiente y la alimentación. El capítulo de la prematuridad es preocupante por el número, aunque estabilizado últimamente, y sobre todo por la supervivencia de prematuros que, hasta hace poco, no eran viables.
Las alergias son cada vez más frecuentes por un deficiente estímulo del sistema inmunitario en los primeros años de vida. También estamos aprendiendo mucho del papel de la microbiota, la flora microbiana que tenemos en el intestino, y la importancia de su preservación evitando medicamentos que puedan alterarla gravemente como el uso de antibióticos.